Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«La Piel Fría» (2017), una gélida lucha entre especies

Hace exactamente 15 años que Albert Sánchez Piñol publicaría su novela «La Pell Freda», un relato de ficción escrito por este antropólogo catalán que pronto se convertiría en un bestseller a nivel internacional. En este sentido, el cineasta francés Xavier Gens será el encargado de realizar esta ambiciosa adaptación con claros elementos fantásticos a la gran pantalla rodada en la isla de Lanzarote, con un presupuesto ínfimo por la complejidad de su producción y con un nombre español entre sus filas, la actriz Aura Garrido. Una película que se desmarca del resto de proyectos liderados por Gens y que muestra una clara madurez estilítica dentro de su filmografía. Pero, vayamos por partes.

Siguiendo la premisa elaborada por Sánchez Piñol, La Piel Fría centrará su historia en un joven irlandés (David Oates) quien aceptará un trabajo de oficial atmosférico en una remota isla en medio del océano ártico para huir de la desconexión de su país y de la pobreza suscitada por la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, su llegada a la isla no será bien recibida ni por el responsable de controlar el faro (Ray Stevenson) ni por unas extrañas criaturas anfíbicas que atacarán su casa al entrar la noche. La súbita emboscada de estos seres obligarán al joven a refugiarse en el faro de Gruner donde descubrirá que éste tendrá retenida a una de estas criaturas como esclava (Aura Garrido).

Una irreconocible Aura Garrido en su papel como la criatura
Una irreconocible Aura Garrido en su papel como la criatura

Durante el transcurso de la película se dibujarán dos líneas narrativas que se irán entrecruzando para sustentar el desarrollo de nuestro protagonista: por un lado, asistiremos a la lucha de los dos hombres contra las marabuntas de criaturas que se irán sucediendo a lo largo de la cinta; y por otro lado, la relación que se establecerá entre los tres únicos personajes que intervendrán en la trama principal. Unas premisas que podrán en evidencia el miedo a la alteridad, la supervivencia de las especies bajo las teorías darwinianas, la subjetividad de la creación de la monstruosidad y la confrontación masculino-femenino que permanece latente en la superficie del film como ejes esenciales del relato.

Siendo una adaptación ambiciosa, como ya hemos comentado anteriormente, La Piel Fría será un intento un tanto gélido – como su propio título indica – de reflexionar sobre la condición humana y sobre su escaso entendimiento con la naturaleza, a la vez que cuestionará el estancamiento evolutivo de los seres humanos como especie. Unas pautas que la novela de Sánchez Piñol expondría de maravilla y cuya distribución irregular del discurso del film será el principal culpable de que se producza un distanciamiento emocional entre el espectador y los personajes, sobretodo hacia el protagonista, en algunas partes de la película.

Aquí una clara transposición de «El caminante sobre un mar de nubes» de Caspar Friedrich
Una clara transposición de «El caminante sobre un mar de nubes» de Caspar Friedrich

Sin embargo, a pesar de alguna que otra carencia narrativa y empática en ciertos puntos de la película, La Piel Fría muestra una sorprendente y cuidada elaboración visual con claras influencias estilísticas del pictoricismo romántico de Caspar Friedrich en donde la mimetización del hombre y el entorno es perfecta para el argumento y para crear la atmósfera envolvente. Unas influencias literarias románticas y naturalistas que también impregnarán parte de la esencia del relato que estará narrado en primera persona por el protagonista como claro ejemplo de héroe torturado y único responsable de su propio destino. En este sentido, el diseño de las propias criaturas mitad humano-mitad anfibio está realmente bien lograda, tanto en la elaboración del maquillaje como en la intepretación de Aura Garrido, que destacará sobre todas la cualidades del film. Siendo el rol más físico al que se ha tenido que enfrenta la actriz, Garrido consigue mostrar la emoción solo a través de la mirada y contorsionar su cuerpo para dar vida a este extraño ser sin aparente dificulad y demostrando que es una de las mejores actrices españolas del momento. Una lástima que se la echase de menos en gran parte de la cinta.

En definitiva, La Piel Fría es una película que deja una sensación agridulce. Por un lado, la producción de Gens tendrá una propuesta estética interesante y expondrá todas las temáticas en las que Sánchez Piñol haría incapié en su novela; pero, por otra lado, la extraordinaria materia prima de la que se partía se quedará en la superficie de las reflexiones planteadas en la obra de ficción. Además de que la intención del director por plasmar una problemática contemporánea como la de los refugiados, como el mismo expresará en varias ocasiones, quedará completamente diliuda en comparación con el argumento principal. Y es que, no hay nada p que tener todos los ingredientes encima de la mesa y no saber como cocinarlos. Pero, no me malinterpretéis, La Piel Fría no es una mala película. Solo una propuesta demasiado reduccionista para el material al que se enfrentaba. Una verdadera lástima.

 

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