Recap. ‘Fear The Walking Dead’: ‘So Close, Yet So Far’ (cap. 2)
Nos ponemos al día con el seguimiento de Fear The Walking Dead con este capítulo 2 emitido ayer (hoy en España).
En este segundo episodio, la acción ha tomado protagonismo respecto al meditado capítulo piloto. Una vez que ya tenemos a los personajes caracterizados, es hora de empezar a jugar con ellos. Para ello, la acción se retoma donde se dejó: Travis, Madison y Nick vuelven a casa tras asistir a la segunda muerte de Calvin, el amigo y camello de su hijo. Por el camino, recogen a Alicia, que está cuidando de su novio Matt, que ha caído enfermo, y del que ya nos ponemos en lo peor. Así lo parecen sentir los personajes, que insisten en recoger a su hija y abandonar al joven a su suerte. Llama la atención la rápida toma de conciencia de la familia, sobre todo de Travis, al que parece que la muerte de Calvin le ha otorgado una revelación de los acontecimientos. Esperábamos más dudas, más incredulidad, pero Travis ha asimilado el advenimiento del apocalipsis zombi con pasmosa naturalidad, casi más consciente como espectador que como actante de los acontecimientos.
La situación ha pasado de algún caso aislado que nadie advierte a la invasión en pequeña escala. «Es como si nadie prestara atención», exclama Nick, espiando tras las persianas. La escena nos recuerda aquella de La guerra de los mundos, la novela de Wells, cuando el narrador, tras la caída del primer cilindro marciando dice: «Viéndolo en perspectiva, me parece increíble que todo el mundo pasara esa tarde como cualquier otra». En la vorágine actual, nadie presta atención a las señales de peligro que están apareciendo, o al menos nadie sabe conectarlas porque no parece real. «Es como si no fuera real», continúa Nick hablando a su madre, y esta confusión entre la realidad y su simulación se convierte en un juego de espejos de lo que aconteció en los atentados del 11-S, cuando las declaraciones de los testigos coincidían en que aquello «parecía una película».
Irónicamente, la única persona que parece preparada para lo que va a suceder es Tobias, el nerd del instituto, que Madison encuentra al volver a ese lugar a por medicamentos para poder aliviar el mono de su hijo. No sabemos si su preparación para los acontecimientos viene dada por la lectura de libros y cómics Z, por los videojuegos o las películas, o porque simplemente es un conspiranoico, pero de hecho detalla a Madison cómo cree que va a evolucionar la situación, en qué orden serán vandalizados los comercios o dónde avituallarse.
En el instituto, Madison volverá a enfrentarse cara a cara con el peligro cuando encuentran a Artie, el director del centro, que ya ha sido zombificado. Madison y Tobias acaban con él como pueden (no es tan fácil clavar un cuchillo en una cabeza como parecía en la televisión, parece decirnos). Madison ha acabado simbólicamente con una autoridad que se revela ya como inoperante; y no es la única pista que tenemos al respecto: mientras Travis conduce para recoger a su ex mujer e hijo, ve como un policía carga en el coche patrulla una gran cantidad de litros de agua. En ese momento, Travis no parece recapacitar sobre el hecho en sí, pero el espectador se da cuenta de que las estructuras de poder están empezando a fallar y a dejar de servir al ciudadano.
Implícitamente, esta idea vuelve a aparecer en la protesta que se organiza en la calle, y en la que está presente Chris, grabándolo todo (el poder de la información de las nuevas tecnologías). Un vagabundo ha sido tiroteado por la policía, pero lo único que han visto los testigos ha sido que ésta ha abierto fuego contra alguien desarmado. El tumulto que sigue a la protesta se convierte en disturbios a gran escala (no acabamos de entender por qué si no es porque se mezclan las dos amenazas: los manifestantes y los zombis), y no hace falta ir muy lejos para relacionar esta escena con los disturbios que está viviendo Estados Unidos a costa de la muerte de varios individuos de raza negra a manos de la policía.
El miedo es el principal protagonista del capítulo: el miedo de Nick a que Alicia incumpla la promesa hecha a su madre y se vaya a casa de Matt, el miedo que hace que Travis, Liza y Chris se escondan en una peluquería a la espera de que los disturbios de la calle terminen (una situación, la del encierro con desconocidos, que está en el mismo germen del subgénero zombi desde Night of the Living Dead); el miedo que impide a Madison actuar para salvar a una vecina del ataque de un zombi. Ese miedo que inmoviliza ha dejado aislados a los protagonistas, que deberán superarlo para volver a unirse en los siguientes capítulos. Lentamente, el papel de Travis como cabeza de familia que luchará por la unión y supervivencia de sus seres queridos se acerca al de Rick Grimes en su serie madre, The Walking Dead. ¿Asistiremos a la confirmación de éste o más paralelismos?
Filólogo, profesor en Secundaria, lector todoterreno, melómano impenitente, guionista del cómic ‘El joven Lovecraft’; bloguero desde 2001, divulgador y crítico de cómic en diversos medios (Ultima Hora, Papel en Blanco, etc.); investigador de medios audiovisuales y productos de la cultura de masas en RIRCA; miembro de la ACDC España.