Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

5 razones para ver «The Chilling Adventures of Sabrina»

Vale la pena avisar a quién lee: nunca he sido aficionada a series o productos mediáticos de género fantástico, ni de terror, ni de pseudo-terror. Debo confesar que me dan ‘miedín’, hecho que impide que disfrute bien de sus códigos. Ahora bien, cuando llegó a mis oídos que este mismo año Netflix se lanzaba a por una versión de “The Chilling Adventures of Sabrina”, no pude evitar la tentación de aproximarme a esta serie que, ya desde su promoción, prometía una dramatización escalofriante y la construcción de una protagonista con un sentido de la justicia acorde con las rupturas que las nuevas feminidades feministas están proponiendo en grandes y pequeñas pantallas.

Cinco fueron mis interrogantes previos a su visionado, y todos han sido agradablemente confirmados.

1 ¿Será la serie capaz que, mi consciente y mi subconsciente, dejen de asociar para siempre el personaje de Sabrina con Melissa Joan Hart?

Siiiiiii!!!!!!!!! Y sin ánimos de ofender a nadie, quizá esta sea la revelación más preciada. En mi retina están gravados, aun, los sinsabores de los más de 160 episodios de “Sabrina, the teenage Withc” (ABC 1996-2000; The WB 2000-2003). Episodios en los que un gato de trapo parlante (mal)asesoraba los dilemas de Sabrina, cuya disyuntiva más osada para delimitar cuando sí y cuando no podía usar sus poderes, se debatía entre si formar parte o no del grupo de animadoras; resolver las incapacidades del bueno de su novio; o ser fiel a los principios de cualquier chica blanca de Massachussets con ambiciones de ser jefa de prensa en la radio local. Ya me perdonarán si encuentran lo mío muy frívolo, y bien estará que me culpen a mí de pasar por ello. Pero cuando los ‘yankees’ se ponen a ser moralistas y buenistas, lo son como nadie. Si no, que le pregunten a sus tías en la serie, Zelda y Hilda, epítome del aburrimiento queriendo ser las más buenas de todas la buenas una vez han domado y redimido su mal natural.

 

2 ¿Será capaz Kiernan Shipka desenvolverse en esta industria tan tiránica y tan lamentablemente previsible para las chicas, después de haber sido la hija del mítico Draper en Mad Men?

Siiii! Teniendo en cuenta que es una de tantas mujeres a las que hemos visto crecer en nuestras pantallas, y con la vulnerabilidad que esto produce dado el vicio y la humana alteración mental por la que pensamos que todo lo que crece ante nuestros ojos nos pertenece, Kiernan parece que es de las pocas que, por el momento, no se ve salpicada por la voracidad de la industria. ¿Quizá por qué se mueve por unos circuitos mediáticos no muy mediáticos, valga la redundancia?; ¿Quizá por qué, aun siendo superguapa, la industria no la encuentra suficientemente ‘sexy’ ni ‘traviesa’?; ¿Quizá por qué, por el momento, más allá de confesar que le gusta la moda, es una mujer que ‘no da juego’ precisamente por ser lo que el orden social espera de ella -mujer modesta y calladita-?. ¡Quién sabe!  Lo que sí es verdad es que, de momento, no está en el ojo del huracán por cuestiones que atañen a su vida privada –pregúntenselo a Ariel Winter  (Modern Family) y a su derecho a lucir su físico como le dé la gana-, y que puede disfrutar de protagonizar una serie inusual, protagonizada por una mujer inusual, y con una dramatización inusual. En lo que sigue, intentaré explicarlo.

3 ¿Podrá gustarme una serie de brujas (con lo manido que es eso), de género fantástico (¿?????), que a veces da miedín (brrr….)?

Siiii! Y eso que nunca leí el cómic, y eso que, como dije al principio, no manejo bien el código fantástico. Si, si. Otro mea culpa. Pues, yo mismita, si lo hubiera querido, hubiera podido destraumatizarme de Melissa y su estupendísima familia y círculo de amistades. Pero hecha la confesión, y sin pasarme al extremo a ser una incondicional del género –me sigue dando miedo-, hay una cosa que me fascina y que creo que es uno de los ingredientes secretos de la calidad de la serie. Y es que no sé muy bien a quién va dirigida. A qué público modelo, me refiero. Un sobrino mío de 11 años se declara superfan, del mismo modo que la serie es super-recomendable en un foro como éste.

La puesta en escena, dónde el rojo predomina en casi cada plano, y dónde los guiños a la cultura cómic y fantástica, transpiran en todas las aventuras de las protas. La caracterización de los protagonistas que se dibujan entre sórdidos, casposos, y super sexys. La elección de personajes cuya sexualidad se presenta de un modo supernatural, nada estereotipado ni previsible. Una serie que consigue que la sordidez tenga estilo, sin tener que pasar por una puesta en escena aséptica ni minimalista. Una atmósfera cálida, onírica, de cuento. Bien podría ser un Twin Peaks pero con el tono muy, muy rebajado. Dónde el mal no es sinónimo de frialdad, ni frivolidad, ni está protagonizado por hijos de los antiguos ‘yuppies’, sino que forman parte de un estilo de vida profundo y con códigos propios.

