Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Prosigue la marcha hacia una Inglaterra unificada en la segunda temporada de “The Last Kingdom”

The Last Kingdom ha vuelto con una segunda temporada que poco o nada tiene que envidiarle a la primera. De nuevo seguimos la progresión de las aventuras del caballero Uhtred de Bebbanburg, vasallo del rey Alfredo, como no podia ser de otra manera. Y aunque podamos tener la sensación de que nos encontramos ante más de lo mismo, lo cierto es que para todo amante de lo épico y lo histórico esta es una serie indispensable. Hay vida más allá de Juego de Tronos y Vikingos, y las andaduras del carismático Uhtred, y, sobretodo, la posibilidad de observar el proceso de hibridación cultural que se produjo en la época y la zona, así como los esfuerzos del monarca de Wessex por llevar a buen puerto su proyecto de una Inglaterra unificada, bien merecen la atención de los fans más acérrimos del género. Veamos cuales son algunas de las cosas que nos ha deparado esta esperada segunda temporada.

Como recordaremos, al cierre de la primera temporada Alfredo había conseguido pacificar gran parte del territorio con la inestimable ayuda de Uhtred, incluso consiguiendo que algunos líderes vikingos se convirtiesen al cristianismo a cambio de mantener su posición y territorios. Pues bien, esto únicamente era el preludio de lo que estaba por llegar una vez la serie arrancara de nuevo; una integración mucho mayor entre sajones y vikingos. Y esto es precisamente lo primero a resaltar de esta nueva tanda de episodios, ya que ahora se forman alianzas de forma mucho más indiscriminada, y pese a que las tiranteces interculturales siguen manteniéndose de forma inevitable, subyace la sensación de que el proceso de hibridación ha avanzado a pasos agigantados. Tanto es así que un clérigo cristiano escoge a un desconocido esclavo de origen danés, con nombre Guthred, para reinar en Cumberland, para gran sorpresa de todos, el susodicho incluido. Sin embargo, la intención de los electores no es otra que la de manejar al pobre iluso desde las sombras.

El rol que Uhtred desempeñará en esta trama será la de general del ejército de Guthred, facilitando así que alcance el poder al poner su espada a su servicio. Uhtred despierta una simpatía automática; es la marioneta indispensable, un guerrero destinado a batallar sin tregua, del que todos los gobernantes extraen tanto cuanto pueden para más tarde desconfiar de él debido a lo difuso de sus raíces y lealtades (recordemos que se trata de un sajón criado y educado por vikingos) y su innata capacidad para labrarse la simpatía de cuantos le rodean, lo que supone una amenaza para aquellos que ostentan el poder en las diferentes regiones de esta fragmentada isla. En esta ocasión incluso lo veremos esclavizado cuando Guthred, aconsejado por el mismo obispo que lo proclamó rey, lo traicionará, vendiéndolo a un esclavista que lo embarcará en dirección a tierras islandesas. Incluso cuando es rescatado por su hermano Ragnar, a quien Alfredo libera con este cometido, resulta evidente que Uhtred deberá pagar un precio por su renovada libertad, pues una vez en Wessex deberá someterse de nuevo al monarca, convirtiéndose de nuevo en comandante de sus tropas.

Uno de los puntos álgidos lo encontramos al alcanzar el ecuador de la temporada (en su cuarto episodio, para ser más exactos), cuando Uhtred, Ragnar y Brida alcanzan al fin a reunir un ejército lo suficientemente numeroso como para acabar con el asesino de su padre, secuestrador de su hermana, y usurpador de las tierras familiares; Kjartan. Esta es la culminación de una tarea pendiente y largo tiempo postergada, en el que se erige como uno de los mejores episodios, si no el mejor. Una vez logrado esto, se produce una elipsis temporal que nos resitúa en tiempos de paz tres años más tarde, con un Uhtred asentado en Wessex, con sus propias tierras y familia, y que permanece fiel al rey Alfredo. Bien está lo que bien acaba, solo que este no es el final.

Captura de Ragnar Ragnarsson momentos antes de la culminación de su venganza.
Captura de un enfervorecido Ragnar Ragnarsson momentos antes de la culminación de su venganza.

Aunque podría parecer el culmen soñado para el héroe teniendo en cuenta todas las aventuras y desventuras por las que Uhtred ha tenido que pasar, su ambición va más allá, y su motivación original vuelve a salir a la superficie. El conocimiento de que Bebbanburg le fue arrebatado a su padre por su tío, y que él debería ser quien ocupara el trono por derecho propio le atormenta, y lejos de que esto se convierta en una realidad tiene que observar como otros menos preparados se hacen con las riendas de territorios clave, como Mercia, que le es entregada al joven Aethelred por parte de Alfredo, pacto que se consuma a través del matrimonio con la hija del rey, Aethelflaed. Y lo que es peor: su tío permanece en el poder en Bebbanburg, sin recibir castigo alguno.

Aethelred
La unión entre Aethelred de Mercia y Aethelflaed de Wessex (hija del rey Eduardo) es toda una declaración de intenciones por parte del monarca.

Es en este momento cuando Uhtred debe decidir si permanecer fiel y conformarse con lo logrado, o luchar una vez más, esta vez por lo que es justo para sí, y dejar así de batallar por causas ajenas. Y por si fuera poco, a este conflicto se le une otro más; el provocado por los hermanos vikingos Erik y Sigefrid, quiénes toman Londres por la fuerza, complicándole de nuevo la existencia a Uhtred. Esto llevará a un nuevo enfrentamiento encarnizado, que nos conducirá a un final de temporada con unas dosis de tensión elevadísimas.

Los hermanos Erik y Sigefrid tienen gran peso argumental en esta segunda temporada, ya que suponen una de las mayores amenazas para la realización del sueño que el rey alberga de una Inglaterra unificada y cristiana.
Los hermanos Erik y Sigefrid tienen gran peso argumental en esta segunda temporada, ya que suponen una de las mayores amenazas para la realización del sueño que el rey alberga de una Inglaterra unificada y cristiana.

En definitiva, la segunda temporada de The Last Kingdom no ha defraudado, aportando grandes dosis de acción e intriga y un elenco de personajes carismáticos, algunos viejos conocidos y otros recién llegados. Y pese a que esta no es, ni mucho menos, la producción de carácter épico-histórico que cuenta con un mayor número de fans, la fórmula que ofrece, si bien manida, no es nada desdeñable. Aunque todavía no se ha confirmado la realización de una tercera temporada, parece más que probable que esta llegue. Todavía parece quedar margen de maniobra para que el héroe alcance la fortuna que merece. Como diría el propio Uhtred «el destino lo es todo», y ese destino todavía no se ha culminado, así que cruzaremos los dedos por que las aventuras de Uhtred no abandonen todavía la pequeña pantalla.

 

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