Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

5 razones para ver The Sopranos

Hoy nos acercamos a una de las series más vistas y mejor consideradas de la televisión: The Sopranos. Aquí cinco razones para verla si aún no lo habéis hecho:

1. Serie mítica. The Sopranos (David Chase, HBO, 1999-2007) ha sido considerada por la literatura especializada como una de las mejores series de la historia de la televisión (incluso en algunos textos se defiende que es la mejor entre todas). En su momento gozó de muchísima audiencia, siendo el mayor éxito comercial de ficción seriada que se haya emitido por cable. Convertida en serie de culto, ganadora de 21 premios Emmy, ha inspirado multitud de productos de cultura popular y la escritura de numerosos textos académicos. Sus 86 capítulos contaban la vida de un mafioso de New Jersey (Tony Soprano, interpretado por James Gandolfini) poniendo el foco, no sólo en sus actividades delictivas, sino también en su vida familiar y personal.

2. Masculinidad. Una de las sorpresas que depara The Sopranos es el papel fundamental que adquieren las visitas que el protagonista realiza a su terapeuta. La angustia de Tony Soprano –que le produce mareos y ataques de ansiedad– le lleva al sillón de una psiquiatra. Así, rompiendo con la masculinidad rocosa y nada íntima que había sido la norma en la ficción, el personaje que interpreta Gandolfini aparece como un ser vulnerable –aunque también socarrón, a veces pretencioso, con frecuencia machista– delante de una mujer, la doctora Jennifer Melfi (interpretada por Lorraine Bracco). A pesar de ser un importante y temido mafioso, Tony Soprano es el arquetipo de la crisis de la masculinidad, un varón que se siente castrado ante las mujeres que le rodean: su madre es una figura negativa que ya amenazaba con estrangularlo de pequeño; su mujer quiere que se haga la vasectomía; su amante le amenaza con descubrir su relación; su hija le desprecia y su hermana desafía su autoridad.

3. La psicoterapia. David Chase, que ha sido paciente de psicoterapia, ha manifestado en algunas entrevistas que deseaba mostrarla tal y como era. Su idea original era escribir una historia sobre un mafioso que iba al psicoanalista porque odiaba a su madre. La serie proporciona un retrato bastante realista, y siempre respetuoso, de las relaciones que se establecen entre pacientes y terapeutas. Explica cómo se despiertan emociones y como aparece el rechazo o la aceptación de cuestiones personales. Como parte de la terapia, el personaje cuenta muchos de sus sueños, la mayoría de gran simbolismo. Con todo, algunos textos señalan el exceso de tópicos freudianos.

4. La música. Muy importante para su creador, él mismo se ocupó de seleccionar la banda sonora de cada episodio, ayudado por el actor Steven van Zandt, guitarrita de Bruce Springsteen; el productor Martin Bruestle y el editor musical Kathryn Dayak. La banda sonora se ha publicado en dos álbumes: el primero “The Sopranos: Music from the HBO Original Series” (1999) y el segundo “The Sopranos: Peppers & Eggs: Music from the HBO Original Series” (2001). Se ha resaltado la acertada utilización de temas antiguos.

5. New Jersey vs. New York. el creador de la serie no quería situarla en New York, lugar habitual de ambientación de la mayoría de dramas televisivos. Eligió New Jersey y, para dejarlo claro, elaboró una secuencia de apertura, hoy mítica, que ha sido considerada como la décima preferida por el público de TV Guide en 2010. En esta secuencia, vemos a Tony Soprano saliendo del túnel Lincoln para entrar en la autopista de peaje de New Jersey. A través del coche se pueden observar monumentos históricos de Newark y Elizabeth. En las tres primeras temporadas se podía ver el World Trade Center a través del espejo retrovisor. La imagen fue eliminada –como se hizo en otras series contemporáneas como Sex in the City– tras los atentados del 11 de septiembre.

 

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