Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

La construcción de una…: «La novelista y su película» (Hong Sang-Soo, 2022)

Si atendemos a los últimos años de la cartelera de los cines de España podremos notar un leve pero notorio auge de la presencia del cine asiático en las diferentes salas de exhibición de nuestro país. Hay quien señala este fenómeno como un crecimiento de la calidad del cine venido del continente vecino destacando países como Japón, China o Corea del Sur.

No se trata de que hasta hace poco la calidad cinematográfica de los países de Asia fuese deficiente, siempre ha habido joyas y obras maestras, pero hasta que películas como Parásitos (Bong Joon-Ho, 2019) han generado suficiente repercusión y ruido mediático en nuestra sociedad occidental acomodada, apenas nos habíamos parado a mirar más allá de Europa y Norte América.

Por suerte cada vez llegan más rápido las cintas de directores como Naomi Kawase, Ryûsuke Hamaguchi, Kogonada, Hirokazu Koreeda o Park Chan-wook. Sí, el maravilloso cine producido en Asia más allá de Japón, Corea y China aún queda por redescubrirse e impulsarse. Asimismo es toda una suerte que al menos lleguen las películas de directores como los que he nombrado para aquellos que admiran otras formas de aproximarse al lenguaje cinematográfico, de mirar, de entender la vida, etc.

Kim Min-hee volverá a ser una de las actrices y musas principales de «La novelista y su película», ganadora de un León de plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín

Sin duda uno de los realizadores asiáticos que también llega con asiduidad a nuestras salas de cine especializadas es el director coreano Hong Sang-Soo, quien produjo en 2022 nada más y nada menos que tres filmes: Delante de tiIntroductionLa novelista y su película, que ha llegado a nuestras salas a principio de 2023.

El cine del realizador coreano es muchas veces criticado negativamente como insulso, carente de imaginación, repetitivo y aburrido. Desde luego Hong se aproxima al cine de una forma muy particular. Explora las posibilidades y facilidades que le da la cámara de video digital para conseguir una producción ágil que le ahorra la necesidad de contar con un gran equipo detrás de él. En su última película, La novelista y su película, él mismo es el director, el guionista, el director de fotografía, el montador y el compositor. Cada vez se va convirtiendo más en un hombre orquesta que se encarga de todo para conseguir un film íntimo, sencillo y que cuenta mucho más de lo que sus detractores dicen de él.

La joven actriz Gil-su y la veterana escritora Jun-hee una visión muy parecida de la vida

En La novelista y su película acompaña a una afamada escritora, Jun-hee, que acude a una librería donde trabaja una vieja amiga, Se-won, que dejó la escritura hace años. Ambas conversan sobre el último libro de la protagonista y caminan hasta un edificio donde Jun-hee decide quedarse para contemplar las vistas de la ciudad. Allí se encontrará con un director de cine, la mujer de este y una joven actriz, Gil-su, que ha decidido dejar el mundo de la actuación. La animadversión de Jun-hee por el director y su mujer es totalmente contraria a la admiración que siente por la chica, así que decide dejar de lado a la pareja para pasear y conversar con Gil-su. Esta experiencia le inspirará para librarse del bloqueo creativo que sufre a través de la creación de un cortometraje inspirado por la joven actriz.

El film, como muchos tantos de Hong Sang-Soo, se construye a partir de diferentes encuentros y conversaciones que generan el desarrollo de la película. Las cintas del director coreano son por completamente catalíticas. Todo lo que debería ser importante ver (los núcleos del film) -la escritura y trama de la película, el rodaje del cortometraje, la experiencia de los actores al verlo, etc.- permanece «oculto» al espectador. Aquello que supondría una «simple y eludible transición» entre los núcleos (lo que Roland Barthes llamaba catálisis) deviene en la esencia del film.

La imagen en blanco y negro otorga al film un aura diferente que nos hace prestar más atención en los detalles y texturas de los objetos y en la belleza de la composición

A Hong Sang-Soo no le interesa tanto el resultado inmediato de las cosas, sino cómo estas se construyen, cómo se gestan y cómo ocurren por gracia del destino y/o el azar. En sus filmes explora a través del uso constante de los mismos actores como Lee Hye-young, Kim Min-hee, Seo Young-hwa o Park Mi-so Kwon -que muchas veces interpretan a personajes con la misma profesión o vinculados a las artes- la construcción/deconstrucción de las cosas, más que el tema en sí finalizado. Así, en filmes anteriores como Delante de ti se centraba en una consagrada actriz y la exploración el proceso aceptación de un terrible cáncer terminal y cómo llega a la conclusión de que debe luchar por construir una obra final que inmortalice su trayectoria.

Entonces, lo importante y vital de La novelista y su película no es lo que anuncia el mismo título del film -no es ni el momento álgido de la carrera de la novelista ni el producto final de su nueva obra, la película- sino el proceso de deconstrucción y aceptación de una novelista que teme no volver a recobrar la capacidad de escribir algo que realmente le llene -en la película afirma que puede escribir si se fuerza a ello, pero que el resultado no es, para ella, verdadero-, cómo se construye su amistad y fuerte relación con la joven actriz y cómo comprende que es necesario a veces aprender a (volver a) mirar a través de otros ojos/lenguajes/dispositivos para volver a conseguir crear de nuevo.

La pequeña cámara de video que le presta el director de cine a Jun-hee le permite a la escritora ver las realidad de otro modo aproximándose con facilidad a aquello que quiere ver a través del zoom y dejando fuera de campo lo que no le interesa, igual que hace Hong Sang-soo en la realización de la escena de sus propias películas.

Esta última idea del film es clave, pues deviene uno de los motores y mensajes metacinematográficos que siempre aparecen en todas las películas del realizador coreano. Jun-hee aprenderá a hablar a través del lenguaje de signos, forzará a cambiar su manera de mirar al mundo a través de unos prismáticos y, después, a través de una cámara que se convertirá en el sustituto de su estilográfica. Ya no escribirá -únicamente- con palabras, sino también aprenderá a construir significado a través de la imagen y el sonido.

Las cintas de Hong Sang-Soo no son para todo el mundo. Y quizá sea el analista o crítico el que acabe otorgando más significados y sentidos de los que el propio realizador quisiera expresar. No obstante sí que creo que, detrás de un relato sencillo y austero, el director quiere retratar la complejidad de nuestra sociedad, la de los procesos, cambios, construcciones y deconstrucciones que surgen a lo largo de la vida y que nos hacen/fuerzan a superarlos.

 

 

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