Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

La parodia y el humor hilarante de Blue Mountain State

Blue Mountain State es una serie que emitió la cadena Spike TV allá por 2010 y 2011 y que constó de tres temporadas de trece episodios cada una, con lo que llegó a alcanzar un total de treinta y nueve episodios de unos veintidós minutos de duración que proporcionaron a sus seguidores un número ilimitado de risas. La fórmula era sencilla: un equipo universitario de fútbol americano con un palmarés inigualable y un grupo de nuevos estudiantes que deben adaptarse a la vida en el campus y a las exigencias de su nuevo rol dentro de un equipo reputado.

Hasta aquí todo correcto, podría tratarse de cualquier película o serie con argumento similar, dónde la temporada comienza mal debido a los problemas de adaptación de los novatos, y termina de modo excelente cuando el equipo consigue hermanarse y cumplir con todas las expectativas creadas. El foco recaería sobre los problemas personales de una serie de jugadores, habría conflictos internos, pero finalmente el objetivo común terminaría por imponerse, y la camaradería y la victoria serían las fuerzas reinantes en el vestuario. En otras palabras, un argumento que se ha clonado en incontables producciones y que es ya incapaz de sorprender a nadie.

Sin embargo, Blue Mountain State no tiene nada que ver con todo lo mencionado. Es cierto que parte de estas mismas premisas tan manidas, pero a partir de ahí Eric Falconer y Chris Romano construyeron una serie que se dedicó a parodiar todos los aspectos de la vida de un deportista de elite en su etapa universitaria. Todos los estereotipos se ven representados, pero no de cualquier manera; todos y cada uno de ellos son llevados al exceso, de tal modo que el resultado final es una serie muy amena de ver y totalmente hilarante. A cualquiera que le interese el mundo del deporte—y en particular el del fútbol americano—puede echarse unas risas con esta gran serie sin tener que invertir una cantidad de tiempo excesiva. Al fin y al cabo estamos hablando de episodios de corta duración, y de un total de tan solo tres temporadas.

Pero, ¿Cuáles son las grandes virtudes de BMS? Indudablemente sus personajes, que son personajes tipo que parodian a los de otras series y/o películas de corte similar. En primer lugar tenemos al protagonista, Alex Moran, jugador de primer año que no tiene ninguna de las cualidades que uno espera encontrar en un novato. Su única inquietud es la juerga y disfrutar de la vida universitaria el mayor tiempo posible sin dar un palo al agua, tanto en lo concerniente a sus estudios como en lo tocante a su carrera deportiva. De hecho, tratará de hacer todo lo posible por ser suplente en cada partido del equipo, ya que no tiene ninguna intención de aceptar la responsabilidad que recae sobre la figura del quarterback. Su carencia total de ambición termina por convertirlo en un personaje de carácter superfluo pero al mismo tiempo extrañamente entrañable. Es el hedonista por excelencia.

Alex Moran.
Alex Moran.

Otro de los grandes personajes de la serie es Sammy Cacciatore—interpretado por Chris Romano, uno de los creadores de la serie—, el mejor amigo de Alex. Los deportes no son lo suyo, pero no por ello renunciará a la juerga y los privilegios de los que gozan los miembros del equipo, y su misión será encontrar la fórmula para adherirse al modo de vida de su amigo Alex. Finalmente lo conseguirá convirtiéndose en la mascota del equipo, y este papel lo desempeñará tan bien que todos terminarán por dirigirse a él como mascot (“mascota” en inglés), siendo Alex el único que seguirá utilizando su auténtico nombre. Gran parte de las risas que proporciona BMS debemos agradecérselas precisamente a este personaje.

Sammy Cacciatore, alias Mascot.

Pero si debemos nombrar a un líder dentro de la serie, ese debe ser sin duda alguna el capitán del equipo, Thad Castle. De nuevo se trata de un personaje altamente estereotipado; es el típico jugador musculoso y de comportamiento supuestamente viril, incapaz de comunicarse si no es a través de gritos y golpes. Pura pose, y hasta ahí todo correcto, pero la sorpresa viene cuando descubrimos que aparte de ser un macho alfa Thad es también un tipo muy sentimental, capaz de llorar cuando uno menos se lo espera, y que además sufre una tensión sexual evidente con otro de los jugadores—su mejor amigo y mano derecha en el equipo—, con lo que todos los clichés que se asocian con un jugador de futbol americano se ven revertidos a través de este personaje ante el que resulta imposible no caer rendido. La interpretación es magnífica, podría compararse tal vez con la del personaje de Stiffler (Seann William Scott) en American Pie, y es que la serie toma y recicla elementos de dicha saga.

Thad Castle, capitán del equipo.
Thad Castle, capitán del equipo.

En resumen, Blue Mountain State es una serie que tomó una fórmula explotada hasta el límite en las producciones americanas y la convirtió en algo fresco e inesperado, burlándose abiertamente del modo de vida asociado al deportista universitario. Encontramos episodios en los que los jugadores deben pasar tests antidopaje de modo fraudulento, enfrentarse a los jugadores del equipo de lacrosse, aprobar exámenes para poder jugar, y muchos otras tramas desternillantes dotadas de un humor que sólo podríamos calificar de excesivo. Todo aquel que se sienta atraído por el futbol americano y al que le guste reírse no debería dejar pasar esta serie—las risas están garantizadas.

 

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