4 ¿Puede The Chilling Adventures of Sabrina, de verdad, incorporar o representar tramas y personajes feministas?

Siiiii! Increíble, pero cierto. Supongo que la sorpresa para mi es mayúscula pues no se trata de una serie protagonizada ni qué quiera explotar la fórmula de las ‘nuevas feminidades’; ni que quiera proponer una revisión a la cultura de la hipersexualización; ni que quiera explotar la reivindicación de los derechos de las mujeres mediante la explotación de su victimización.

Sabrina es una mujer que lucha por un sentido de la justicia de un modo no libre de contradicciones. Como adolescente, además de inconformista e incluso contestona, es una mujer que se equivoca. No es una heroína perfecta; ni buenísisisma; ni la heroína perfecta por qué sí, o por qué es feminista.

Las causas por las que lucha son de una actualidad que resulta apabullante y se presentan sin un atisbo de espectacularidad: la lucha y la reparación que exige al acoso de Susie, una de sus mejores amigas, a la que llaman ‘marimacho’; el cuestionamiento de rituales y sistemas de relación e iniciación de su aquelarre que, incluso en un no lugar y un no tiempo, resultan de lo más retrógrados y abusivos; la constante ambición con la que afronta su identidad, negociando entre la vida íntima y la pública.

Expuesto de este modo, parecería que lo reivindicativo es uno de los principales cometidos de la serie. Pero lo más interesante, y aquí mi aplauso, es que es una de las pocas series que consigue introducir la lucha feminista del modo más natural posible. Siempre estamos viendo una ficción fantástica. Este es su orden narrativo, su convención genérica. En la serie, de un modo de lo más natural, se habla del don dinástico de las mujeres de la familia de la otra de las mejores amigas, Roz. De un modo de lo más natural, la educación de la propia Sabrina que se dibuja sobre el esquema de la sororidad. También así se elige la propuesta de amor romántico que se establece y negocia entre Sabrina y Harvey que huye del masculinizado-institucional. Y los reclamos de Sabrina cuando denuncia en el instituto el acoso de Susie, o discute las tradiciones ante el Padre Blackwood, sumo sacerdote del aquelare, más bien forman parte de su testarudez natural que no de un alegato. No quisiera ser malinterpretada, pues si bien en momentos como los nuestros, hace falta  más de un alegato para sobrevivir al machismo latente, la naturalidad de la exposición de Sabrina subraya el sentido común del feminismo.

Incluso del modo más natural la ficción intenta, una y otra vez, subvertir la típica comparativa dicotómica y que se suele establecer entre los personajes femeninos, pudiendo ser en la serie la bondad-Maria-Sabrina y maldad-femme fatale-Jóvenes brujas. La relación que ese establece entre ambos focos femeninos es compleja y se retroalimenta la una a la otra. Y cuando menos lo esperas, una descubre pulsiones violentas y agresivas, y la otra es más humana de lo que se espera.

Quizá sea esta su mejor apuesta: una narración natural y apropiada para los tiempos en los que estamos, ¿verdad?

5 ¿Será la serie capaz que, mi consciente y mi subconsciente, dejen de asociar para siempre el personaje de Sabrina con Melissa Joan Hart?

Rotundamente si!

No, no me acusen de aprovechar el primero de mis interrogantes, suponiendo que no tengo más recomendaciones que hacer acerca de «The Chilling Adventures of Sabrina». Y vaya por delante que la probre Melissa no es la culpable de todo mi tormento. Pues no vayamos a olvidarnos de las hermanas Halliwell (Charmed, The WB 2998-2006), e incluso de Melinda Gordon (Ghost Whisperer ABC/CBS 2005-2010). Simplemente es que, todo lo que expuse anteriormente, se reduce a esto. Al hecho de arriesgar por una serie de brujas –fantástica, de miedín, y todo lo que el género comporte- sin tener que infantilizar a las protagonistas, y sin tener que crear un pseudo-género narrativo romanticóide y buenista para que nosotras, las mujeres, quepamos como protagonistas.

Por fin, la fatalidad de las brujas, es fatal. Por fin, las decisiones que se toman, tienen que ver con el equilibrio cósmico y de las fuerzas de la naturaleza, y no con el bienestar o el orden social de una pequeña comunidad blanca blanquíssima (quizá la serie que nos ocupa debería trabajar lo de la blanquitud un poco más). Por fin los dilemas a los que se enfrentan tienen que ver con la responsabilidad social y no con una concepción del bien tan elegante, como hedonista.

A pesar del miedín que he pasado, lo celebro. Y mucho!!!!

 

 

 

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