Los Simpson: lo que está por venir
El otro día oí decir a unos amigos conversando: “¿Pero todavía ves Los Simpson? ¡Con lo repetidos que están!” No podemos quitar parte de razón a este orador, si tenemos en cuenta hechos como: que la primera emisión de la serie tuvo lugar el siglo pasado, allá por 1989; que en las cadenas de televisión públicas españolas se repiten los episodios hasta la saciedad; y que las temporadas nuevas suelen estrenarse en dichos canales con un año o dos de retraso con respecto a Estados Unidos. Pero, si a pesar de estos datos, la serie sigue emitiéndose –y de este modo-, es porque, sin lugar a dudas, cuenta con un nutrido número de seguidores. Si no fuera así, no estaríamos hablando de un producto cultural rentable, y ello, dado el actual estado del mundo televisivo, conllevaría a su inmediata desaparición de nuestras programaciones.
Cierto es que existen fanáticos de Los Simpson cuya ciega empatía con su universo amarillo y de cuatro dedos les lleva a defenderlos a ultranza. Así lo he podido comprobar también en un blog en el que alguien que se quejaba de la omnipresencia de Los Simpson en cierta cadena con la expresión “Tenemos la televisión que nos merecemos”, fue respondido por un fan que salió al paso contestando: “No, no tenemos la tele que nos merecemos. Nadie es tan bueno como para merecerse Los Simpson”. Pero, por otra parte, también podemos analizar con algo más de objetividad ciertas razones que parecen formar parte del mágico elixir de la eterna juventud y atractivo de la serie. Podríamos centrarnos en ciertas características intrínsecas y constantes suyas como, por ejemplo, el hecho de que el re-visionado de la misma, si se hace de forma curiosa y analítica, no sólo no resulta repetitivo, sino que se hace necesario, pues es imposible prestar atención a todos sus infinitos detalles la primera vez que se ve un episodio. También es frecuente la presencia de temas con los que una gran mayoría de espectadores se sienten identificados, como los problemas (y amor) familiares, bien entre los esposos, o bien entre padres e hijos (ambos incluidos también en la 26ª temporada). Pero, como anticipa el título de este artículo, hoy nos vamos a centrar-aunque sea brevemente- en “lo que está por venir” o “está viniendo” en la serie (dependiendo de si nos limitamos a los canales públicos españoles o no), para subrayar algunas anécdotas referentes a las novedades que no dejan de tener cabida en ella, a pesar de la opinión –que no comparto- con que abríamos este escrito.
Una de ellas es que los productores han sabido despertar la curiosidad de los seguidores con respecto a la temporada 26ª usando tretas como el anuncio de la muerte de uno de sus personajes, que funcionó: se generó gran preocupación entre ellos, especialmente porque la pista que dio Al Jean -«the actor playing the character won an Emmy for playing that character»- no aclaraba mucho la cuestión, dado que casi todos los actores principales han obtenido dicho galardón. Para nuestra tranquilidad –con perdón del difunto, que nos ha venido acompañando desde 1991-, es finalmente Rabbi Hyman Krustofsky, el padre de Krusty el Payaso, quien muere en el primer episodio. Además, para aún mayor sosiego, Jean ha informado de que no va a “matar” a viejos y queridos personajes de la serie para no entristecer a su público. Así, pues, en esta temporada, no sólo no vamos a perder de vista a ningún otro personaje, sino que estos seguirán manteniendo sus principales características. Por ejemplo, las protagonistas femeninas seguirán mostrando un alto grado de inteligencia e iniciativa: Marge se adentra en la aventura empresarial vendiendo sus admirados sándwiches y, en otro episodio, convirtiéndose en taxista profesional, transformando así sus cotidianas tareas familiares en actividades “remuneradas”; y Lisa decide crear un nuevo himno para Springfield tras descubrir que el anterior era plagiado. Los demás seguirán cometiendo errores, como siempre, pero continuarán dejándonos el agradable sabor de boca derivado del buen corazón que suelen demostrar que tienen. Al menos, algunos de ellos, como Homer, quien a pesar de meter la pata también en estos nuevos episodios, sigue mostrando un amor incondicional por su familia que lleva a perdonarlo no sólo a sus miembros, sino también a los espectadores.
Otras curiosidades: la familia Simpson se va a encontrar con personajes relacionados con ellos tanto del pasado -sus predecesores de The Tracy Ullman Show-, como también del futuro, con la “visita” de los protagonistas de Futurama en el episodio sexto. Y en relación, no con personajes de ficción, sino reales, y por interés mío propio, quiero señalar la conexión que se produce entre esta serie y Girls, sobre la que escribiré más adelante: el episodio 11 de Los Simpson ha sido escrito por uno de los productores de Girls, Judd Apatow; y en la 27ª temporada, que está siendo ya producida para 2015-16, la propia Lena Dunham pondrá voz a Candance, una farmacéutica –tatuada como Hannah y/o Dunham- con la que Jean vuelve a despertar la curiosidad del público haciendo pensar en una posible relación entre ella y Homer.
En esta ocasión, como siempre, me falta espacio para seguir comentando curiosidades y novedades sobre Los Simpson: ¿cómo pueden decir algunos que la serie es muy repetida?
P.S.: Sirva este artículo como homenaje a Sam Simon, co-creador y productor ejecutivo de la serie, fallecido el pasado 8 de marzo.