Penny Dreadful y los adeptos del mal llegan en «Good and Evil Braided Be» (3×03)
La última temporada de Penny Dreadful sigue configurándose como la más arrolladora, cada capítulo quita el aliento al espectador para introducir nuevos giros, personajes y continuar ampliando el universo de John Logan en una de las versiones más potentes del gótico victoriano hechas hasta la fecha. Como en una sala llena de espejos la realidad se distorsiona en diferentes versiones de quien se posa delante, tal y como ocurre con el mal, fragmentado en docenas de monstruos a partir de la misma fuente.
hacia un ejército de mujeres
Dorian Gray y Lily comienzan a dar forma a la armada definitiva, mientras a lo lejos se escuchan los reclamos por el sufragio femenino en el Londres de la época. Las marginadas y repudiadas serán los rostros de un ejército que promete luchar contra el brazo opresor del hombre. Entre escenas de sexo y mucha sangre, Lily comienza a moldear a su lugarteniente primeriza en la que ya es una de las grandes secuencias de la temporada. La guerra que librará Lily es social por muchos monstruos que queramos ver en ella, una lucha por la igualdad en la que solo valdrá la erradicación del hombre y toda su perversión, sin medias tintas. ¿Podrá Dorian convertirse en el líder de un ejército que desprecia lo masculino? Las huellas de la prostitución, el maltrato y la crueldad adquieren el rostro de Lily para culminar la gran venganza.
Los vampiros de Drácula
Estos vampiros zombificados poco tienen que ver con los vistos en la primera temporada, unos seres que podían vanagloriarse de portar unos rasgos estéticos muy diferenciados de los vistos en los últimos años en la televisión. Es cierto que muchos de ellos aparecieron durante el estreno del show, pero las quijadas aguileñas y los cuerpos estilizados habían aparecido para ganar la partida o eso creíamos. Ahora la estética Nosferatu ha quedado atrás para dar paso a la del vampiro aristocrático. Quizá la explicación se encuentre en la clasificación por castas o clases dentro de la armada vampírica, aunque de algo podemos estar seguros y es que Polidori estaría encantado con esta versión remozada de Drácula, un encantador científico sin vestigio alguno de maldad en su rostro, pero con una voz atronadora. Un auténtico galán.
Los otros de Jekyll y Frankenstein
La creación de un ejército de dementes no parece ahora una idea tan descabellada, más si tenemos en cuenta los avances que promete hacer Víctor a las fórmulas de Jekyll. El improvisado dúo de intelectuales asegura muchos momentos gore para los capítulos que restan. Olviden las dudas iniciales, la relación y, más aún, los descubrimientos que ambos puedan llevar a cabo nos hacen fantasear con todo tipo de monstruos y eso es lo que queremos en Penny Dreadful: MÁS MONSTRUOS.
Los cowboys de Ethan
Hécate también ha vuelto para unirse a la fiesta cowboy junto a nuestro hombre lobo favorito. A priori la sensación es forzada, pero con el paso de los minutos nos habituamos a ver a Ethan del lado de la bruja. La trama sigue girando alrededor del héroe trágico sin despistarse de sus guiños a los pasos tan arquetípicos que utiliza John Logan en la mayoría de sus ficciones.
Lo mejor: La sala de los espejos en la que se pierde Vanessa Ives, fantástica. Los flashbacks que nos muestran el pasado de nuestra dama favorita están repletos de sorpresas y estas son mayúsculas.
Lo peor: Por emitir algún tipo de queja diré que no me terminan de simpatizar los sirvientes de Drácula. Y como si el Amo escuchara mi petición, hacia el final del episodio decide prescindir de uno de ellos. Gracias.
Lo que se viene: Por ahora son pocos los minutos que se han dedicado a Caliban, pero se vienen grandes momentos. Contengan la respiración para ver el último fotograma.
Periodismo, divulgación y docencia.
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