Ciclo indie (16): el frenetismo de los hermanos Safdie, «Good Time» y «Uncut Gems»
Personajes marginados, problemáticos, apartados de la sociedad y rechazados por ella, perdedores, patosos… situaciones agobiantes, frenéticas, asfixiantes, peligrosas… un mal movimiento y todo está perdido. El cine de los hermanos Josh y Benny Safdie gira entrono a todos estos aspectos. Sus películas nos sumergen en un mundo peligroso y hostil, donde la violencia y el engaño es el principal motor para conseguir lo que se proponen sus personajes. Ambos creadores han dirigido dos de las películas independientes más interesantes e intrigantes de la última década, consiguiendo marcar un signo de autor y consagrándose como unos de los directores más prometedores.
A pesar de contar con dos largometrajes –Heaven knows what (2014) y Daddy Longlegs (2010)- para ellos, Good Time (2017), es su primera película como tal. Con un reparto reducido pero con grandes actores como Jennifer Jason Leigh y Robert Pattinson, que interpreta al protagonista del filme. La película gira en torno a los hermanos Connie Nikas (interpretado por Pattinson), de carácter impulsivo, arbitrario, cínico y egoísta; y Nick Nikas (Benny Safdie), un chico que sufre de una discapacidad mental y que teme ser rechazado y afrontar su situación conflictiva familiar con su hermano (a quién verá como un héroe) y su abuela. Ambos hermanos llevarán a cabo un robo en un banco que pesar de que parece que su golpe ha tenido éxito, una bomba de tinta escondida entre los billetes -empleada como dispositivo para detectar el dinero robado y a los atracadores- explota y cubre a los hermanos de una tinta fucsia rojiza que permite a la policía distinguirles de entre el resto de la gente. Durante la huida, Connie consigue escapar airoso, pero Nick acaba estrellándose por accidente con la puerta de cristal de una tienda, quedando malherido e inconsciente.
El filme narrará cómo el personaje que interpreta Pattinson -de forma magistral- intenta por todos los medios conseguir dinero para pagar la fianza y sacar a su hermano de la cárcel. Connie, con su temperamento frío y manipulador, intenta que su novia de el dinero de la madre de esta, pero es imposible: la madre ha cancelado la cuenta. Sin pensárselo dos veces, y aun sabiendo que está en búsqueda y captura, se las apaña para entrar en el hospital donde su hermano -custodiado por un policía- se cura de las heridas de una paliza recibida en la cárcel y consigue sacarle de ahí sin ser visto. Mientras ambos esperan en la casa de una anciana que Connie conoció y engañó en el hospital, éste se da cuenta de que la persona a la que ha sacado de ahí, que hasta el momento había estado inconsciente y envuelta por vendas, no es su hermano, sino otro delincuente que ofrece a Connie un plan para conseguir el dinero que necesita para sacar a su hermano; una misión rocambolesca y frenética que, siguiendo con la mala suerte del convicto, saldrá mal. Los hermanos Safdie nos hace partícipes de la odisea de Pattinson. La gran cantidad de planos detalle y cercanos a los rostros de los personajes consiguen hacernos sentir que estamos junto a ellos, viviendo sus penurias y sintiendo las expresiones de sus rostros. A eso se le suma un montaje rápido y delirante, y una atmósfera agobiante donde las luces de neón iluminan los rostros cansados, angustiados y furiosos de los personajes, y señalan a Connie enfatizando su culpabilidad con tonos rojizos (igual que lo hacía la bomba de tinta del dinero del banco).
A pesar de tener escrito el guión en 2012 no fue hasta el año 2019 que el segundo largometraje de Benny y Josh Safdie, Uncut Gems, fue rodada y estrenada. Adam Sandler encarna -en uno de los mejores papeles de su carrera- a un ostentoso vendedor de joyas judío de Nueva York llamado Howard Ratner que vive aparentando que lleva el control de su vida, pero todo lo contrario: le debe dinero a unos clientes, al padre de su mujer y a Arno, un peligroso mafioso siempre acompañado de sus dos guardaespaldas que no temen utilizar métodos violentos para conseguir lo que deben. El filme gira en torno a una diamante en bruto que Howard a comprado para venderlo por millones de euros en una subasta. No obstante, el vendedor no duda en presumir de la gema que ha conseguido ante sus clientes, en concreto ante el jugador de la NBA Kevin Garnett (interpretado por él mismo) quien queda extasiado ante el diamante y decide comprárselo a toda costa, pues cree que tiene poderes especiales que le hace ganar partidos. Aunque Howard sabe bien que debe venderla en la subasta, se la deja por un día al jugador de baloncesto. Como en todas las cintas de los Safdie: las cosas no salen bien, y el joyero debe recorrer todas las calles de Nueva York acosando y persiguiendo a Garnett, a sus representantes y a Demany (su socio que le consiguió el contancto con Garnett), a la vez que se ve perseguido por Arno y sus matones, por la tasadora de la subasta -que no hace más que recordarle que si no entrega la gema a tiempo no podrá venderla- y otros tantos clientes a los que Howard ha engañado y que le piden grandes sumas de dinero. Es así como Howard Ratner se ve sumergido en una tempestad de violencia, deudas, malentendidos, problemas familiares con su suegro y su mujer -a quien está engañando con una empleada de su tienda-, peleas y discusiones con famosos como Garnett o con el cantante The Weeknd (quien está a punto de acostarse con su amante), amenazas por parte de la mafia y profundo sentimiento de fracaso, miedo y angustia que solo consigue apaciguar Julia (Julia Fox); la amante de Howard, quien, a pesar de todo, ama al joyero locamente.
La cinta, igual que su predecesora, resalta por su montaje rápido, frenético y taquicárdico, y por su uso de los colores eléctricos y luces de neón. La ciudad de Nueva York tiene vital importancia. Adam Sandler, bordando uno de los mejores papeles de su carrera, se mueve por la gran ciudad huyendo de sus responsabilidades, intentando poner sentido a su vida y a las decisiones catastróficas que toma. Julia Fox se estrena como actriz haciendo una gran interpretación como la dulce y apasionada amante de Howard. El guión de los hermanos Safdie junta géneros diversos como el thriller, la comedia negra y la tragedia. Como en Good Time, el final es amargo y doloroso; pero así son los personajes de este dúo artístico fraternal.
Ambos hermanos han creado un mundo único y personal en sus películas. Todos sus personajes y sus historias podrían ocurrir en el mismo universo, uno violento, trágico, rocambolesco y adrenalínico habitado por personajes destinados al fracaso. Los colores tiñen sus rostros culpables y agotados, cansados de sus propias vidas, pero intentando ocultar su frustración. Una música electrónica les acompaña y marca el pulso rápido de sus pasos y sus corazones, todo es angustioso y delirante. No cabe ninguna duda de que estamos ante las primeras creaciones de unos directores muy prometedores que seguirán creando cine independiente de calidad.
Graduado en Comunicación Audiovisual en el Centro de Enseñanza Superior Alberta Giménez (Universidad de Comillas). Apasionado por el cine, las series de televisión, los cómics y toda forma de arte secuencial. Interesado en toda obra filosófica, transgresora e innovadora.