«Paddington» o la prueba de que el cine infantil puede ser artístico
¿Sabéis lo que significa la expresión «sleeper movie»? Seguramente es un concepto completamente desconocido para la amplia mayoría del público, si bien todos y cada de nosotros hemos visto muchas a lo largo de su vida cinéfila. Y no, aunque parezca mentira, nada tiene que ver el término «sleeper» con quedarse dormido a mitad de la película. Todo lo contrario. Una «sleeper movie» es una locución que se aplica – según el diccionario urbano – a aquellos largomentrajes que en una primera instancia pueden resultar simplones y mediocres, pero que a medida que van avanzando, tienen una resonancia más profunda de la que parecía a simple vista. Incluso, puede llegar a convertirse en unos clásicos del género, en un auténtico éxito en taquilla o en ambas cosas a la vez.
Este es el caso de las cintas que nos ocupan: las adaptaciones a la gran pantalla del oso Paddington. Pero, mejor vayamos por partes. Siendo uno de los personajes más populares de la literatura infantil británica, este exitoso animalito haría su primera aparición bajo las manos del autor Michael Bond y de la ilustradora Peggy Fortnum en 1958 en un cuento llamado A Bear Called Paddington donde un pequeño osezno antropomórfico provinente del «más oscuro y recóndito Perú» es adoptado por una familia londinense, los Brown. Una vez en Inglaterra, Paddigton tendrá que adaptarse al día a día de la gran ciudad, mientras su familia de acogida tendrá que acostumbrase a convivir con un animal en su casa.
El debut de Paddington en la pantalla en imagen real llegaría en las navidades de 2014 bajo la dirección de Paul King siendo una de las apuestas fuertes del cine familiar para las fiestas. Siguiendo la estela de producciones como la saga Harry Potter en donde el sentimiento patrio está latente en cada rincón del proyecto, Paddigton estaría protagonizada por intérpretes en (casi) su totalidad británicos de cierto renombre comenzando por Ben Whishaw como la voz del osezno protagonista, Hugh Bonneville y Sally Hawkins serán el matrimonio Brown – Henry y Mary, respectivamente – y tendrá las intervenciones estelares de Julie Walters como la alocada Mrs. Bird; Jim Broadbent como el excéntrico inventor germano Samuel Gruber; el ya-retirado-Doctor-Who Peter Capaldi como el insufrible vecino de los Brown, Mr. Curry; además de las intervenciones de Imelda Staunton y Michael Gambon poniendo las voces de los tíos de Paddigton. La inauguración del personaje antagonista caerá bajo la responsabilidad de Nicole Kidman quien interpretará a la malvada taxidermista jefe del museo de historia natural de Londres, Millicent Clyde, quien acechará a Paddigton para sus perversos planes.
Siendo claramente un largometraje planteado para un público infantil, Paddington no solo será una estupenda adaptación de los cuentos originales, sino que ofrecerá una nueva propuesta del cine familiar y, sobretodo, será un buen ejemplo para desmentir que el cine infantil está asociado a un cine de baja cultura. Un formato que partirá desde su concepto narrativo con la sucesión de gags al estilo slapstick que rodearán los problemas de Paddigton para acomodarse al mundo moderno y a la (re)adaptación de la vida de los Brown a consecuencia de su nuevo inquilino, esencia del entretenimiento para los más pequeños de la casa; hasta la formulación de chistes y situaciones al más puro humor británico más sugerente para el disfrute de los espectadores adultos. Además de tener un guión redondo en el que todo está perfectamente hilado y donde las aventuras están aseguradas de principio a fin.
En este sentido, la formulación de esta nueva porpuesta no solo pretenderá sugerir que las películas familiares solo están dedicadas al disfrute de los niños, sino que planteará un concepto estético con una clara intencionalidad plástica irrefutable y, en consecuencia, extraordinaria en todos los sentidos. Además de contar con un estupendo aparato digital para construir la movilidad del oso en una perfecta integración de CGI, la película se servirá de un sin fin de recursos y formato visuales para aportar esa magia especial que inunda la imagen en la cinta: la incorporación de cinta de celuloide en formato antiguo (la cinta del explorador), la integración de flashbacks en formato cómic (las escenas del tren y el pasado de los Brown) o la aportación del formato de libro plegable.
Un sistema formal que se centrará en un uso expresivo del color en el espacio y el vestuario que se focalizará en la intensificación de la gamma roja, amarilla y azul propia de los cuentos originales y un extremo cuidado en los detalles de la puesta en escena y de la dirección artística diseñado por Gary Williamson. Un planteamiento estilístico que recordará al utilizado por la estética naif de Wes Anderson, sobretodo en el empleo de ciertas composiciones en el plano (ver la imagen a continuación), de algunos recursos narrativos y estéticos – me viene a la mente las secuencias de la presentación de la familia Brown a través de una casa de muñecas (ver imagen de arriba) – y la disposición del color como elemento sensorial y recurso característico de la narración.
Hoy precisamente se estrena su segunda entrega en la que Paddington y la familia Brown tendrán que adentrarse en otra aventura con un nuevo antagonista en el horizonte. Esta vez, será Hugh Grant el encargado de dar vida a Phoenix Buchanan, un reconocido actor en crisis profesional que aprovechará su habilidad como maestro del disfraz para ser ladrón de guante blanco en sus momentos libres. Una premisa que promete ser más divertida que la anterior y que, por las imágenes que ya hemos podido disfrutar en su trailer oficial, continuan con su maravillosa propuesta estética con un universo más mágico, si es eso posible. Seguro que Paddington 2 no defraudará y ya no hará falta que nos refiramos a la saga Paddigton – con una tercera película en marcha con fecha aún sin determinar – como una «sleeper movie», sino como una cita navideña indispensable y como un clásico del cine familiar tal como se merece.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora en el grado de Comunicación Audiovisual en CESAG-Universidad de Comillas. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en la investigación en game studies y TV studies.