Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«La adición de fantasía»: Reseña de los episodios 5 y 6 de The Big Bang Theory

El quinto episodio de la serie, titulado «La colisión planetaria» hace uso de la fantasía que menciona el título, recurriendo al plano onírico, al que Sheldon ya nos tiene acostumbrados. Es así, pues, que en esta ocasión, el genio recibe la ayuda de su espíritu favorito (y cascarrabias: todo hay que decirlo): el resplandeciente (literalmente) Profesor Protón  (papel que borda Bob Newhart), con indumentaria Jedi, en Dagobah.

Aunque pueda resultar paradójica la siguiente afirmación, este momento tan fantasioso tiene lugar precisamente como consecuencia de la realidad que están viviendo la pareja de recién casados, Sheldon y Amy. Y es que, concluida su luna de miel, se encuentra de regreso a la normalidad, y no es una normalidad cualquiera, sino que es la de dos relevantes investigadores en sus respectivos campos. De ahí que, a causa de sus apretados horarios laborales, la pareja se dé cuenta de que no pasan suficientemente tiempo juntos. También se lamentan de no estar desarrollando en común su proyecto sobre la super-asimetría, que empezaron a diseñar, precisamente, minutos antes de contraer matrimonio, y que sirvió para unirlos aún más. Por todo ello, Sheldon, con la mejor de las intenciones, y tras oír a su amada quejarse de todo lo expuesto anteriormente, decide pedir al presidente de CalTech, Siebert (representado por Joshua Malina), que libere a Amy de su proyecto de neurociencia para que pueda dedicar más tiempo a su colaboración en el de Sheldon. Aunque nos podamos sentir tentados a calificar a Sheldon de egocéntrico e incluso de machista, en su defensa hay que decir que según se muestra en la serie, da la impresión de que realmente estaba convencido de que esta iniciativa que toma sin consultar a la principal implicada (cosa que aprende más tarde que no debe volver a hacer) le iba a hacer muchísima ilusión. Recordemos que a Sheldon le viene de fábrica no captar correctamente lo que es políticamente adecuado, y que tiende a interpretar al pie de la letra las afirmaciones de los demás. De ahí que hubiese interpretado literalmente las palabras de Amy cuando le confesó que desearía pasar más tiempo investigando con él. Y de ahí que, además, se enfade cuando el sustituto asignado para su proyecto informa a Amy sobre la «noticia» y no deja que sea él mismo quien le de esa «gran sorpresa».

No obstante, de nuevo, todo acaba bien para esta pareja, que cada vez parecen más estar hechos el uno para el otro. Así, Sheldon, tras su «reunión» con su consejero, el Profesor Protón, sigue su consejo de no irse a la cama sin haber hecho las paces con su mujer. Gracias a ello, mantienen un sincero diálogo en que Amy hace entender a Sheldon su miedo a que, ahora que sus vidas personales están unidas por el matrimonio, su identidad y vida laboral propia se vea subsumida (palabra que le encanta a Sheldon que haya usado) por lo que es de los dos. Sheldon la entiende y se muestra propicio a seguir los pasos que puedan hacerla feliz en esta nueva unión. Toda una lección para muchas parejas.

Y no puedo evitar comentar algo que me ha encantado ya casi al final del episodio. Aquí no solo se invierten los esterotipos masculinos y femeninos al mostrar el lado más sensible de los personajes masculinos y la sorpresa ante ello que plasman las caras de los femeninos, sino que, además, se sella la amistad entre Howard y Raj que se había tambaleado en anteriores episodios por diversas circunstancias. Todo ello ocurre gracias a que Raj (que en principio se negó en rotundo a ello) finalmente acepta el que Howard participe vestido de astronauta para contar su experiencia en su charla en el planetario en que trabaja. En la aparición de los dos, se pone de manifiesto, gracias a las emotivas declaraciones de ambos, la admiración y el cariño que ambos se profesan, lo que hace aflorar lágrimas en los ojos de Leonard.

Y, pasando al episodio sexto de la temporada 12, «La pertubacion de imitación», hay que señalar que, si en el anterior la fantasía ocurre de pasada en un sueño; ahora el episodio completo se dedica a la «magia» de Halloween. Normalmente, el humor de la serie se basa en los diálogos bien trabajados que la caracterizan, pero en esta ocasión hay que sumar a éstos (que no dejan de estar presentes) las imágenes. Los personajes no paran de sorprendernos con sus disfraces y caracterizaciones, que son muy numerosos, al disfrazarse varias veces algunos de ellos con trajes tan elaborados como el de Leonard, encarnando al inspector Gadget (incluyendo el gorro-helicóptero o «gadgetocóptero», cuyas aspas -explica Mary T. Quigley, diseñadora de vestuario- tuvieron que ir recortando hasta el punto en que ya no chocaban con todo y con todos al actuar); o como el de Anu, de «The Bill of Rights», de la Constitución de los Estados Unidos. Pero el meollo del contenido gira principalmente en torno a dos parejas: la de Howard y Bernadette versus Sheldon y Amy. Todo comienza por la ocurrencia de los primeros de que Howard fuera al trabajo disfrazado de Sheldon. Éste no se da cuenta de ello hasta que se lo dicen claro sus amigos, que se parten de risa al contemplar a los dos «Sheldons» (la risa es tan auténtica que da la impresión de que está brotando de los actores instintivamente, que no la están fingiendo). Sheldon se siente muy dolido y lo confiesa a Amy, que se compadece de él y, tras intentar sin éxito y por mediación de Bernadette que Howard se disculpara, propone a Sheldon parodiar a quienes les han hecho sufrir. De nuevo se produce una situación súper-graciosa, no sólo para los amigos de esta peculiar pandilla, sino para todos los espectadores, que difícilmente podemos contener la carcajada ante el espectáculo. Aunque de la fiesta de Halloween organizada por Leonard y Penny salen prácticamente todos peleados excepto ellos (¡la relación sigue viva!… a su modo), al final se produce una escena casi conmovedora (tratándose de Sheldon nunca puede serlo complemente), en la que Sheldon, a petición de su amigo Howard, va a disculparse a Bernadette. Allí comparten sus experiencias de haber sido víctimas de «bullying» y cómo se han defendido como han podido y propician que el episodio termine, de nuevo, bien. Podemos, pues, volver a apagar la televisión con una sonrisa.

P.S.: Para conocer más detalles sobre los disfraces de los personajes en el episodio sexto, aconsejo el artículo de Jessica Radloff de la revista Glamour que se encuentra en el siguiente enlace: https://www.glamour.com/story/the-big-bang-theory-season-12-episode-6-recap

 

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