Peaky Blinders, tras los pasos de Sons of Anarchy; ¿Cómo terminará la historia de Thomas Shelby?
Hace poco cerraba el telón la tercera temporada de Peaky Blinders. El final de este tercer acto nos deja con la sensación de que el nivel de tensión ha alcanzado su clímax, y que lo que se avecina en las dos próximas temporadas, ya confirmadas, será definitivo. Desconozco si a la comunidad de fans le sucede lo mismo que a mí, pero la serie de la BBC cada vez me recuerda más a Sons of Anarchy. En realidad las similitudes entre ambas se hacen patentes desde el primer episodio de la producción protagonizada (brillantemente, dicho sea de paso) por Cillian Murphy. Veamos cuales son algunos de los nexos de unión entre ambas y conjeturemos sobre posibles finales para Thomas Shelby. Spoiler alert.
- Organizaciones criminales. Tanto Jax Teller como Tommy Shelby dirigen negocios de legalidad cuestionable, aunque tratan de encubrirlos de la mejor forma posible. A ojos de la ley Jax dirige un taller de reparaciones con el nombre Teller-Morrow, fundado por su padre, John Teller, y su padrastro, Clay Morrow. Sin embargo, el grueso de sus actividades lo desempeña desde su club de motocicletas, conocido como los Sons of Anarchy. Para mantenerlo en pie llegará a traficar con armas, e incluso con drogas, algo que en principio contradice sus creencias. Tommy, por su parte, controla un negocio de apuestas hípicas en la Birmingham post Primera Guerra Mundial. A su banda se la conoce con el nombre de Peaky Blinders. Se trata de una banda que realmente existió en su momento. Su intención es la de llevar el negocio familiar al siguiente nivel. El problema es que siempre hay un siguiente nivel.
- Toda banda necesita su uniforme. Los Sons visten chaleco de cuero negro con parches identificativos de su rango, así como otros genéricos (el nombre del club, el famoso reaper, el “men of mayhem”, o el distintivo de su localización geográfica; Red Wood, California). Los Peaky Blinders tiran de elegancia: traje y boina. Aunque la boina tiene secreto. Bajo la solera se ocultan unas cuchillas que no dudan en utilizar cuando las negociaciones verbales no toman los derroteros deseados.
- Líderes jóvenes. Uno de los detalles a tener en cuenta es la juventud de ambos protagonistas, que no impide que demuestren una capacidad de liderazgo al alcance de pocos. Se trata de grandes estrategas, calculadores de sangre fría. Dónde otros se dejarían llevar por las emociones más viscerales, ellos son capaces de encontrar la pausa requerida para rediseñar su estrategia y ejecutarla, sin importar quién se interponga en sus caminos, ni a quien tengan que utilizar para medrar en sus aspiraciones.
- La familia es lo primero. Una de las premisas de ambas series es la importancia que se le otorga a la familia. Tanto los Sons como los Blinders se estructuran alrededor de un fuerte núcleo familiar; los Teller en el primer caso, los Shelby en el segundo. Esta es la mayor fortaleza y debilidad de ambas organizaciones. Jax y Tommy tienen el respaldo, casi siempre incondicional, de sus familiares y amigos, pero esto tiene otra lectura. Cuando sus enemigos necesitan darles un escarmiento sólo tienen que apuntar a uno de estos seres queridos. Ambos defienden a capa y espada que sus acciones no tienen otro objeto que el de mejorar el estatus de la familia, y la paradoja reside en que van perdiendo a seres queridos a medida que lo intentan. ¿Cómo olvidar a Opie o Tara en Sons of Anarchy, o a Grace en Peaky Blinders?
- Matriarcados. En ambas producciones nos encontramos con mujeres fuertes, hechas a sí mismas, y que no dependen de la protección de ningún hombre en estos ambientes hostiles en los que se mueven. Es más, toman cartas en la dirección de las empresas, participando activamente de las decisiones que se toman aunque para ello deban entrar en conflicto directo con Jax o Tommy, y a menudo se erigen como auténticas matriarcas. En Sons of Anarchy tenemos a Gemma Teller, la madre de Jax, mientras que en Peaky Blinders este papel lo desempeña Polly, la tía de Tommy, además de su hermana, Ada, o su cuñada, Esme. En la tercera temporada incluso presenciamos una huelga de trabajadoras organizada por Polly que pone en un serio brete a Tommy. También cabe mencionar a Tara y Grace, las esposas de Jax y Tommy respectivamente, que son mujeres independientes y duras, aunque a menudo terminan por someterse a los designios de sus maridos por amor (a pesar de que Tara finalmente dé un golpe sobre la mesa, demostrando su fortaleza).
- El primer antagonista es la ley. Si hablamos de organizaciones criminales resulta obvio que el primer enemigo natural sean las fuerzas de la ley. Son numerosos los enfrentamientos entre los Sons y la policía regional y estatal, con personajes que se suceden a lo largo de las temporadas, el lugarteniente Eli Roosevelt siendo el último de ellos. Esto les lleva incluso a ingresar en prisión. En el caso de Peaky tenemos al inspector jefe Chester Campbell (interpretado por Sam Neill, aquí sin compañía de dinosaurios), uno de los primeros grandes enemigos de Tommy. Los encarcelamientos también tienen lugar aquí, pero no son duraderos.
- Policías corruptos. Sin embargo, otra constante es la posibilidad de comprar a agentes de la ley, quienes por la cantidad de dinero adecuada demuestran no tener escrúpulos a la hora de colaborar. Los grandes exponentes de este fenómeno son el jefe de policía Wayne Unser (Sons) y el sargento Moss (Peaky). A menudo dudan entre sus obligaciones para con la ley y la posibilidad de lucrarse, aunque en el caso de Unser es el amor, y no el dinero, el que le lleva a colaborar con Jax.
- Objetivo: Limpiar el negocio. Aquello que venden tanto Jax como Tommy a los miembros de sus bandas es que el gran objetivo final es desmarcarse de cualquier tipo de actividad ilegal; legalizar el negocio y alcanzar una vida de paz y tranquilidad. Sin embargo, ¿es esto lo que dicen con sus actos?
- De padres ausentes. Tal vez la ausencia de la figura paterna tenga cierta relevancia a la hora de analizar a estos personajes. Jax Teller siempre tiene presente a su padre, John, que murió en la carretera, e incluso se agarra a un diario que le dejó para tratar de dirigir a los Sons del mejor modo posible. Es, en otras palabras, su modelo a seguir. La relación de Tommy con su padre es totalmente distinta, sin ningún resquicio de admiración, ya que este les abandonó a él y a sus tres hermanos (por cierto, al padre de Tommy lo interpreta el mismo actor que dio vida a Chibs en Sons of Anarchy; el gran Tommy Flanagan).
- Traiciones y lealtades fluctuantes. Son múltiples las ocasiones en que Jax y Tommy se ven traicionados por otras bandas aliadas, o las traicionan ellos mismos. Los Sons son aliados temporales de los Niners (una banda afroamericana), los Mayans (una banda mexicana) o una organización asiática. Incluso aparece un grupo de neonazis. La prominencia de las representaciones raciales en Sons of Anarchy es digna de mención. Tommy se alía con Sabini para más tarde traicionarlo, y luego con Solomons (mención especial a la grandísima interpretación de Tom Hardy, excelente como siempre), quien le traiciona a él en esta última temporada. Aquí no existen amigos, tan solo aliados temporales. El negocio es el negocio.
- ¿Por qué tan violentos? Al fin y al cabo la mayor similitud entre Sons of Anarchy y Peaky Blinders es que ambas narran historias de violencia. Pero, ¿por qué Jackson Teller y Thomas Shelby parecen tener la necesidad de involucrarse en situaciones violentas? En el caso de Tommy el pretexto es su participación en la Primera Guerra Mundial, de la que salió marcado. Se nos cuenta que esto marcó un antes y un después para él, cambiando radicalmente su carácter. Puede parecer justificado, entonces, que se haya quedado anclado en un estado de estrés post traumático en el que la violencia, o la perspectiva de la muerte le resulten estimulantes. En cuanto a Jax, no puede haber otra excusa que el hecho de haber nacido en el seno de una organización violenta, y de haber sido criado desde pequeño por sus integrantes. ¿Y por qué atraen estas historias a millones de espectadores? Mi teoría es que contribuyen a la fantasía de la libertad. A través de ellas se vislumbra la posibilidad de escapar de las responsabilidades de una vida modelo, de romper el molde de lo establecido y dominar el propio destino. Además, resulta innegable que se promueve un modelo de macho alfa que vende mucho y bien.
- Tensión escalada. Otro factor común a ambas producciones es la colosal escalada en la tensión, que incrementa exponencialmente a medida que las temporadas y los conflictos se suceden. Todo termina por desembocar en situaciones en las que los protagonistas pierden por completo el control de sus operaciones. Cada nueva rivalidad es más peligrosa que la anterior; los enemigos son cada vez más temibles, y están mejor conectados. Uno se queda con la sensación de que Jax y Tommy se dirigen irrefrenablemente hacia la hecatombe total, pero a pesar de ser conocedores de ello no están dispuestos a dar ni un paso atrás.
- Fumemos. Esto puede parecer un comentario banal, pero la nicotina es una constante. Casi todos los personajes son fumadores empedernidos.
- La reflexión final del anti-héroe; ¿Qué diablos estoy haciendo? Y aunque es cierto que siguen adelante pase lo que pase, ambos llegan a un punto de inflexión en el que terminan por reconocerse a sí mismos que han perdido el control, y que sus planes utópicos no tienen cabida en la realidad. ¿Y cuando esto sucede, como lo solucionamos?
- El mártir. Ya sabemos cómo terminó Sons of Anarchy; del único modo posible, con Jax convertido en mártir y liberando a los Sons del rumbo que les había marcado durante años. Realmente era el único final factible y satisfactorio para el espectador. Nadie puede hacer tanto mal y salir indemne. Ahora la gran pregunta es cómo continuarán las temporadas 4 y 5 de Peaky Blinders. Sabemos que Tommy ha dilapidado las esperanzas de todos y cada uno de los miembros de su familia, que ahora se encuentran en manos de las autoridades. Les ha reconocido que todos sus planes han sido en balde, que ha fallado estrepitosamente, pero aun así sigue teniendo algo en la recámara. ¿Hasta cuándo durará la escalada en la tensión para Thomas Shelby? ¿Seguirá los pasos de Jax y se convertirá en un mártir, o será capaz de reconducir la nave a tiempo? A mí, personalmente, me parece que quizás sea ya demasiado tarde.