Bibliografía básica III: Las mujeres y el cine. A ambos lados de la cámara
E. ANN KAPLAN. Las mujeres y el cine. A ambos lados de la cámara. Madrid: Ediciones Cátedra. Colección Feminismos, 1998, 419 págs. (ISBN 84-376-1625-5). Traducción de M.ª Luisa Rodríguez Tapia (Women & Film. Both sides of the camera, 1983).
El volumen, publicado por primera vez en 1983 y traducido al español quince años más tarde, es un clásico de los estudios fílmicos feministas. Kaplan, profesora de la Stony Brook University de Nueva York con muchos años de experiencia en impartir cursos sobre las mujeres en el cine, observó que, aunque empezaba a ser relevante el corpus académico sobre la materia, las obras y los conceptos teóricos seguían siendo desconocidos por la mayoría del alumnado. En consecuencia, la autora escribió este texto para acercar el tema a estudiantes y público no experto, por lo que tenía un objetivo claramente pedagógico y un enfoque accesible teóricamente.
El libro se divide en varias partes, muy diferentes entre sí. En primer lugar, la autora ofrece un recorrido por conceptos clave del análisis cinematográfico, muchos de ellos basados en perspectivas psicoanalíticas, configurando así una suerte de glosario, temáticamente algo confuso, donde encontrar términos o constructos teóricos como vouyerismo, las formas de mirar o la diégesis entre otros muchos. A partir de ahí, dos grandes bloques forman el cuerpo principal del volumen. Una primera parte en la que, dividida en cinco capítulos, Kaplan analiza tres películas clásicas del cine de Hollywood, además de otra más contemporánea; y un segundo bloque, compuesto por diez epígrafes, donde categoriza el cine independiente realizado por mujeres.
El cine clásico de Hollywood fue el material con el que Laura Mulvey construyó en 1975 el seminal texto “Visual Pleasure and Narrative cinema”. Kaplan utiliza esta obra para estudiar los filmes Camille (Margarita Gautier y Georges Cukor 1936), Blonde Venus (Joseph Von Sternberg, 1932), Lady from Shangai (Orson Welles, 1946) y Looking for Mr. Goodbar (Richard Brooks, 1977). Previamente, en un primer capítulo, la autora procura un acercamiento teórico al concepto de male gaze (mirada masculina) de la propia Mulvey. El análisis de la autora ha sido criticado por ser excesivamente descriptivo, limitándose a la representación femenina y la estereotipia de género, dejando de lado otras cuestiones como el trabajo de cámara o el montaje.
Los diez capítulos que integran la segunda parte del volumen ofrecen cierta cartografía sobre el cine que hacían las mujeres europeas y norteamericanas –excepto un capítulo dedicado a la cineasta cubana Sara Gómez– en los años setenta, enriqueciendo dicha exposición con el análisis de largometrajes, además de la aportación de algunos esbozos sobre la distribución y la producción. El punto de partida de estos capítulos es la definición del cine independiente hecho por mujeres como una estrategia política, mecanismo para hacer audible la “voz” de las mujeres y para construir la subjetividad femenina. Como Mulvey y otras autoras de la época, Kaplan considera que la teoría psicoanalítica permite revelar la socialización y opresión que sufren las mujeres.
El volumen termina con una serie de elementos técnicos (filmografía, sinopsis de filmes, bibliografía) además de un apartado dedicado a profesionales de la educación. Bajo el título “Apéndices para docentes”, incluye el diseño general de su asignatura sobre cine y mujeres junto al listado de películas y lecturas obligatorias.
Han pasado muchos años desde que Kaplan publicara su libro por lo que muchas cuestiones han sido superadas y, algunas otras, se han revelado como confusas o incluso erróneas desde el punto de vista teórico. Sin embargo, constituye una herramienta todavía útil para conocer el primer periodo de la teoría fílmica feminista en el ámbito académico. Como ocurre en cualquier disciplina, es necesario conocer los textos pioneros para entender las evoluciones, aportaciones y (re)escrituras que otros volúmenes desarrollaron a continuación.