Ciclo indie (12): mundos paralelos, «Stranger Than Fiction» y «Pleasantville»
¿Os imagináis despertaros un día cualquiera y que vuestra vida fuese narrada paso por paso en voz en off? ¿O que, una noche mientras disfrutáis de vuestro tiempo de relax, la televisión os engullese y os llevase al mundo de vuestra serie favorita? Pues estas son las premisas de las dos recomendaciones de nuestro recorrido por las que nosotros consideramos joyas del cine independiente americano. Así, hoy os trasladaremos a dos largometrajes que se moverán entre la realidad y la ficción con unas estructuras discursivas que a mi particularmente me fascinan: las fórmulas metanarrativas. Pero, mejor vayamos por partes.
La primera de ellas dirigida por Marc Forster en 2006, Stranger Than Fiction, nos cuenta la historia de Harold Crick (Will Ferrell) un hombre estrictamente rutinario y metódico que trabaja como funcionario para una empresa de contabilidad. Con la introducción a la vida del personaje contada con la fórmula de narrador externo tal y como si se nos narrara una novela; pronto, Harold comenzará a oir cada palabra de la que será su narradora omnisciente. Cada acción que comete, cada pensamiento que ronda por su cabeza, cada palabra que saldrá de su boca… Así, la vida tranquila y milimétricamente pensada por Harold se verá truncada cuando esa «voz en off» se adelantará a los acontecimientos de la acción y anunciará la inminente muerte de nuestro protagonista. Por supuesto, Harold se alarmará por este suceso e intentará descubrir a quién pertenece la voz que solamente él y el espectador oirán y poder, así, impedir su muerte.
De manera paralela, asistiremos al bloqueo creativo de Karen Eiffel (Emma Thompson) una escritora que no sabe como continuar su próximo proyecto ¿Adivináis el nombre de su protagonista? Obviamente, Harold Crick será el personaje principal de su nueva novela y cuyo futuro será incierto. La línea entre la realidad y la ficción se irán estrechando más cuando Harold decida investigar sobre la extrañeza de su condición y aterrizará en las manos de un profesor experto en literatura, Jules Hilbert (Dustin Hoffman), que indagará en cómo la historia se puede desarrollar dependiendo de las estructuras narrativas clásicas: comedia y tragedia. Por supuesto, el choque de Harold con una realidad que él no contemplaba le hará replantearse su propia filosofía de vida y aprenderá a dejarse llevar por las nuevas circumstancias. Así, el destino le obligará a toparse con Anna (Maggie Gyllenhaal), una joven a la que Crick investiga por falta del pago de sus impuestos, y que le ayudará a ver la vida de otra manera. Según relatará su guionista Zach Helm, el título del film vendrá de una frase de Mark Twain: «Truth is stranger tha fiction, but it is because Fiction is obligued to stick to possibilities; Truth isn’t» En definitiva, un ejercicio metanarrativo preciso que crea un dramedy muy original, muy dinámico y optimista que cuestiona la interconectividad de la sociedad y su importancia.
La segunda escrita y dirigida por Gary Ross y convertida en película de culto a medida que han pasado los años, Pleasantville (1998), narra la historia de dos hermanos, David (Tobie Maguire) y Jennifer (Reese Witherspoon), que una noche que se encuentran solos en casa, su televisión les transporta a la serie de televisión «Pleasantville», una especie de soap opera en blanco y negro ambientada en la década de los felices años 50′. Allí, los hermanos adoptarán las personalidades de los hijos de la familia protagonista del show, los Parker, hasta que averigüen cómo volver a su época correspondiente. Sin embargo, la irrupción de estos dos personajes contemporáneos y sus costumbres pondrán patas arriba la idílica vida de los personajes ficticios. Porque, una vez los personajes de la serie se «salgan del guión» y experimenten cambios en su actitud y pensamiento, los colores empezarán a aparecer.
Siendo esta uno de los primeros proyectos filmados íntegramente en digital, Pleasantville es una película repleta de metáforas visuales ejecutadas de manera brillante respetando los arcos evolutivos de los personajes que, literalmente, sacarán sus colores a relucir cuando manifiesten sus deseos y anhelos individuales en contra de los estamentos dictados por el conservadurismo de la época. Elemento que tendrá su máxima expresión en las tramas que motivarán a los personajes secundarios del matrimonio Parker (Joan Allen y William H. Macy) y el dueño del dinner local, Bill Johnson (Jeff Daniels), y que serán de una sensibilidad perfecta. Un uso del color ya empleada en films como La Lista de Schindler con una fuerte carga simbólica. Además de perpetrar una fuerte crítica que cuestiona como la represión personal puede llevar a la opresión política y cómo el miedo al cambio conlleva a situaciones de malestar social con consecuencias terribles. Un mensaje que funciona de maravilla en el contexto de los años 50′ que convierte su visión utópica de la realidad en un planteamiento completamente distópico y perfectamente extrapolable a cualquier contexto social.
Tanto Stranger Than Fiction como Pleasantville son unos largomentrajes con unas estructuras metanarrativas en el que se utilizarán los elementos de las ficciones y de las fórmulas narrativas para desarrollar su discurso; además de contar con unos repartos de auténtico lujo. Dos películas con un apartado estilístico muy interesante y que promueven unos mensajes sobre la libertad individual y la importancia de la creatividad como mayor expresión. Ambas reflexivas e imprescindibles.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora en el grado de Comunicación Audiovisual en CESAG-Universidad de Comillas. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en la investigación en game studies y TV studies.