Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Rust Cohle, o el detective nihilista

Si nos preguntamos por aquello que enaltece a una serie de televisión las respuestas a bien seguro variarán dependiendo del espectador, pero a menudo es la conexión personal que establecemos con uno o varios de sus personajes lo que determina que decidamos seguir viéndola. La presencia de personajes con un mundo interior y una psicología bien trabajados puede ser uno de los reclamos más efectivos, y esto es precisamente lo que ocurre con el detective Rust Cohle, de la aclamada serie de la HBO True Detective.

Sería un sacrilegio no ensalzar aquí en primer lugar la figura de Matthew McConaughey, quien en los últimos tiempos parece haber decidido reivindicarse firmando destacables interpretaciones para la gran pantalla como Mud, Dallas Buyers Club, El lobo de Wall Street o Interstellar, poniendo fin así a su periplo por el género de la comedia romántica de forma abrupta (¡gracias!).

No obstante, su papel más destacable probablemente sea el que aquí nos ocupa, y es que el gran foco de atención de esta serie recae precisamente sobre la compleja psicología de Cohle. Se trata de un detective de homicidios que ha sido transferido del departamento de policía de Texas al de Luisiana tras haberse producido aquí una serie de brutales y misteriosos asesinatos rituales.

De él sabemos que perdió a su hija, hecho que le atormenta profundamente, y es también destacable su particular relación con las drogas, herencia de un caso anterior para narcóticos en el que puso en peligro su integridad física con el objeto de infiltrarse en una banda criminal, y cuya secuela es la experimentación de episodios de carácter onírico (huele, oye y ve cosas que en principio no están presentes) que le dotan de una suerte de sexto sentido que contribuye a la mística del personaje.

Uno de los episodios que plasman las poco comunes percepciones del personaje
Captura de uno de los episodios que plasman las poco comunes percepciones del personaje

En él se da una perfecta combinación de la excelencia y meticulosidad en el trabajo con un comportamiento asocial patológico, y es que si algo se puede decir de Rust Cohle es que personifica el nihilismo más extremo; a su modo de ver la humanidad se asemeja a un virus, el producto de un error de cálculo, y por ello lo más sensato y lícito sería que esta dejara de reproducirse, reconociendo así la nimiedad del ser y erradicando toda posibilidad de la existencia del mal, que no es sino un producto humano. Los diálogos protagonizados por Rust y su compañero Marty no tienen desperdicio alguno.

El detective Martin Hart (Woody Harrelson) sirve de contrapunto perfecto a la personalidad de Cohle
El detective Martin Hart (Woody Harrelson) sirve de contrapunto perfecto a la personalidad de Cohle

Así pues, uno de los grandes atractivos que ofrece True Detective es la presencia en pantalla de un personaje que nos abre las puertas a su particular filosofía, y probablemente lo que más enamore del personaje de Rust Cohle sea la contradicción interna que le atormenta. Su exacerbado desprecio hacía la naturaleza humana (es necesario aclarar que esto le incluye a él mismo, y no es, pues, sinónimo de egolatría) se aúna con una necesidad imperante de tratar de hacer el bien, lo que le conduce a adolecer de una obsesión patológica por resolver el caso que le ocupa. En otras palabras, de salvaguardar lo poco puro que pueda quedar. Este es un nuevo Matthew McConaughey que nadie debería perderse.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *