«Red de libertad» (Pablo Moreno, 2017)
|Guion y dirección: Pablo Moreno | Música: Óscar Martín Leanizbarrutia; |Fotografía: Rubén D. Ortega | Contracorriente Producciones y Three Columns Enterntainment | 119 minutos | España, 2017|
La sinopsis de la película nos sitúa en Francia, en los inicios de la Segunda Guerra Mundial. Helena Studler es una monja de la Compañía de las Hijas de la Caridad, religiosas que atienden a personas abandonadas y criaturas huérfanas. Muy cerca de su ciudad, los nazis instalan un campo de concentración y ella, junto a otras hermanas de su orden y el apoyo de algunos hombres y mujeres de la zona, idearán un plan para liberar cautivos tras la construcción de una red de caridad.
El filme de Pablo Moreno, cineasta conocido por sus filmes religiosos, recupera la historia real de Studler, la monja que logró rescatar a más de 2000 personas en el norte de Francia, entre ellas personajes históricos como François Miterrand o el general Giraud. En 1940, en pleno conflicto bélico, obtiene permiso de las autoridades alemanas para que, desde el asilo de San Nicolás de Metz, se lleven a cabo acciones de socorro. Cuando le permiten entrar en el campo de concentración, comienza a organizar, con el auxilio de una red de personas, la liberación de cientos de cautivos. Detenida en 1941, fue condenada a prisión, aunque la ayuda de un médico alemán consiguió liberarla apelando a razones de salud. Falleció de cáncer a finales de noviembre de 1944. Pocos días antes de su muerte, el General Giraud acudió a imponerle la Cruz de Caballero de la Legión de Honor y la Cruz de guerra con palmas.
Rodada en escenarios de Francia, Portugal y España, se estrenó el 20 de octubre en 70 salas de toda España, con Assumpta Serna en el papel de Studler y con Luisa Gavasa, Pablo Viña, Javier Bódalo y Fran Calvo ocupando el resto de papeles principales. Diez mil espectadores/as el fin de semana de su estreno la situaron como el tercer mejor estreno de esa semana y, unos días después, era la primera en número de espectadores/as. Su bajísimo presupuesto explica que se haya rodado fundamentalmente en España (y en español), construyendo una falsa Francia en Burgos. Entre los escenarios burgaleses que aparecen en la película hay que destacar el antiguo Hospital Militar, hoy Facultad de Humanidades y Comunicación de la Universidad de Burgos. El rodaje contó con la colaboración en prácticas de once alumnos y alumnas del Grado en Comunicación Audiovisual y dos centenares de figurantes, la mayoría pertenecientes a la comunidad universitaria.
La aportación más interesante de la película de Moreno es, sin lugar a dudas, la visibilización de la vida de su protagonista, Elena Studler, una de esas mujeres olvidadas por la historia. En este sentido, el filme contribuye a rescatar biografías de mujeres que no forman parte de la historia oficial y cuyas aportaciones han sido importantes para la sociedad. Conocer a la heroína Studler, mujer fuerte y valerosa, cobra mayor relevancia si se observa el relato canónico de la guerra, orientado a ensalzar el papel masculino y poco interesado por el papel de las féminas en los conflictos bélicos. También hay que destacar la presencia de otros personajes femeninos, no sólo los religiosos sino también las mujeres de la localidad, que aparecen como sujetos independientes, seguras de sí mismas y tan valientes como los varones. Por otra parte, la existencia de relaciones de amistad y colaboración entre ellas es un tercer elemento a rescatar del largometraje de Pablo Moreno.
No obstante, la película se apoya en exceso en los elementos dramáticos, construyendo un filme poco contenido por exceso de sentimentalismo, lo que impide lograr el equilibrio entre la empatía y la emoción. Por otro lado, el protagonismo religioso y, sobre todo, el enfoque hiperbólico que reciben las acciones de las religiosas, el maniqueísmo con el que se retrata la caridad, el exceso de mensaje moralista y la nula definición de los personajes nazis, acaban construyendo un biopic evangelizador, que revela su proselitismo ante el 400 aniversario de la fundación de la Familia Vicenciana por San Vicente de Paul. El producto final es una película de género religioso y no de género bélico, que descubre una pedagogía moral católica demasiado propagandística que oscurece la historia real de Studler y el alegato de autonomía y valentía femenina que hubiera podido ser.
