5 razones para ver «Easy» (Netflix, 2016)
El pasado 22 de septiembre Netflix estrenaba su apuesta del género de comedia para 2016, la serie Easy. Casi sin promoción alguna por parte de la compañía streaming y prácticamente sepultada por sus grandes producciones y novedades como Stranger Things, The Get Down, Narcos o Marvel’s Luke Cage, la serie ha pasado desapercibida por la amplia mayoría del público. Y, he de confesar, que también llegó a mis oídos por pura casualidad… Sin embargo, tras darle una oportunidad, he de decir que Easy vale la pena por los siguientes motivos:
1. Joe Swanberg. Al frente de Easy se encuentra el actor/director/guionista Joe Swanberg, un realizador estrictamente formado dentro de la industria del cine independiente norteamericano y uno de los cineastas más prometedores en su campo. Contando con una filmografía prácticamente desconocida, así mismo cuenta con 17 títulos en su haber en los que destacan Hanna Takes the Stairs (2007), The Zone (2011), Silver Bullets (2011) y All the Light in the Sky (2012) – todos reconocidos en los circuítos más especializados; y sus tres largometrajes más populares con una cobertura más internacional (los que aprovecho el paréntesis para recomendar): Drinking Buddies (Colegas de Copas, 2013), Happy Christmas (2014) y Digging for Fire (Reencontrando el Amor, 2015). Puede que Easy ayude a Swanberg a contar con el impulso que necesita para abrirse a un público más amplio y poder compartir las propuestas interesantes de sus trabajos.
2. Una serie de autor. Fiel a su estilo narrativo, Swanberg desarrollará en Easy su predilección por tratar el amor en todas sus formas y la exploración de la felicidad individual en correlación que el entorno que les ha tocado/han elegido vivir. Así, no es extraño que en su primera intrusión en la pequeña pantalla halla decidido combinar ambas temáticas. La serie profundizará en todo tipo de relaciones de pareja y/o sentimentales desde una perpectiva propia en donde las crisis existenciales y el estancamiento en la rutina serán ejes centrales de los episodios. Sin contar con argumentos precisamente transgresores – las crisis de los cuarenta, la crisis de los padres primerizos o la superación de una ruptura son ejemplos de lo que nos encontramos en la serie – Easy cuenta con una frescura e inteligencia en la formulación de los temas tratados, además de una habilidad para confeccionar personajes tridimensionales en tan poco tiempo. Un estilo personal que se acerca a trabajos de cineastas como los hermanos Duplass (creadores de otra serie que ya recomendamos en su momento, Togetherness) o el dúo Noah Baumbach/Greta Gerwig.
3. La sensación de realidad. Apostando con una estética minimalista, todos los elementos están dispuestos para aportar la mayor naturalidad posible de la acción y enfatizar las emociones. Una de las claves de su estilo personal es la improvisación dejando vía libre a los actores de acuerdo con unas pautas determinadas para reinterpretar los diálogos así como las reacciones de sus personajes aportando una autenticidad e intimidad única a las intepretaciones. Una técnica muy interesante de trabajo que es muy popular entre cineastas emergentes en la industria indie como Tom O’Brien, Drake Doreamus o Lynn Shelton. Con una puesta en escena sencilla y realista donde la acción trascurre delante de la cámara en un ejercicio de creación conjunta con el actor, Easy muestra personajes reales – que se moverán entre varias tipologías de edad, género, raza y orientación sexual – con problemas reales con los que resulta fácilmente empatizar.
4. El formato. La antología cuenta con 8 episodios comprendidos entre 25-30 minutos de duración. Como si de ocho cortometrajes se tratase, es un formato ágil y agradecido en donde las tramas no tienen una continuidad, a parte de que algunos personajes aparecerán en varios capítulos diferentes que no suponen ninguna variación importante dentro de los argumentos principales de cada capítulo. Por supuesto, es inevitable la comparación entre los distintos episodios en los que la calidad narrativa puede ser mayor que en otros. Sin embargo, a pesar de ser un conjunto (como también lo podría ser – salvando las distancias – Black Mirror), cada episodio ofrece una lectura independiente muy interesante.
5. El reparto. Swanberg consigue recolectar en Easy a actores con diferente grado de notoriedad y experiencia. En la serie podemos ver interactuar a intérpretes de cierto renombre dentro de la industria como Dave Franco, Orlando Bloom, Gugu Mbatha-Raw o Malin Akerman; con actores más o menos reconocidos en la pequeña pantalla o ya vistos otras producciones indies como Jane Adams, Kate Micucci, Jake Johnson, Aya Cash, Elizabeth Reaser o Michael Chernus; y con profesionales no-tan-conocidos como Emily Ratajkowski, Kiersey Clemons, Jacqueline Toboni o Evan Jonigkeit (entre muchos otros). Y es que una de las características de Swanberg es la capacidad de recoger unos estupendos repartos corales – tanto de calidad como de renombre – para sus proyectos que, en gran parte, constituyen el éxito de sus trabajos. Prueba de ello es su último largometraje, Digging for Fire (2015), en el que consigue reunir a Jake Johnson, Rosemarie DeWitt, Chris Messina, Sam Rockwell, Orlando Bloom, Anna Kendrick, Brie Larson, Melanie Lynskey, Jenny Slate, Ron Livingston, Mike Birbiglia, Jane Adams, Sam Elliot y Judith Light bajo el mismo proyecto. Muchos de ellos «colegas» suyos y frecuentes colaboradores.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora en el grado de Comunicación Audiovisual en CESAG-Universidad de Comillas. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en la investigación en game studies y TV studies.