Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Terror, dolor, catarsis y traumas familiares: el cine de Ari Aster

Durante los años 2018 y 2019 aparecieron en cartelera un sinnúmero de grandes obras fílmicas que cautivaron nuestras almas cinéfilas y nos hicieron sentir aún más enamorados del séptimo arte. Entre las cintas más destacadas de ambos años encontramos dos películas de terror que han dejado a gran parte de la audiencia impresionada e impactada por su historia, por su uso de la imagen, por las sensaciones que transmiten y los conflictos que plasman, Hereditary (2018) y Midsommar (2019), ambas firmadas por una misma persona: Ari Aster.

El director nacido en Nueva York  (aunque siempre vivió durante su infancia y adolescencia en Nuevo México) se ha convertido en una de las grandes promesas del cine independiente americano. Ya de pequeño, el cine le causó un gran impacto en su vida. Sus padres, artistas los dos en el terreno de la música (el padre) y la poesía (la madre), le llevaban a menudo a salas de cine en las que él quedaba maravillado o, en alguna ocasión puntual, espantado, pues él mismo cuenta que salió corriendo de la sala cuando era pequeño porque le asustó una escena de la película Dick Tracy (Warren Beatty, 1990). Siempre solía visitar los videoclubes de la zona para alquilar y comprar una gran cantidad de títulos. De todos ellos, fue -según relata él- la película El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (Peter Greenaway, 1989) la que más le impactó y le hizo querer decantarse por hacer un tipo de películas nada convencionales y que causen un impacto (ya sea bueno o malo) en la audiencia, que no fuesen fáciles de digerir y que tuviesen una historia compleja y llena de posible puntos de vista e interpretaciones.

Ari Aster y Pawel Pogorzelski en el rodaje de Hereditary (2018)

Durante los años en los que estudió en The Santa Fe University of Art and Design y en el American Film Institute comienza a hacer cortometrajes con compañeros y amigos de clase entre los que destacaría Pawel Pogorzelski, quien será el director de fotografía de todas las cintas de Aster. En estos primeros trabajos como escritor y director nos deja ver cuáles serán sus temas más recurrentes: terror, dolor, catarsis y traumas familiares. The Strange Thing about the Johnsons (2011) es de sus cortometrajes más aclamados y recordados por su singular argumento. La obra trata sobre una familia acomodada americana que guarda un secreto: el primogénito -desde su adolescencia- está enamorado de su padre. Este sentimiento y obsesión no será pasajero, y cuando el hijo se haga adulto no dudará en agredir y abusar sexualmente del padre, quien vive asustado, traumatizado y avergonzado de todo lo que ha sucedido, sin apenas poder mirar a los ojos de su mujer -quién desconoce la secreta relación que se ha establecido en su casa-. El uso de planos cerrados y primeros planos priman en esta obra, mostrando una atmósfera asfixiante y enfatizando las expresiones de terror, tristeza y dolor de los personajes. La estética de la obra también será un punto importante, pues el uso de planos iluminados con colores llamativos y coloridos será utilizada como contrapunto irónico de los hechos que suceden (colores alegres en un ambiente terrorífico y tenso). Esto también se verá plasmado en otro de sus cortometrajes más conocidos: Munchausen (2013), que narra -al estilo de la secuencia inicial de Up (Pete Docter, 2009)- la vida de un adolescente que se va a la universidad y decide irse a vivir con su novia, y cómo la madre de este, deprimida por ver a su hijo partir, decide hacerle caer enfermo para que no se separe de ella en un largo tiempo. La ausencia de diálogos hace que el peso de la narración y los sentimientos de los personajes corran a cargo de la música, la puesta en escena no verbal de los actores y una fotografía que utiliza tonos cálidos y colores llamativos en los momentos más alegres y tonos extremadamente fríos y tristes hacia el final del cortometraje. En las siguientes obras de Aster como The turtle’s head (2014), Basically (2014) o C’est la vie (2016) prima la ironía y la comedia negra tan característica de los hermanos Coen y de cómicos como Chris Morris, muy admirados por Aster junto a otros grandes directores como Stanley Kubrick, Martin Scorsese o Ingmar Bergman.

