Nombres propios: Alex Garland
Alexander Medawar Garland es quizás uno de los escritores y directores ingleses más prometedores en el ámbito de la ciencia ficción actual. Nacido en 1970 en el seno de una familia de escritores y artistas, ascendió a la fama como escritor a finales de la década de 1990 con su novela The Beach, clave para entender a toda una generación, la llamada Generación X. Esta historia, más conocida por su adaptación cinematográfica con Leonardo Dicaprio, relata un cúmulo de experiencias vitales que Garland vivirá en sus viajes por Europa y las Filipinas y el consumo de drogas recreativas. Al éxito de la novela le sigue el éxito de la película, que servirá al joven escritor inglés para inspirarse en su siguiente obra, The Tesseract, sin el mismo éxito desafortunadamente. Pero Alexander Garland ha sabido crecer artísticamente, como así prueban sus guiones para películas como 28 Days Later (2002), Sunshine (2007), o Never Let Me Go (2011), convirtiéndose en un referente del sector.
El salto cualitativo que experimenta su carrera, sin embargo, viene de la mano de su debut como director en 2015 con Ex Machina, un thriller de ciencia ficción que explora los entresijos de una inteligencia artificial cada vez más cercana a nuestro tiempo, indagando cuestiones espinosas como el género de su fembot protagonista, o aspectos más imbricados en una corriente posthumanisma que se cuestiona hacia donde nos dirigimos como especie. El guión de Garland, aclamado por la crítica y el público, fue nominado al Mejor Guión Original por la Academia americana, constituyendo todo un logro para un escritor inglés de su generación en su primer trabajo como director.
La película protagonizada Domhnall Gleeson, Alicia Vikander y Oscar Isaac, narra la historia de Ava, una fembot atrapada por un sistema patriarcal que la programa a su antojo y semejanza sin tener en cuenta que esa delicada línea entre inteligencia artificial y entidad posthumana ya ha sido cruzada. Dos programadores, jefe y empleado, discuten durante unos días si Ava, después de pasar el test de Turin, tiene consciencia y sentimientos, o si debe ser «desconectada». Con el paso de los días, queda claro que Ava no es un robot sin entidad propia, sino una pobre víctima de dos hombres que la esclavizan como a un juguete sexual más. Si bien, el largometraje es controvertido en algunos aspectos en cuanto a la representación de género, sí que arroja alguna que otra verdad, a través de una atmósfera fría, una interpretación intimista, y un guión que hacer saltar por los aires, o al menos replantearse, toda la tradición audiovisual previa en torno a las mujeres robóticas. Sin duda, Garland permite con su obra ir más allá en un momento cinematográfico en el que los androides toman la gran y pequeña pantallas.
Debemos esperar a 2018 para disfrutar del siguiente proyecto de Garland, Annihilation, con Natalie Portman como cabeza visible del film, basada en la novela de ciencia ficción escrita por Jeff VanderMeer. Será entonces cuando podremos juzgar si este joven escritor inglés se consolida como genio del género. Por lo pronto, aquí os dejamos el trailer.