Reseña de “Gods and Myths of Northern Europe,” de H. R. Ellis Davidson
Todo lo relacionado con el mundo de los vikingos ha despertado una gran fascinación a lo largo de la historia. Uno de los últimos ejemplos de que el interés sigue vigente es el auge actual de la serie televisiva Vikings, emitida por The History Channel. Se trata de una producción que narra las hazañas del personaje semilegendario Ragnar Lodbrok y de sus hijos, crónica a través de la cual se acerca al espectador al modo de vida de los pueblos escandinavos, en el seno de los cuales se encontraban los vikingos —debe mencionarse que el término “vikingo” alude únicamente a aquellos individuos que se aventuraban a realizar incursiones a otras tierras por vía marítima.
Sin embargo, y pese a la excitación que despierta lo vikingo en el imaginario popular, a menudo nos quedamos con la sensación de que es mucho más lo que se desconoce que lo que se conoce acerca de aquellas gentes. Y en realidad no se trata únicamente de una impresión; lo cierto es que casi todo cuanto sabemos se lo debemos a los escritos que nos legaron historiadores de épocas posteriores —como el noruego Saxo Grammaticus, o el islandés Snorri Sturluson— y a los yacimientos arqueológicos, ya que se trataba de culturas de transmisión oral, que no dejaron, pues, sus propios escritos. Eso significa que los textos a los que podemos acceder para estudiar la cuestión parten de una perspectiva cristiana, y en cierto modo viciada. A esto debemos añadirle que se dan numerosas incongruencias internas en ellos. Pero este componente de misterio es uno de los elementos esenciales para que el modo de vida de aquellas culturas de antaño nos resulte tan sumamente intrigante.
Para todos aquellos seguidores de Vikings que tengan interés en explorar este tema en mayor profundidad una de las obras canónicas es Gods and Myths of Northern Europe, de H. R. Ellis Davidson. El tono de este texto es marcadamente académico, y bien es cierto que existen otros que pueden servir de primera introducción a los mitos nórdicos, como The Norse Myths, una adaptación ciertamente accesible de los mitos registrados por Snorri Sturluson que corre a cargo de Kevin Crossley-Holland. Aun así, la obra de Ellis Davidson, que en vida fue una de las mayores expertas en la materia y cuya contribución al tema resulta verdaderamente incalculable, resulta indispensable a la hora de realizar un acercamiento a los dioses y mitos nórdicos.
La obra se estructura en nueve capítulos. El primero de ellos es introductorio, y se centra en las fuentes de los mitos, así como en el estado de la cuestión en la época en que el libro fue publicado —allá por 1964. A este le siguen seis más que giran entorno a distintas deidades, agrupándolas cuando es pertinente hacerlo. Así, encontramos capítulos dedicados a los dioses de la guerra, a los de la paz y la abundancia, a los del mar, a los de los muertos, o a los que Ellis denomina los dioses enigmáticos —aquellos acerca de los cuales la escasez de información es mayor. Este elenco lo completa un capítulo dedicado a Thor, el dios del trueno, y otros dos finales que concluyen el estudio y ponen el foco sobre el enigmático Ragnarok —lo que vendría a ser el apocalipsis en esta religión, si la extrapolamos a la cristiana— y la muerte del panteón de los dioses que este traerá consigo. Un final perfecto para un libro de estas características.
Ellis nos descubre aspectos fundamentales como el mito de la creación —con sus tres variantes distintas— o el del fin del mundo, relacionado con el ya mencionado Ragnarok; el gran conflicto que propiciará la destrucción total de la que deberá resurgir un nuevo mundo, en el que todo florecerá de nuevo. A lo largo del camino la autora nos ofrece todo tipo de detalles acerca de dioses tan relevantes como Odín, Loki, Freya, Heimdall o el malogrado Balder, a los que introduce con todo lujo de detalles, así como los ritos que con ellos se asocian en base a las hallazgos realizados en excavaciones arqueológicas. Así, aprendemos que Floki es el padre de tres monstruos que desempeñarán un rol primordial en Midgard o visualizamos a Odín a lomos de Sleipnir —su corcel de ocho patas— lanza en ristre, acompañado de dos cuervos. Además, descubrimos que es poca la influencia de la religión cristiana sobre estos mitos, pues pese a que podamos sentir la tentación de asociar a Floki con Satanás, es mucho lo que los separa, y aunque Odín se colgase del árbol Yggrasill y se apuñalase a si mismo, esto lo habría hecho para obtener la sabiduría contenida en las runas; un acto que nada tendria que ver con la crucifixión de Cristo, que es un sacrificio de índole y motivación muy distintas.
Otro aspecto destacable de la obra es que también hace ilusión a localizaciones geográficas en las que se han producido hallazgos importantes, y a los dioses que en estos lugares de veneraban, así como los ritos que en ellos se practicaban. Algunos de estos enclaves emblemáticos incluyen el templo de Uppsala, en Suecia, o la isla de Gotland, que se encuentra en el mismo país, y en la que cada verano se celebra la mayor feria de ambientación vikinga y medieval de toda Europa. Partiendo de este texto y realizando anotaciones a medida que avanzamos en la lectura resulta posible elaborar nuestra particular guía de viaje con la que poder visitar estos vestigios de otra época.
Y el árbol mundo, Yggdrasill, encuentra también su espacio, como no podía ser de otro modo. Se trata de un elemento común a los mitos y leyendas de otras religiones, y quizás uno de los aspectos más atractivos de la exposición de Ellis se encuentre precisamente en las conexiones que a menudo establece entre esta tradición y otras como la germánica, de la que en gran parte procede —el dios Odín, sin ir más lejos, parece provenir del germano dios Wodan—, la celta, con la que se relaciona sobre todo en los mitos que versan sobre el mar, o incluso otras más remotas, como la iraní o la mesopotámica, o incluso las de algunas tribus norteamericanas, culturas con las que los vikingos entraron en contacto fruto de sus numerosas incursiones. Y no podemos olvidarnos de las múltiples alusiones a la religión cristiana. Ambas religiones coexistieron por un tiempo en Escandinavia, pero todo terminó con la práctica desaparición de los ritos originales de los pueblos nórdicos en favor de la nueva fe.
Para los fans más acérrimos de Vikings, cabe mencionar que Ragnar Lodbrok hace acto de aparición, aunque sea fugazmente, pero Gods and Myths of Northern Europe ahonda en aspectos mucho más fundamentales y que pese a que se trate de una obra que encuentra su contexto en la academia nos pueden servir también en nuestro viaje audiovisual, si lo que queremos es alcanzar un mayor entendimiento, y así poder encajar las piezas y establecer las conexiones adecuadamente.
Referencia:
Ellis Davidson, H. R. Gods and Myths of Northern Europe. Londres: Penguin, 1990 [1964].
Otras referencias recomendadas:
Crossley-Holland, Kevin. The Norse Myths. Nueva York: Random House, 2007 [1980].