Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Comportamientos (in)humanos: «Blood Drive» y «The Hand» (Scream Queens, 2×06-07)

Si los últimos episodios de Scream Queens han sido una locura (¡qué raro!), los episodios «Blood Drive» y «The Hand» son realmente tranquilos y especialmente emotivos. Las estrambóticas muertes acontecidas en un todavía más estrambótico Halloween se van a sustituir por los momentos más intimistas (si ello es posible) de dos de los personajes que todavía no habían tenido un protagonismo en la segunda temporada y que, en realidad, nuestros guionistas más desmadrados de la televisión  -de nuevo con Ian Brennan a la cabeza- estaban convirtiendo en personajes funcionales y casi casi comparsas: nos referimos a los doctores Casssidy Cascade y Brock Holt.

Y es de agradecer que el foco de atención de la narración pase de las Channel a unos personajes masculinos que mostrarán su faceta y sus comportamientos más humanos: los sentimientos confusos por una identidad dual en el primero (incluida su idea de que es un undead) y la desesperación del segundo por controlar esa mano díscola y perteneciente a un asesino en serie que le va a llevar por la calle de la amargura. Ambos mostrarán su fragilidad, y ambos serán ayudados por Chanel Oberlin y por Chanel número 3 quienes también se convertirán en seres entrañables.

Hester con su paciente, el joven que cree ser un vampiro

Ello no impide que «Blood Drive» y «The Hand» nos obsequien con pacientes y tratamientos hilarantes. La escasez de donaciones de sangre en C.U.R.E hará que se promueva un concurso para ver quién de los trabajadores del hospital consigue llenar las neveras del banco de sangre. Ni que decir tiene que Chanel Oberlin desplegará todas sus «magníficas ideas» para alzarse con la victoria y poder ganar el premio que no es otro que unas vacaciones en Blood Island. Y ni que decir tiene que el episodio tendrá un extraño paciente, un joven que se cree ser un vampiro que tendrá asignada como médico de cabecera a Hester Ulrich quien no tendrá otra idea que aplicar un remedio de psicología inversa para curarle. Una auténtica joya para una Lea Michele que está magistral, como siempre, en su papel de loca de atar que necesita estar ocupada para no aburrirse y empezar a matar a la gente.

Y ya que hablamos de matar a la gente, no podemos obviar el hecho de que, tal como sucediera en la primera temporada de la serie, nos enfrentemos con más de un temible asesino que rompe la «pacífica» existencia del C.U.R.E Hospital. Porque, si en la primera temporada de Scream Queens, el equipo de Murphy nos sorprendió con la existencia de dos Red Devils, en esta nos regalarán con tres Green Meanies (dos de ellos ya desvelados en estos episodios y relacionados con historias previas, una de ellas bastante inesperada y que no desvelaremos por supuesto) quienes colaborarán entre ellos repartiéndose víctimas pero también protegiéndolas. Si el enfrentamiento entre dos de ellos está más que asegurado (bueno, con el Murphy team nunca se sabe) sería digna de ver una lucha entre los tres. Firmaríamos ahora mismo para que así fuera  porque seguro que sería una escena que no tendría desperdicio. Pero tendremos que esperar a ver si nuesto deseo se cumple. O si aparece algún Green Meanie más por el camino.

Los doctores Cascade y Holt ocupan el centro de los episodios

Mientras «Blood Drive» es como una especie de crónica vampírica filtrada por las normas de la serie,  «The Hand» va a centrarse en el aspecto sentimental: la idea de la búsqueda y/o encuentro del alma gemela y del sacrificio por la persona amada va a ser el tema central del episodio, un tema que, sin embargo, no va a ser tratado de manera frívola, bien al contrario. El nuevo paciente deforme llegado al hospital del que no se separa una novia absorbente y controladora va a contrastar con la relación casi platónica (por el momento) entre Cassidy y Chanel número 3, una relación ya conocida por los espectadores desde episodios anteriores y que los guionistas tratarán de un modo absolutamente delicado y con un aura más que poética que, sinceramente, resulta inusual en una temporada que demuestra ser más alocada y quizá menos estructurada que la anterior (¿será que realmente los creadores ya dan por hecha la cancelación?) y que se va a convertir en un elemento esencial para el desarrollo  de los capítulos que aún nos quedan por ver.

Lo mejor: la relevancia de los personajes masculinos en los episodios. Se agradece que no siempre sean protagonistas las Chanel.

Lo peor: Esa extraña sensación de que no nos quedan muchos episodios más de la serie.

El momento más loco: la carrera/lucha en cámara lenta por los pasillos de la decana Munsch y Chanel Oberlin con los acordes de Carmina Burana. Una escena en la que se debieron reir de lo lindo Jamie Lee Curtis y Emma Roberts.

 

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