Desde Hollywood con amor: análisis de la 2ª temporada de «Agent Carter»
El 6 de enero del 2015, la cadena ABC emitía el episodio piloto de uno de los nuevos productos del universo Marvel tras el éxito de Agents of S.H.I.E.L.D., la serie Agent Carter que recuperaba a la actriz británico-americana Hayley Atwell como la agente especial y compañera de andanzas (y no solo de andanzas…) del Capitán América, Peggy Carter. Con un enorme éxito entre los que nos quedamos con las ganas de ver más a Atwell en pantalla en la primera película del Capitán América, The First Avenger (2011), y entre aquellos que desconocían quién era Peggy Carter, hace poco más de una semana que la segunda temporada – con 10 episodios – de la serie alcanzó su final. Y, sinceramente, he de admitir que la da cien-mil vueltas a su predecesora en todos los sentidos. Pero, vayamos por partes.
Haciendo un repaso muy generalizado, si en la primera temporada la trama se centraba en los sucesos inmediatos tras los acontecimientos de la película de Captain American: The First Avenger que situarían a Peggy Carter trabajando en la SSR donde tendrá que enfrentarse a enemigos de la URSS en una lucha por la obtención de los restos de la sangre del Capitán América en manos del magnate Howard Stark, con la Guerra Fría y el control armamentístico como telón de fondo; en esta segunda entrega de la serie, no podríamos encontrarnos con un panorama más diferente.
Con un título al más puro estilo de film noir, «The Lady in the Lake» será el primer episodio en el que seguiremos a Peggy en 1947 – un año después de los hechos de la primera temporada – hasta la oficina del SSR en Los Ángeles para ayudar en un misterioso caso de asesinato. Por supuesto, este caso sólo será la punta del iceberg en el que la agente Carter y el resto de sus antiguos compañeros que ya vimos en la primera temporada – Edwin Jarvis (James D’Arcy), mayordomo y mano derecha de Howard Stark; Daniel Sousa (Enver Gjokaj), compañero de Carter en la central en Nueva York que ahora lidera la oficina en Los Ángeles; Jack Thompson (Chad Michael Murray), nuevo jefe de la SSR; y, Rose (Lesley Boone), secretaria en la SSR también trasladada en L.A.- y otras incorporaciones en el equipo, entre ellos el Dr. Jason Wilkes (Reggie Austin) y la esposa de Jarvis, Ana (Lotte Berveek), tendrán que lidiar con una corporación científica, Isodyne Energy, que tiene en su poder una entidad no-identificada y altamente peligrosa como resultado de un experimento nuclear fallido: la llamada Zero Matter.
Entonces, si en la primera temporada podíamos observar las claras referencias a la Guerra Fría y a la lucha hegemónica armamentística entre EE.UU y la URSS; en esta segunda entrega se nos situará en un contexto dentro de la inminente era atómica como telón de fondo. La temporada mezclará el halo de grandeza y prosperidad vivido en Los Ángeles en las décadas de los 40-50 donde la combinación del glamour de la Época Dorada de Hollywood y la sordidez y oscuridad de los casos de asesinatos en serie y de las mafias de crímenes organizados convivían en paz y armonía en la cuidad. En este sentido, la segunda temporada de Agent Carter será muchísmo más compleja e interesante que su predesora, adentrándose en varias temáticas históricas, e incluso, genéricas en estas tipologías del thriller/espionaje: el comienzo de la «Caza de Brujas» contra el comunismo en la comunidad científica; el fuerte control de las políticas de estudios en la industria cinematográfica; la actividad de organizaciones criminales y de la Mafia siciliana; y, las conspiraciones corporativas y gubenamentales dentro del programa nuclear.
La evolución del personaje de Peggy Carter seguirá siendo uno de los ejes más importantes de la trama principal y, sobretodo, su relaciones con el resto de personajes secundarios que no tubimos la oportunidad de conocer a fondo en la anterior temporada. No solo se abrirá un triángulo amoroso en el que Peggy será el centro, sino que aparecerá por primera vez la esposa de Jarvis y conoceremos su relación desde más cerca. La temporada continuará combinando a la perfección los elementos dramáticos y las escenas de acción con los toques de humor característicos de la serie – con escena musical incluída – así como sus particulares homenajes al cine de espionaje de la época con esa nostalgia (casi) ingenua implícita en según que ocasiones – el uso de gadgets y alguna que otra situación rocambolesca. En ese aspecto, no solo podremos retomar varias apreciaciones de la primera temporada, en el que Peggy Carter será una mezcla entre James Bond y Mata Hari, sino que encontraremos referentes directos a películas de film noir, gángsters y otros sucesos que marcaron la época, tanto a nivel narrativo como a nivel estético, como es la referencia más evidente con la inevitables comparaciones entre la mujer asesinada en el lago y el caso de «La Dalia Negra«.
