Reseña serie «Cómo vender drogas online (a toda pastilla)» (Netflix, 2019)
Esta desenfadada miniserie de Netflix se basa en una comedia alemana adolescente de corte totalmente de generación Z dirigida por Philipp Kässbohrer y Matthias Murmann nos conduce a una historia de amor adolescente nerd que acaba convirtiéndose, de un modo bastante inusual, en un narcotraficante por su amor hacia Lisa. No obstante, rebobinemos: para tener una pequeña introducción a la miniserie es necesario saber que la relación adolescente entre nuestro protagonista Mortiz y Lisa iba viento en popa antes de que ella pasara un año de estudios en EEUU. Sabiendo esto, las siguientes preguntas apuntarán hacia futuros spoilers de la misma, las cuales nos conducen la mirada a lo que va a desarrollarse:
¿Qué estarías dispuesto a hacer por tu amor adolescente?, ¿Quién no ha hecho algo prohibido por amor alguna vez?, ¿Quién no ha entrado alguna vez en la red oscura (dark web) para vender drogas e impresionar a una ex novia? El “sexo, drogas y rock and roll” no está tampoco tan alejado de esta miniserie. Estas pueden ser algunas de las reflexiones subyacentes en la miniserie que desvelan bastante de lo que podemos visionar. Más allá de ser estar centrada principalmente en escenarios de instituto, no es la típica serie americana pues sus personajes y escenarios son europeos y, concretamente, alemanes.
La filosofía de su protagonista es la siguiente: “Nerd hoy, jefe mañana” pues concibe que, si se esfuerza en intentar adentrarse en el mundo que su ex novia experimentó en su año en EEUU, es decir, un mundo de descubrimiento de distintas drogas y fiestas y hacerse un lugar importante como vendedor de drogas online mediante su perseverancia e inteligencia, podrá captar su atención. Es evidente que esto puede hacerlo por varios motivos: en primer lugar, porque está enamorado ciegamente de la visión de la que creía que era su novia antes de experimentar ese año en EEUU y, en segundo lugar, porque tiene la inteligencia suficiente y el apoyo logístico necesario con su amigo Lenny como para averiguar cómo puede intentar volver a “conquistar” a su novia con la cual se han “dado un tiempo”, introduciéndose ilegalmente en sus redes sociales gracias a que conoce las contraseñas (muy al estilo de la serie “You”, también de Netflix), sabiendo con quién habla y con quién queda y, a consecuencia de esto, decidir que la única vía para intentar recuperarla sea la de convertirse en un pequeño narcotraficante que va afianzando su marca desde al Deep web a Internet de manera casi vertiginosa.
La miniserie pretende, en cierto modo, romper con el tabú social de las drogas en los adolescentes ya no desde un punto de vista escandaloso sino a través de la exposición a que su existencia es algo evidente y probarlas es algo que está, ciertamente, al alcance de todos. Otro punto interesante radica en la ruptura de la cuarta pared de manera muy acertada, planteándonos (y, especialmente, en el target de la audiencia adolescente) preguntas tales como: ¿Cuántas veces has mirado Instagram desde que estás viendo esta serie? Resulta una comedia muy fresca donde se puede plasmar a la perfección la realidad social de la adolescencia actual de la Generación Z (bien también parecida a “The End of the Fxxxing World”, también de Netflix) en la cual están presentes los elementos tecnológicos como plasmación de la propia realidad social (tales como los “likes” de Facebook; los “me gusta” de Instagram o los emoticonos presentes en frecuentes escenas) y que se puede ver también de forma rápida en una tarde o en un fin de semana, debido a su formato de 6 capítulos de 30 minutos cada uno.
El formato resulta, también, muy interesante pues la voz en off es la que se concibe como marco de la historia a modo de documental de Netflix en la que se narra una comedia adolescente basada en la vida real de Mortiz, protagonista y personaje ficcional que, a su vez, estará basado en los hechos reales de la vida del adolescente alemán de Leipzig Maximilian S., quien entró en prisión durante 7 años por convertirse en un narcotraficante famoso de la Dark Web en Alemania, el cual consiguió vender más de 900 kilos de drogas desde su cuarto (mismo escenario planteado por Moritz y su amigo Lenny desde su habitación).
Doctora en Filología por la Universitat de les Illes Balears (2022) y, anteriormente, becaria predoctoral con una tesis centrada en personajes infantiles creepies, discursos de maternidad contemporánea, New Horror y narrativa transmedia. Máster en Lenguas y Literaturas Modernas (especialización en estudios literarios y culturales, UIB); Máster en Formación del Profesorado (Lengua y literatura, UIB) y Posgrado en el uso del cine como recurso educativo (UNED). Interesada en las representaciones audiovisuales infantiles y las maternidades contemporáneas, además de la aplicación del audiovisual y la narrativa transmedia como recurso educativo.