“Night in the Woods”, oda a una juventud perdida
Night in the Woods es un videojuego desarrollado por el estudio Infinite Fall y distribuido por Finji, que se sustenta en el motor gráfico Unity, herramienta utilizada hoy en día en gran número de lanzamientos indie. Si hubiera que describir de manera escueta lo que NITW es, habría que mencionar necesariamente que se trata en primera instancia de un producto centrado en un marcado componente narrativo, como así lo reconocen sus creadores, el programador Alec Holowka y el animador Scott Benson, relegando el gameplay a un segundo plano. Cabe mencionar también que su realización fue posible gracias a una potente campaña de crowdfunding llevada a cabo a través de la plataforma Kickstarter. Así pues, fueron los jugadores interesados en el proyecto quienes hicieron aportaciones económicas para que este saliera adelante, lo que viene a demostrar el gran interés que este despertó desde antes de su lanzamiento.
La protagonista de esta aventura es Mae Borowski, una gata antropomórfica de 20 años que ha decidido abandonar sus estudios universitarios y regresar a su hogar; el pueblo de Possum Springs, un lugar habitado por toda suerte de animales que viven como humanos. Gatos, zorros, osos, cocodrilos o pájaros de todo tipo son solo algunos ejemplos de la heterogenia que caracteriza al lugar. En su regreso Mae tratara de reubicarse junto a sus humildes y trabajadores padres (un carnicero y una ama de casa que colabora con la iglesia) y sus amigos, entre los que se encuentran Gregg Lee, un zorro hiperactivo, Angus Delaney, un oso de temperamento mucho más sosegado y pareja sentimental de Gregg, y Bea Santello, una cocodrilo que en su momento fue la mejor amiga de infancia de Mae, pero cuyo carácter se ha agriado con los años.
NITW es ante todo un producto narrativo, hasta el punto en que el componente lúdico bien podría calificarse de anecdótico. Al fin y al cabo, las acciones que puede realizar el jugador se reducen a explorar, conversar con otros personajes, mirar los elementos que pueblan el mundo de Possum Springs en detalle, y tocar algunos objetos. A juzgar por su fantástico apartado gráfico en 2D basado en el sistema de scroll cualquiera diría que se trata de un videojuego que trata de emular a los grandes clásicos del género plataformero como Mario o Sonic, pero nada más lejos de la realidad. De hecho NITW puede resultar de lo más tedioso para todo aquel que no disfrute de la lectura, ya que otro de sus componentes más destacables es precisamente la inmensa cantidad de diálogos de la que consta. En realidad es más el tiempo que el jugador invierte en leer los textos que aparecen en pantalla que el que dedica a cualquier otra acción dentro del universo de Possum Springs.
Y es que son los diálogos los que dotan de vida propia a este universo. No se trata, además, de conversaciones cualesquiera, y pese a lo desenfadado del apartado gráfico de NITW lo cierto es que se tratan temas trascendentales, como la depresión (juvenil, en este caso), las enfermedades mentales, los cambios que se producen en la amistad a lo largo del tiempo, el estancamiento de la clase media, o el decaimiento del pueblo de Possum Springs tras el cierre de su mina de carbón. El rango de manipulación de estas conversaciones es más bien reducido, y pese a que de vez en cuando existe la posibilidad de elegir entre respuestas alternativas, lo cierto es que la elección de una u otro en poco o nada modifica la evolución de la narrativa, que en realidad nos dirige sobre raíles hacía una conclusión única. Por el camino, podemos escoger pasar tiempo con unos personajes u otros, y así conocer más acerca de sus vidas o de su relación pasada o presente con Mae, pero poco más.
A nivel narrativo, la historia se divide a grandes rasgos en dos bloques principales; uno en el que Mae llega al pueblo y trata de acomodarse de nuevo en él, y otro en el que nuestra gatuna protagonista y su pandilla encuentran un brazo en la calle, lo que desata una cadena de acontecimientos que conducen hacia un desenlace inesperado. Es a lo largo de esta segunda parte cuando NITW toma un tono mucho más lúgubre y oscuro, hecho que se ve reflejado en las pesadillas que cada noche acompañan a Mae. El jugador actúa dentro de ellas también, y la sensación al habitar estos espacios es de total desconcierto. No acaba de quedar muy claro cuál es el mensaje tras estos episodios oníricos, si no es sencillamente que Mae sufre un desorden mental, hecho que vendría a confirmarse cuando descubrimos que seis años atrás Mae dio una paliza a un compañero de clase sin motivo aparente.
Pese a que la historia se ensombrece en este punto, y la tensión va in crescendo hasta su conclusión, los elementos atractivos a la vista no dejan de hacer acto de presencia. Un ejemplo de esto se da cuando Mae y sus amigos encargan una pizza para cenar, y debemos escoger que porciones comer, o cuando comen donuts y debemos hacer tres cuartos de lo mismo. No es que estas acciones enriquezcan el aspecto lúdico del juego, pero son resultonas. El elemento que si aporta algo distinto hace acto de presencia cada vez que Mae y compañía se reúnen para ensayar. En ese momento el videojuego se transfigura, convirtiéndose en un Guitar Hero, y debemos tocar el bajo lo mejor posible para conseguir la aprobación del resto de miembros de la banda.
En conclusión, podría decirse que NITW es un videojuego que a primera vista atrae, y mucho, gracias a su cuidado apartado artístico, y que esto se ve completado por una narrativa que sorprende al tratar temas profundos, entre los que se encuentra el desencanto juvenil con los tiempos que corren, tratados con un ácido y cínico tono humorístico que se agradece. Sin embargo, en lo que a jugabilidad se refiere hay poco a destacar, y para todo aquel que tenga la intención de jugar un videojuego dinámico y con acción a raudales, puede resultar una decepción. Si no es este el caso, NITW es una buena obra, y sobre todo una dotada de una gran originalidad a nivel argumental.