Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Del thriller conspiranoico a la reflexión sociológica: las claves de «Babylon»

El 7 de octubre se estrenaría a nivel internacional el anime Babylon. Un lanzamiento que ya se vendría anunciando desde hace meses y cuyo seguimiento se puede realizar a través de Amazon Prime. Para la sorpresa de los otakus que esperan con impaciencias los estrenos anime de la temporada de otoño, el canal streaming nos deleitaría con la emisión de sus 3 primeros episodios; por un lado, propiciando el adelanto de este post y, por otro lado, alentando las expectativas de los espectadores más ansiosos. De esta manera, sus tres episodios ya han sido suficientes para establecer las claves que construirán el universo de la serie, una batería de especulaciones acerca de su futuro desarrollo y, lo más importante, para enganchar a sus espectadores alrededor del globo. Pero, mejor vayamos por partes.

Siendo una adaptación de las novelas de Mado Nozaki, el inicio de la serie no puede ser más reveladora: una redada en una empresa farmacéutica a cargo de la Fiscalía Pública de Tokio. Así, conoceremos a nuestro protagonista, el implacable fiscal Zen Seizaki, quien hallará entre los documentos incautados informaciones sospechosas acerca de medicamentos experimentales, además de una pista que le hará pensar en que la vida de alguien está en peligro. Pronto, Seizaki y su ayudante Atsuhiko Fumio, no tardarán en descubrir una red de corrupción que afectará a altos cargos gubernamentales. En este sentido, la premisa argumental que va a desarrollar Babylon no se alejará de las convenciones prototípicas del thriller conspiranoico donde un personaje – normalmente un peón del propio sistema – deberá destapar los escándalos políticos que sucederán a su alrededor y llevarlos antes la justicia. Por supuesto, una tipología de trama que tendrá los giros dramáticos inesperados y la tensión constante como principales aliados narrativos. Unos elementos que se mezclarán de maravilla en el episodio piloto (Sospechas) donde no podrían faltar las investigaciones de la fiscalía y la aparición de las otras fuerzas públicas que ayudarán a Seizaki a completar su búsqueda hacia la verdad: Shinobu Kuijin, inspector de policía; y Ariyoshi Hanta, periodista.

Zen Seizaki, el implacable fiscal que luchará contra la corrupción del sistema. Atención al detalle de su taza de café: «Keep Calm and Serve Justice»

Sin embargo, el valor de Babylon irá más allá de la mera conspiranoia. El guión de Minaka Sakamoto planteará un argumento complejo donde se criticará el acomodamiento de ciertas prácticas ilegales a manos de las altos dirigentes políticos que, supuestamente, beneficiarán al progreso social, pero a consta de romper la ley; como su una fórmula política maquiavélica se tratase. Así, la compra de votos a través de chantajes y de la prostitución o las muertes “en extrañas circunstancias” no serán una sorpresa para Seizaki; aunque, por supuesto, tendrá como principal objetivo erradicarlas. Así, el fiscal se verá envuelto en una conspiración electoral que afectará a los comicios para la alcaldía de Shiniki, una ciudad 2.0 donde se ha trasladado a parte de la población de Tokio como refuerzo al bienestar económico del país.

De esta manera, el episodio 3, (Revolución), supondrá un giro temático que se establecerá como otra de las claves del anime: un hipotético sustrato ético-filosófico que podría abrir nuevas líneas temáticas en la serie. Se desvelará un plan de manipulación electoral para hacerse con el control del sistema donde los viejos políticos serán los que muevan los hilos detrás de la nueva generación política y donde el “proyecto Shiniki” se establecerá como uno de los paradigmas de las sociedades del futuro, tanto a nivel tecnológico como a nivel moral. Un planteamiento de ciudad utópica donde las leyes que ya están establecidas se dinamiten a favor del bienestar de sus habitantes y que les sirvan para tener el “control de su propio destino”. En definitiva, un campo de pruebas donde poder ejecutar una justicia alternativa. Así, Babylon se comenzarán a esbozar reflexiones sociológicas acerca de los cambios de valores morales de ciertos comportamientos e ideologías actuales. Una de ellas será la defensa del derecho a la muerte que planteará la nueva jurisprudencia de Shiniki donde se ha creado un nuevo fármaco que potencia los instintos suicidas de la población ¿Una crítica al sistema que no hace nada para impedir la alienación social que puede terminar en depresión? ¿Una reflexión sobre las diferentes perspectivas ideológicas acerca del significado de la muerte? ¿Nos invitan a pensar sobre las diversas formas de control social? O, ¿se trata de una simple consecuencia de una propuesta social nihilista?

La muerte – y las perspectivas ideológicas hacia la misma – se convertirá en uno de los ejes vertebrales de la serie

Igualmente, Babylon desplegará un aparato estético muy atractivo y poco frecuente para las producciones anime televisivas. En este sentido, su episodio 2 (“Objetivo”) se convertirá en uno de los mejores y más sorprendentes de anime más reciente. El director de la serie – Kiyotaka Suzuki – apostará por una estructura narrativa no convencional a modo de mind-game donde la cronología del caso se intercalará con un interrogatorio a una misteriosa mujer. Un espectacular episodio que rompe con la linealidad de la enorme mayoría de anime y que demuestra una extraordinaria calidad formal. Así, en el capítulo se pueden apreciar cambios de formato, combinación de las líneas temporales y un evocador ejercicio de montaje que se manifestará como uno de los ejes vertebrales de la serie: las jerarquías de poder. Durante el interrogatorio, la puesta en escena utilizará recursos visuales como la pantalla partida, planos inclinados o cambios de perspectiva para establecer un pulso constante de poder entre Seizaki y esa chica tan enigmática – la composición de la imagen inferior donde los labios de la mujer enmarcan al protagonista es prueba de ello. En este sentido, la puesta en escena se establecerá como reflejo directo del estado anímico entre los personajes, así como la representación de la tensión y el suspense latentes en la serie.

Una misteriosa mujer intenta manipular a Seizaki ¿Quién interroga a quién? ¿Conseguirá entrar en su mente?

Muchos han sido los animes que han propuesto debates de materias actuales a través de planteamientos distópicos donde las sociedades del futuro se sitúan como centro de la acción. Algunos de ellos, han sido analizados en este mismo blog. De esta forma, Psycho-Pass proponía la reflexión acerca de la libertad individual en un sistema que recoge el índice de criminalidad de la población; Neon Genesis Evangelion dibujaba una sociedad donde los individuos se encontraban alienados y carentes de afección; y Trigun mostraba un mundo con falta de recursos naturales convertido en una eterna y violenta batalla por la supervivencia. En Babylon, se presenta un modelo de sociedad demasiado cercano. De hecho, demasiado reconocible.

En sus créditos, una silueta que se fragmenta al caminar avanza en solitario sobre imágenes tétricas y mortuorias ¿Podrá Seizaki protegerse de sí mismo? ¿Seguirá sus principios o se aferrará a su deber haciendo oídos sordos frente al crimen organizado? ¿Prevalecerá la justicia? ¿Quedarán impunes estos actos de corrupción? ¿Será el sistema tan sensible a dicha corrupción? ¿Será esa mujer el arma perfecta para el éxito del proyecto Shiniki? Tendremos que esperar hasta dentro de dos semanas para seguir con la cruzada de Seizaki contra el sistema político y judicial y obtener respuestas. Por el momento, Babylon se presenta como uno de los animes más importantes de este otoño. Y, quizás, de todo el año.

 

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