Ciclo indie (2): reivindicación identitaria, «Persepolis» y «The Secret of Kells»
En esta segunda entrega dedicado al cine independiente nos centraremos en dos largometrajes con una gran relevancia – aunque no por ello reconocidas – dentro de la industria del cine de animación de la última década: Persepolis (2007) y The Secret of Kells (2009). Más allá de las emotivas y técnicamente perfectos films de grandes compañías hollywoodenses como Pixar o Dreamworks – que, básicamente, acaparan la amplia mayoría del imaginario del público y de las carteleras – existen producciones más modestas realizadas por estudios europeos de animación tradicional con una belleza estética y una madurez en sus temáticas envidiables.
La primera, basada en la novela gráfica de la autora iraní Marjane Satrapi con el mismo nombre, Persepolis, codirigida entre el realizador e ilustrador francés Vincent Paronnaud y la propi Satrapi, tendrá como base argumental la proclamación de la República Islámica en el Irán de 1979 dirigida por el ayatolá y líder político-espiritual Ruhollah Musavi Jomeini, inspirada por varias potencias occidentales contra el Sah (Mohammad Reza Pahlevi) y cuyas iniciativas políticas acabarán por poner en peligro al estabilidad internacional del país y desembocando en conflictos internos que, prácticamente, seguirán en activo hasta el día de hoy.
Alabado por la crítica – destacando el Premio del Jurado en la 60ª edición del Festival de Cannes – y machacada por el público árabe, el largometraje pone todas las cartas sobre la mesa denunciando – de manera muy sutil, pero sin andarse con rodeos – la realidad política y social iraní, así como las consecuencias directas de las mismas a través de un planteamiento autobiográfico de la propia Marjane Satrapi, quien relata al espectador su vida desde que tenía ocho años, pasando por su estancia en sus años de juventud en el Liceo Francés de Viena, hasta su regreso a Irán varios años después.
Dentro de la cinta se planteará la creación de la personalidad individual en Marjane como una mezcla entre las vivencias personales, la importancia de la familia (concepto que se defiende durante toda la película) y los cambios históricos de su país, que marcarán los roles de comportamiento dentro de la sociedad islámica en general. Las denuncias hacia la manipulación político-religiosa de la sociedad por parte del gobierno del país y, sobretodo, las reivindicaciones acerca de la libertad femenina en todos los sentidos – política, social, sexual, cultural – serán el eje central de la crítica de Persepolis. En este sentido, se retratarán con varios guiños culturales – que ya se manifiestan en la novela gráfica original – y en clave de humor bastante ácido e irreverente la censura impuesta a todo aquello considerado peligroso para el régimen islámico, así como cualquier burla a las imposiciones religiosas y la falta de libertades del género femenino. Entre ellos, el asombroso parecido del Dios de Marjane a Karl Marx al que acude la pequeña Satrapi cada vez que se le presenta un duda existencial o la clase de arte con una Venus de Boticelli tapada hasta el cuello.
Frente a la sobriedad estética de Persepolis nos encontramos con The Secret of Kells, la ópera prima del estudio de animación irlandés Cartoon Saloon dirigida por Tomm Moore. Ambientada en el siglo IX en el pueblecito de Kells (Irlanda), la película narrará la historia de un joven monje (Brendan) que iniciará un aprendizaje como ilustrador al llegar a la abadía un viejo monje (Aidan) que, huyendo de la invasión vikinga del norte, traerá consigo un antiguo manuscrito denominado El Libro de Iona. Entonces, atraído por el arte de la ilustración y por la belleza del contenido del libro, Brendan encontrará su nuevo cometido: proteger y finalizar el manuscrito cueste lo que cueste.
Relatando una parte importante de la historia de Irlanda, ésta es la premisa argumental (muy resumida, obviamente) que va a desarrollar The Secret of Kells. Por un lado, las invasiones de los bárbaros del norte que saquearon sin ninguna contemplación cualquier pueblo que se cruzara en su camino en busca de riquezas; y, por otra, la escritura del sagrado manuscrito de El Libro de Kells – también conocido como El Evangelio de San Columba – considerado la pieza principal del cristianismo celta y uno de los más importantes vestigios del arte hiberno-sajón y del arte religioso medieval. Sin embargo, y a pesar del tono espiritual (y casi bíblico en alguna escena) de gran parte de la narración, el film no se posicionará frente a ninguna cuestión religiosa. La cinta centrará su tesis en la preservación del conocimiento – sobretodo el histórico, que no el religioso – frente a cualquier fenómeno invasor/externo, la defensa de la identidad individual y nacional, así como la importancia de la naturaleza que actuará como protectora espiritual/ancestral de la tierra.
La utilización de recursos narrativos sacados directamente de la mitología y el folklore popular gaélico, como el personaje que acompañará a Brendan, Ailing, inspirado en una tipología de poética irlandesa del siglo XVII los vision poems o ailings en donde el poeta en cuestión tenía un sueño en el que se le aparecía el espíritu de una mujer que le guiaba a través de sus problemas vitales; o el antagonista de la cinta, Cromm Cruach, basado en una deidad pre-cristiana, serán parte esencial de la identidad propia del film, así como también lo será su particular propuesta estética. El estilo visual de The Secret of Kells se verá directamente influenciada por las coloristas y estratégicamente diseñadas ilustraciones del mismo Libro de Kells original y de varias miniaturas en manuscritos medievales. La película respira inspiración céltica por todos lados: la aparición de su simbología, la tendencia al horror vacui, la composición con formas geométrica de cada elemento, la combinación de tonalidades verdes y anaranjadas de la bandera irlandesa, la ausencia de profundidad en los diseños… Un estilo de dibujo simple pero con un concepto muy elaborado que hace de cada plano una magnífica estampa.
Ambas nominadas como Mejor Película de Animación en sus respectivos años – aunque fueron derrotadas por el gigante de Pixar con las producciones de Ratatouille (2007) y Up (2009) – detrás de la caricatura de la realidad en Persepolis y de la espiritualidad de las imágenes en The Secret of Kells se guarda un mensaje de amor y respeto hacia la identidad cultural de un país y, sobretodo, encontramos dos ejercicios – cada uno a su nivel – de conservación de la memoria histórica colectiva de una nación.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora en el grado de Comunicación Audiovisual en CESAG-Universidad de Comillas. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en la investigación en game studies y TV studies.