A pesar de que poco queda (o más bien nada) de las alusiones directas al Capitán América y el distanciamento de su entorno, esta temporada también será parte – discreta, aunque no por ello menos importante – del eslabón hipertextual que conforma la enorme mitología del universo Marvel. Empezando por la propia Zero Matter, un material negro y viscoso desconocido fruto de la detonación de una bomba de uranio experimental. Los guionistas retoman la llamada «Darkforce», una dimensión espacio-temporal alternativa oscura que alberga una energía sobrenatural ilimitada, que en manos equivocadas, puede tener efectos devastadores, dentro del universo de los cómics como eje central de la temporada. Dicha premisa, fue utilizada en el episodio de Agents of S.H.I.E.L.D. «The Only Light in the Darkness» y conectará directamente con la nueva película de Marvel, Doctor Strange (2016), con Benedict Cumberbatch y Rachel McAdams como protagonistas.
Pero, no puedo finalizar el post sin comentar lo más esencial de la temporada: ¿qué sería de un buen producto de superhéroes sin un supervillano, verdad? Personalmente, lo mejor de esta entrega ha sido la configuración de sus villanos, en este caso villanas. Por un lado, Peggy se reencontrará con una vieja conocida, la «Viuda Negra» Dottie Underwood (Bridget Reagan), a la que comenzarán a plantear como la archienemiga oficial de la agente Carter y se creará un vínculo de (casi) depedencia de Dottie hacia Peggy. Una relación de amor-odio (aunque más de odio que de amor) que se asimila a la estructura de clásica de bueno vs malo y muy parecida al tándem Batman/Joker. Una relación donde una no tiene miedo a la otra, donde existe un respeto mútuo y donde ambas tienen un caracter idéntico.
Y, por otro lado, tenemos a la auténtica supervillana – sí, porque es SUPERvillana – Whitney Frost, encarnada a la perfección por una actriz casi desconocida, salvo por aquellos que consuman mucha televisión, Wynn Everett. Siendo el objetivo de esta temporada centrar la trama en los villanos de Marvel, como ya han reiterado en varias ocasioneslos creadores de la serie, hay que admitir que lo han logrado. Los guionistas de Agent Carter retoman al personaje de Giulietta Nefaria (más adelante en los cómics rebautizada como Whitney Frost), conocida por el nombre de Madame Masque, esta icónica villana de Marvel, líder de una organización criminal (la Maggia) experta en artes marciales y en encrucijadas constantes contra Iron Man en los cómics originales; para convertirla en una famosa y gran actriz de Hollywood casada con un político aspirante a congresista. La nueva concepción del personaje, inspirada en la actriz-inventora austríaca Hedy Lamarr, es uno de los puntos fuertes y más interesantes de toda la temporada con una premisa y evolución dentro de la trama nada forzada y completamente orgánica. Whitney Frost provendrá de un entorno rural donde sus inquietudes y su genialidad científica no encajarán con su extrema belleza durante su juventud. Ahora, en su madurez y convertida en una de las actrices más famosas de Hollywood, estará harta de ser utilizada por su físico por la industria cinematográfica y menospreciada por los hombres de su entorno. En un accidente, Frost tendrá contacto directo con Zero Matter, que le deformará el rostro cada vez que ponga en práctica su nuevo poder. Entonces, consumida – en todos los sentidos – por la masa negra y aceptando su nueva condición, utilizará toda su energía a su antojo contra todo aquel que se interponga en su camino.
No me cansaré de repetirlo, la segunda temporada de Agent Carter supera con creces a la anterior entrega. A pesar de que la serie tiene un futuro incierto, ya que Hayley Atwell ha fichado para un nuevo proyecto de la misma cadena ABC, Conviction, parece ser que la actriz no ha descartado que pueda combinar ambos trabajos. Eso sí, seguro que no es la última vez que la veremos en la piel de Peggy Carter. Aún nos falta por verla en Captain America: Civil War este año. Pero, esperemos que la cadena renueve la serie para una tercera temporada. De hecho, con la gran mejoría que han dado entre temporadas, sería una verdadera lástima que se cancelara ¡Cruzaremos los dedos!
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora en el grado de Comunicación Audiovisual en CESAG-Universidad de Comillas. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en la investigación en game studies y TV studies.