Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Amores más fuertes que tornados»: Reseña del episodio 18 de El joven Sheldon

En «Una madre, un hijo y el trasero de un hombre azul» parece que algo tan simple como el trasero de un hombre, o mejor dicho, del dibujo de un hombre (que, aunque azul, no es un pitufo), llega a poner en riesgo la bonita y cómplice relación de amor materno-filial hasta ahora existente y que tanto he destacado entre Sheldon y Mary Cooper. Esta pobre no ha acabado de recuperarse de la sorpresa de comprobar que Missy está leyendo la revista Cosmopolitan («la revista de la mujer de hoy», eslogan que la pequeña repite cómicamente repetidas veces a lo largo del episodio) que le ha prestado una amiga, cuando se entera de que su pequeño Sheldon lee comics con ilustraciones de desnudos tanto traseros como delanteros (según le informa también la «actualizada» Missy). El cómic en cuestión es, concretamente, uno de 1986, titulado Watchmen, famoso por sus polémicas visiones políticas, que tuvo sólo 12 números y que fue llevado a la gran pantalla en 2009. El pequeño no entiende por qué a su madre le escandaliza la carencia de prendas en estas ilustraciones y no, por ejemplo, en las obras clásicas de Miguel Ángel. También le deja sin palabras cuando le dice que hay libros donde también están presentes actos violentos y sangrientos a un nivel similar al que lo están presentes en sus cómics y, sin embargo, ella sí los ve con buenos ojos. La imagen de una Biblia en primer plano deja bien claro a cuál se estaba refiriendo, como también resulta evidente la poca gracia que le hace la explicación del pequeño a su madre con sólo ver su expresión facial.

De ahí que, conociendo como conocemos ya a la Señora Cooper, no nos sorprenda que se pusiera manos a la obra inmediatamente, para poner soluciones ante «tales desmadres». A Missy le informa de que va a hablar con la madre de la amiga que le ha prestado la inapropiada revista de «la mujer de hoy», que la aguda Missy aprovecha para recomendar a su madre para mejorar su matrimonio ante su sorpresa y rechazo -que era de esperar. Y, en el caso de Sheldon, se dirige a la raíz del problema: va a la tienda de cómics a quejarse al vendedor. Allí se encontraba el propio Sheldon con su amigo Tam. La escena provoca tal vergüenza al joven Sheldon, que ocasiona una intensa brecha en su relación con su madre. Ella continua buscando el modo de hacer ver a su hijo que no tiene edad para esas lecturas y como él no lo asume, pone en marcha un plan con el que enseñarle que, si se ve tan mayor como para elegir por sí mismo qué leer, también debe serlo para hacerse todas sus cosas. El niño acepta, y va sorteando las dificultades derivadas de hacerse su propia cena, irse a dormir sin que su madre le remeta la ropa de la cama o le dé el beso de buenas noches (cosa que sorprender hasta a la propia pícara Missy).

Pero si bien los planes de Mary no dan el fruto esperado, será la naturaleza o el propio Dios quienes, por medio de un tremendo tornado empuje (casi literalmente) a Sheldon hacia su madre de nuevo. En esas peligrosas e intimidantes circunstancias, el niño se olvida de su ansia de independencia y busca el refugio en su madre (que no duda, por supuesto, en abrazarlo de nuevo: eso es lo que lleva intentando conseguir durante todo el episodio). Mary, mientras tanto, reza con todas sus fuerzas para que no les pase nada, incluso arengada por el escéptico (al menos en teoría) Sheldon, que le anima diciendo: «Reza más fuerte, mamá».

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A pesar de que las imágenes del tornado son tan dramáticas que llega a dar la impresión de que estamos viendo una serie distinta, el final, como es propio del género de la serie, es feliz. Terminamos con la sensación de que argumento es cerrado, con el orden de las cosas restablecido; al menos de las cosas importantes, aunque el entorno de la casa haya acabado, a causa del tornado, patas arriba.  

 

2 thoughts on “«Amores más fuertes que tornados»: Reseña del episodio 18 de El joven Sheldon

  1. Soy seguidor de la serie. Gracias por el análisis tan profesional y por tus acertadas opiniones. Sigue así.
    Un saludo
    Juan.

     

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