Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Majin and the Forsaken Kingdom», la (auto)regeneración de la madre naturaleza

¿Os imagináis un mundo desértico? ¿Sin vida ni alma? ¿Un mundo en donde sus habitantes son poseídos por una entidad oscura y misteriosa? Por supuesto, imaginarse este panorama es relativamente sencillo. Pero, de ser así, ¿serías capaces de enfrentaros a ella a pesar de sus peligros e incógnitas? ¿Os adentaríais en la aventura? Esta es la premisa en la que nos sitúa el videojuego de la empresa japonesa Game Republic que hoy analizaremos: Majin and the Forsaken Kingdom. Una aventura de plataformas al uso lanzada en 2010 para PS3 y Xbox 360 gracias a Namco Bandai y que, a pesar de tener una estructura clásica y una historia más o menos prototípica (según con quien hables), es una auténtica gozada para el jugador. O, al menos, desde mi punto de vista realmente lo ha sido. Porque la utilización de clichés siempre funciona. Pero, mejor vayamos por partes.

El comienzo de la historia nos situará en un reino fantástico en el que un siglo atrás un extraño organismo llamado por los supervivientes «La Oscuridad« se extendió por todo el territorio poseyendo a todo aquel que se encontraba a su paso transformándolo en una criatura diambulante sin alma y obligando al resto de la población a malvivir alejados de sus hogares en pleno bosque. Entonces, según contará la leyenda, en algún lugar del reino olvidado se encuentra su antiguo guardián y único con la fuerza suficiente para derrotar esta misteriosa plaga: el Majin, una enorme bestia mágica con un poder ilimitado. Así, nuestra aventura comenzará con Tepeu, un intrépido ladrón con la habilidad especial de comunicarse con los animales que se infiltrará en el abandonado castillo que corona el reino con la intención de encontrar algún que otro tesoro y conocer más acerca de esta oscura entidad. Por supuesto, en las mazmorras se topará con un encarcelado y debilitado Majin al que ayudará a salir de su prisión. Una vez liberado la misión está muy clara: acompañar a la criatura a través del reino en busca de sus arrebatados poderes y vencer a las fuerzas oscuras.

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A Tepeu y al Majin les espera una gran aventura por delante

Aquí comenzará la aventura de Tepeu y el Majin por el reino olvidado (es decir, por «the forsaken kingdom») en el que el jugador manejará a ambos personajes durante su peregrinaje. Además de los comandos básicos de movilidad de Tepeu, para seguir avanzando los obstáculos y los puzzles requeriremos de las habilidades especiales del Majin al que tendremos que «ordenar» una serie de acciones para combatir, para alcanzar lugares secretos y de difícil acceso, o simplemente, para despejarnos el camino. Con una jugabilidad bastante intuitiva, ya hemos clarificado que el objetivo principal del juego es recuperar los poderes perdidos de la enorme criatura. Durante nuestro viaje tendremos que encontrar los cuatro diferentes frutas mágicas que le devolverán los poderes al Majin, así como diferentes bayas que potenciarán su fuerza física y su energía (o vitalidad, si nos queremos poner puristas)

Está claro, pues, que este resumen explicativo de las mecánicas del juego concentrarán las dos líneas temáticas que recoge Majin and the Forsaken Kingdom: la inmersión en la naturaleza y la fuerza de la amistad. Esta última siendo el eje central de la trama en donde asistiremos a un proceso a la intimidad de manual entre nuestro protagonista (ergo, el jugador) y el Majin, cuya personalidad igual de leal como de torpona – y hambrienta en todo momento – le aporta mucha frescura a su relación con Tepeu y una ternura al personaje al que se le cogerá cariño desde el primer segundo que aparezca en pantalla. La evolución entre los personajes se irá intercalando con un mensaje más contundente y concienciador. Debido a su cautiverio, el Majin tendrá lagunas mentales en el que no recordará el verdadero origen de la caída del reino. Pronto se podrá intuir que la llegada de «La Oscuridad» será debido a la utilización masiva de la tecnología por parte de los humanos (además de por otros factores que no desvelaremos para evitar spoilers…) que afectarán al desarrollo de la naturaleza y al destino de su guardián, el Majin. Una premisa que, si hacéis memoria, ya podríamos encontrarnos en Final Fantasy X en donde el malvado del juego, Sinh, aparecería como «síntoma de los pecados de la humanidad». Así, durante el juego – y mientras recupera sus poderes, iremos conociendo la verdad acerca del origen de esta maldición depositada en el reino y del turbulento pasado del Majin. Además, si te entretienes conversando con los animales que te encontrarás por el camino, todavía descubrirás más sobre la mitología propia del universo que se nos presenta.

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Durante el viaje conviene tener al Majin bien alimentado…

En cuanto a su apartado artístico, el juego es una auténtica maravilla. Cuenta con un universo fantástico y colorido lleno de detalle perfecto para la aventura (que esto a los japoneses se les da muy bien). Porque, aunque sea un reino en decadencia, no implica que no pueda ser bello. El jugador irá desbloqueando un amplísimo mapa clasificado en 5 terrirtorios perfectamente delimitados por los «final bosses» de área que corresponderan a cada fruta mágica que el Majin engullirá. Así, nos encontraremos con un mundo variopinto dentro de un templo en ruinas (poder del viento); en un bosque lluvioso (poder del trueno); en una fábrica recubierta de arena (poder del fuego); en unas cuevas de cristal (poder de purificación); y, finalmente, de vuelta al imponente castillo. Así mismo, con una distribución del mapa laberíntica que obligará al jugador a pasar y/o explorar la misma localización unas cuantas veces con detenimiento, el juego ofrecerá entre 15-20 horas de duración para aquellos que quieran completarlo en su totalidad.

Con polémica servida por las (inevitables y comprensibles) comparaciones con The Last Guardian de Team ICO cuyo desarrollo fue paralelo al juego de Games Republic, aunque a sus respectivos lanzamientos al mercado les separan 7 años; Majin and the Forsaken Kingdom brilla con luz propia y lo hace con una magia especial. Ya sea por su extensa duración, por la sensación de que no se repite a sí mismo, por las mecánicas de una aventura de acción clásica que funcionan, por la extrema belleza de sus escenarios, por lo entrañable que resulta esta criatura fantástica; o, simplemente, porque a mi me recuerda a juegos como Jak & Daxter: el Legado de los Precursores, Ori and the Blind Forest o Child of Light… Sin duda, Majin and the Forsaken Kingdom cuenta con una historia preciosa, un viaje épico y una atmósfera mágica que se disfrutarán de principio a fin.

 

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