La caída o la caza…
En mi búsqueda casi desesperada de una serie a la que engancharme como espectadora y que no tenga el riesgo de convertirse en objeto de estudio académico en los próximos tiempos, he descubierto un producto que resulta que me interesa como “fan” y como analista al mismo tiempo. Según como se mire, esos pueden ser los mejores (recoges información para tus estudios mientras ves la serie) y también los peores (no puedes quitarte las gafas de investigadora mientras intentas mirar la pantalla relajadamente desde tu sofá).
La serie de la que hablo es The Fall, de la cadena británica BBC, traducida al castellano como La caza. Su emisión empezó en 2013 y de momento se han visto dos temporadas de cinco y seis episodios respectivamente. En marzo de este año se anunció su renovación para una tercera entrega que aún no está en el aire, así que tienen ustedes tiempo a ponerse al día antes de su estreno.
The Fall es una serie policíaca situada en Irlanda del Norte, con la tensión entre católicos y protestantes muy presente, y con una atmósfera gris y húmeda que a veces recuerda a The Killing (AMC y Netflix 2011-2014). Con este punto de partida, lo reconozco, no parece nada nuevo ni especialmente interesante. Sin embargo, su creador Allan Cubitt ha sabido darle un giro muy interesante al género: en The Fall el público sabe desde el primer minuto quién es el culpable, desmotando la estructura procedimental habitual de los productos tipo whodunnit. Aquí quien mira posee la información antes que la policía, y la fascinación estriba en ir viendo cómo se desarrolla (como bien refleja el título en español) “la caza” del criminal. Cada episodio desvela pequeños misterios sobre el cómo y el porqué, pero el quién no es nunca lo que hay que adivinar.
Además de la vuelta de tuerca al género y de la dirección de actores (contenidos y muy en su lugar, desde los protagonistas hasta los secundarios con menos líneas), The Fall ofrece unos personajes principales a los que merece la pena conocer. Jamie Dornan consigue meterse en la piel del asesino en serie haciendo desaparecer las costuras, apropiándose cada vez más y mejor de una personalidad poliédrica, perturbadora y que se mueve en péndulo entre la timidez casi patológica y la violencia más descarnada (no todo va a ser Grey, debe de pensar Dornan cuando consigue zafarse del desastre erótico-festivo de las Sombras y vestirse con las ropas de Paul Spector). Y tras él, más o menos bien encaminada, pero siempre peleona y sin rendirse, Gillian Anderson (sí, la de The X Files // Expediente X) como la superintendente Stella Gibson, uno de los mejores personajes femeninos que me he encontrado en las series de los últimos años junto con Virginia Johnson en Masters of Sex (Showtime 2013- ), Claire Underwood en House of Cards (Netflix 2013- ) y varias de las reclusas de Orange Is the New Black (Netflix 2013- ).
Stella Gibson es una mujer madura, profesional, poco habladora y extremadamente atractiva (no hay hombre que se cruce en su camino que no se fije en ella y/o algo más). Es una policía endurecida por su trabajo, pero muy consciente de su lado humano y de sus necesidades. Igual que come cuando tiene hambre y duerme cuando tiene sueño, también halla la manera de tener sexo cuando lo desea o de ser invitada a una copa y una conversación cuando quiere compañía. Todo su entorno la respeta, algunos temen esa especie de campo magnético que lleva alrededor, y ella se sabe lo suficientemente inteligente, hábil, eficaz y seductora como para exigir lo que quiere tanto en lo laboral como en lo privado. Su discurso es feminista sin tapujos y sin estridencias, y aunque su progresión en la misión de cazar a Spector es lenta, ni ella pierde la perspectiva ni el público las ganas de saber qué pasará cuando se encuentren cara a cara.
Estos aspectos, junto con una ambientación cuidada al detalle, unos guiones muy dignos, un elenco de secundarios que cumplen bien su función y un ritmo que obliga a pensar y digerir poquito a poco, hacen de The Fall una propuesta que conviene explorar si una disfruta de las series de calidad. Incluso aunque ya sepamos quién es el asesino.