Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

5 razones para ver “Future man”

Josh Futturman vive atrapado en un trabajo sin futuro como conserje en una empresa farmacéutica. Todo su tiempo libre lo invierte en jugar al videojuego con el que lleva un tiempo obsesionado. El día que llega hasta la última pantalla y logra finalizar el juego, los dos personajes principales del videojuego, Tiger y Wolf, viajan desde el futuro para reclutarle y salvar a la raza humana de su extinción. Viajes en el tiempo, humor chabacano y comedia americana son tres de los pilares que han convertido a esta serie producida por Seth Rogen y Evan Goldberg en uno de los éxitos más recientes de la plataforma Hulu. Y estas son las cinco razones por las que deberías darle una oportunidad:

Una serie producida por y para la plataforma Hulu. Con la llegada de plataformas audiovisuales de distribución y creación de contenidos como Netflix o HBO, los hábitos televisivos del público han cambiado radicalmente. La oferta televisiva se está adaptando paulatinamente a una nueva forma de consumir ficción audiovisual, lo que además, permite mayor libertad creativa en los contenidos. Productores y directores pueden permitirse experimentar mucho más dado que ya no están atados a los intereses de anunciantes, y dado que canales de distribución tan económicos permiten distribuir proyectos dirigidos a un público más pequeño, con coste reducido. Esto explica el éxito de una serie como Future man, irreverente y gamberra, producida por Seth Rogen y Evan Goldberg, artistas que generalmente rozan con sus contenidos aspectos censurables para la cultura americana.

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Sus creadores, Seth Rogen y Evan Goldberg. Seth Rogen (Vancouver) es uno de esos escritores en el panorama hollywoodiense que adoras o detestas pero que, sin duda, no deja indiferente. A pesar de ser más conocido por su faceta como actor en películas de dudosa calidad como Malditos vecinos (2014) junto a Zac Efron, realmente se gana un hueco en Hollywood como guionista en series como Da Ali G Show (2000-2004) durante su última temporada para la HBO. Por otro lado, sus múltiples colaboraciones con Evan Goldberg (Vancouver), como el éxito de La fiesta de las salchichas (2016), les ha catapultado hasta el olimpo de la comedia gamberra. Future man sigue la estela de estas producciones con un éxito arrollador entre los usuarios de Hulu, convirtiéndose antes de finalizar su primera temporada en la serie más vista de la plataforma, que ya ha encargado su segunda temporada. Se espera la emisión de la segunda temporada para finales de 2018, aunque no son datos oficialmente confirmados.

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Los viajes en el tiempo y filosofía para idiotas. Como género en sí mismo, los viajes en el tiempo gozan de una salud envidiable en todos los ámbitos de la cultura popular. Como género popularizado por H. G. Wells a finales del siglo XIX, dicha ficción suele centrarse en las consecuencias de viajar al pasado o al futuro. Esta suele ser la premisa central que envuelve todo tipo de ficciones, que a menudo implica consideraciones éticas y filosóficas, como cambiar la historia, ya sea intencionalmente o por accidente, alterar el futuro, o simplemente la odisea que el viajero debe superar con éxito para regresar a casa. Future man, en este sentido, reúne todas estas características y, además, como comedia gamberra aporta un cierto comentario social que permite abordar problemas contemporáneos de manera metafórica. Dada la estética y narrativa marcadamente adolescente y surrealista de la serie, dichos parámetros filosóficos son tratados con humor, a veces inteligente a veces chabacano. En otras palabras, lo que podríamos catalogar como filosofía para dummies.

Regreso al pasado ochentero (y sesentero). Resulta cuanto menos curioso que, pudiendo viajar en el tiempo sin limitación alguna, la primera temporada se centre en viajes temporales a dos décadas muy concretas de la historia americana: los años sesenta y los ochenta. Como fuente inagotable de referencias culturales, ambas décadas son centrales para el desarrollo narrativo y estético de la serie. Y es que los años ochenta están de moda. El abanico de productos culturales que se nutren de esta década es tan amplio como la distancia existente entre Stranger Things (2016-) y Los Guardianes de la galaxia (2014). Future man, sin embargo, no se deja llevar por lo que podríamos denominar el toque “Spielberg” y se nutre de todo tipo de referencias que van desde lo predecible, como Terminator (1984), Regreso al Futuro (1985), hasta lo impredecible, como Cocktail (1988) con Tom Cruise. En otras palabras, si HBO apuesta por Stranger Things y el regreso del todopoderoso Spielberg, Hulu apuesta por un discurso estético mucho más alternativo.

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Las habilidades actorales de su casting. Sí, sí, suena a tópico, pero en este caso es rotundamente cierto. Josh Hutcherson ha sabido des-encasillarse de su papel como Peeta en la saga Los juegos del hambre (2012-2015). Sus habilidades como actor cómico y un nutrido abanico de respuestas dramáticas dan realismo al su personaje principal en la serie. Sin olvidarnos, evidentemente, del riesgo que supone aceptar un papel de estas características para un actor tan comercial como Hutcherson. Sus secundarios de lujo, como Haley Joel Osment (Doctor Camillo), aportan el mismo grado de hilaridad que de solidez al proyecto. Eliza Coupe (Tiger) es quizás la actriz con más bagaje televisivo de este reparto, con otras comedias de éxito a sus espaldas como Scrubs (2001-2007) o la recientemente cancelada Quantico (2015-2018). Personalmente, junto con Hutcherson, Derek Wilson (Wolf) ha sido todo un descubrimiento.

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El sentido del humor anárquico. Como sexta razón para darle una oportunidad a Future man, una advertencia. Su sentido del humor anárquico y elemental puede resultar una desventaja. Desde luego, no es una serie que pasará a la historia del panorama audiovisual y, en (múltiples) ocasiones, puede herir la sensibilidad de cualquier colectivo, cultura, género, raza, nacionalidad,… Sin embargo, la serie tiene momentos únicos, como el episodio exclusivamente dedicado a mofarse del «afamado director y filántropo James Cameron».

 

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