Una de las escenas más tensas de Hereditary (2018)

Así llegamos a 2018, año en el que estrena su opera prima Hereditary. El cinta, que es considerada como uno de las películas de terror más aclamadas del siglo XXI, iba a ser tan solo un drama familiar, pero a medida que Aster iba escribiendo el guión vio que el horror sensorial sería un género perfecto para plasmar según que aspecto a la vez que le permitiría alejarse un poco de la visión autobiográfica que cargaba el guión. Inspirado por clásicos del género como Rosemary’s Baby (Roman Polansky, 1968) o Carrie (Brian de Palma, 1976), Aster crea un guión fuerte, trabajado y perfilado al extremo que materializado visualmente con las grandes actuaciones de Toni Collete -quien más resplandece en el filme-, Alex Wolff y Gabriel Byrne, con la fotografía de Pogorzelski donde priman los juegos de luces y sombras propias del género, un montaje que va de lo más calmado y pausado a lo más frenético y agobiante, y una utilización del sonido que deja al espectador con el corazón en la boca durante todo el filme, hace que Hereditary sea toda una experiencia asfixiante que va creciendo sin parar hasta el climax final.

Si Hereditary retrata el desmoronamiento de una familia tras la muerte de un familiar, Midsommar -el siguiente filme de Aster- parte de ese mismo punto (la trágica muerte de los padres y la hermana de Dani, la protagonista) y le añade la crudeza y el dolor de una relación sentimental tóxica. La catársis a través del dolor y el sufrimiento es la base del filme de Aster, que vuelve a repetir con el género de terror de sectas y cultos trasladando a sus personajes de América hasta una zona perdida en los bosques de Suecia donde se celebra una festividad en honor al solsticio de verano. En esta cinta, Aster, sustrae uno de los elementos más característicos de las películas de terror: la oscuridad, y consigue aterrarnos con planos completamente iluminados. Pese a poder verlo todo, los jóvenes americanos no podrán ver venir las extrañas y macabras celebraciones ni las conspiraciones que suceden a sus espaldas, haciendo que sean presa de sus rituales. Al estilo de una novela de Agatha Christie, los jóvenes irán desapareciendo progresivamente o serán persuadidos por la secta; y es ese uno de los puntos más interesantes del filme, cómo esta nueva comunidad se pueda convertir en la nueva «familia» de Dani.

Vilhelm Blomgren, Florence Pugh y Ari Aster en el set de Midsommar (2019)

Desde luego Ari Aster ha demostrado que es un director y escritor excepcional, sin miedo a retratar temas tabú, hablar o inspirarse en aspectos de su propia vida. Su personalidad introvertida no le impide dejar de trabajar constantemente, hablar sobre películas que le fascinan como Come and See (Elem Klivom, 1985) o 45 years (Andrew Haigh, 2015) -que siempre consigue emocionarle-, e ir creando nuevos proyectos cinematográficos. De hecho, comenta que, además de producir un remake del filme Save the green planet (Jang Joon-hwan, 2003), está trabajando en una nueva cinta de comedia negra de unas cuatro horas de duración.  A pesar de haber realizado tan solo dos filmes, Ari Aster ya se ha convertido en un autor con sello propio. Aster dirige con paciencia, pensando la coreografía de los actores, la iluminación, la estética de cada plano; le gusta tomarse su tiempo, dilatar las escenas y trabajar en la psicología de sus personajes, en los roles que desempeñan y cómo se relacionan con los demás. Sus personajes son singulares, bien trabajados y cargan con preocupaciones humanas y universales que van más allá de los estereotipos del género en el que trabaja. Alabado por directores como Scorsese y por gran parte de la crítica y el público fanático de una buena película de terror, el director de Hereditary es ahora mismo una de las grandes promesas del cine independiente y muchos esperaremos ansiosos sus nuevos proyectos.

 

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