Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Ballerina» (2016): bailar por un sueño

El cine de animación parece en ocasiones estar monopolizado por las producciones norteamericanas, y más concretamente por las de un gigante de la industria que todos conocemos. Pero hete aquí que en lo que llevamos de año ha habido una producción que se escapa de este contexto y que ha conseguido un éxito que parecía poco probable. Se trata de la producción francocanadiense dirigida por Éric Warin y Éric Summer titulada Ballerina, y que se estrenó a mediados de enero en nuestro país.

Ballerina cuenta la historia de Felicia, una niña que, tras la muerte de sus padres, vive en un orfanato en su Bretaña natal. Su pasión es la danza y comparte con su amigo Víctor el deseo de escapar del orfanato para ir a París y ambos cumplir sus sueños: Felicia quiere ser bailarina profesional y Víctor, inventor. Pero una vez allí, sus planes encontrarán más dificultades de las planeadas. Felicia se hará pasar por otra persona para conseguir entrar como alumna de la Grand Opera House y así luchar por tener la vida que desea. Pero será descubierta y tendrá que arrimar aún más el hombro para conseguir su objetivo.

ballerina

La película, dirigida a los más pequeños, es un canto al esfuerzo y la superación personal en pos de un sueño. Es una película amable, llena de aventura y con sus pequeñas dosis de humor y amor aquí y allá para poder salpimentar la historia.

La calidad de la producción es muy alta. El esfuerzo por una animación de calidad, rica en detalles y textura, abruma al espectador y no tiene nada que envidiar a las producciones de Pixar, a pesar de que su presupuesto sea sensiblemente inferior. Destacan, sobre todo, la producción de los escenarios, desde el orfanato bretón a las escenas del París de fin de siglo, con una Torre Eiffel todavía en construcción, y con una recreación del ambiente del Teatro de la Ópera fantástica.

Otro punto a destacar de la película es el de la música: si bien no es un musical como muchas veces ocurre en este tipo de producciones, la música sí tiene un protagonismo en la producción. Destaca el uso de melodías modernas (pop) en ese ambiente finisecular descrito, una anacronía que no es nueva (sin ir más allá, Moulin Rouge) ni exenta de polémica, pero que suele funcionar para acercar al espectador. En la misma línea podríamos hablar del anacronismo de algunos detalles, como la ropa de Felicia (como puede apreciarse en la imagen de cabecera), pero son pequeños puntos de producción que no afean el resultado final.

Quizá lo que falle más es la caracterización psicológica de los personajes, a los que no se les puede evitar ver las costuras de los estereotipos. La película parte de muchos tópicos: la pobre niña huérfana marginada, los malvados dueños del orfanato, la enigmática maestra de ballet que ayudará a Felicia, la presumida y endiosada niña rica a la que nuestra protagonista suplanta. Con todo, el film hace un esfuerzo por superarlos y que no queden en personajes demasiado maniqueos: así ocurre, por ejemplo, con el temible guarda del orfanato, o con la niña malísima que se enfrenta a Felicia por el puesto de bailarina. Eso es de agradecer, porque de no haberse intentado este giro, la película sí habría sido una sucesión de tópicos uno detrás de otro.

Parece que la película ha interesado al público puesto que a finales del mes pasado había logrado ser la tercera película más vista en nuestro país con una recaudación de 1,4 millones de euros, y se esperaba que al final de su vida en los cines hubiera llegado a los 5. No está nada mal para ser una película de animación europea distribuida por una indepedendiente (A Contracorriente Films). Además, se han hecho varios pases solidarios a beneficio de la AECC, con lo que se ha demostrado que hay otra manera de trabajar en la explotación del cine de animación.

Posiblemente, si entráramos a diseccionar la película desde un punto de vista semiótico o cultural le encontraríamos algún reproche más, pero creo que no es necesario. Ballerina es una película que habla del amor por hacer algo que te apasiona, algo que mueve tu vida, y cómo debes intentarlo hasta el final. Y eso, creo, es bueno. Eso sí, para películas con este mensaje, me sigo quedando con Billy Elliot.

 

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