La «unión» hace la fuerza, «Seven Minutes in Hell»
Tras los alocados dos episodios especiales de Halloween – sobretodo el de la semana pasada Pumpkin Patch, que más que miedo producía carcajadas constantes en el espectador – esta vez toca «relajarse» un poco, dentro de lo que cabe. Después de cinco episodios donde el temido asesino del campus ya se ha cobrado la vida de 10 estudiantes – donde no han faltado persecuciones absurdas y sangre y vísceras por todos lados -, hemos asistido a un sin fin de escenas (casi) surrealistas protagonizadas por nuestras queridas chicas Kappa y los ridículos machos alfa de la hermandad de los Dickie Dollar Scholars, e incluso, ya se han descubierto personajes directamente implicados con el Diablo Rojo, Seven Minutes in Hell se toma las cosas con calma.
El episodio comenazará resolviendo el cliffhanger que concluyó el episodio anterior: la pelea por la presidencia de KKT entre Chanel y Zayday. Con un empate técnico, ambas tendrán que co-presidir la sororidad, lo que nos descubrirá los auténticos planes de la malvada Chanel y que llevará a las inseparables Zayday y Grace a planificar una práctica muy común entre los adolescentes americanos: una fiesta de pijamas. La noche del slumber party – como se denominan esta tipología de fiestas – se convertirá en el eje central del episodio, donde las chicas tendrán que convivir encerradas (literalmente) en la mansión Kappa y participar en juegos típicos de estos eventos como «Verdad o Atrevimiento» – y, también, en un particular «Girar la Botella» entre ellas mismas – que, según Grace, será la excusa perfecta para descubrir los secretos de sus compañeras y averiguar si alguna podría ser el asesino.
Por tanto, el episodio dará al espectador un respiro de las «emociones fuertes» de todos los capítulos hasta ahora y se centrará en las relaciones – más negativas que positivas – entre las integrantes de la sororidad y dejará en pausa la investigación policial por un momento. Poco a poco, las tensiones entre las propias Chanels se hacen más evidentes (si es eso posible). Los constantes y cada vez más duros (como también lo son hilarantes) ataques verbales del personaje de Emma Roberts – quién sigo pensando que hace el papel de su carrera como Chanel Oberlin – hacia la Chanel #5 y la inminente independencia de Chanel #3 será el perfecto escenario para que el nuevo «perrito faldero» de la número uno, la desequilibrada y manipuladora Hester, maquine a su antojo.
La configuración de los personajes es cada vez más sofisticada donde cada uno recibirá un rol particular dentro del juego que hará de la serie una auténtica virguería narrativa. Empezando por las propias Chanels y las relaciones entre ellas, las que cada vez recuerdan más el trío de Mean Girls (2004), The Plastics, donde Regina George sería Chanel (La Abeja Reina), Gretchen Weiners sería Chanel #5 (la que intenta contentar a la Abeja Reina y aguanta sus abusos) y Karen Smith sería Chanel #3 (la «tonta» que pasa de todo); incluso, contando con su respectiva Cady Heron, Hester (la loser reconvertida) – aunque, creo que ella no se redimirá como lo haría Cady…
De hecho, la sutileza del desarrollo de los personajes irá más allá de las referencias cinematográficas y los clichés del género. Personajes como el de la agente de seguridad Denise Hemphill actuará como voz activa del espectador cuestionándose la incoherencia de las situaciones y la pasividad del resto de personajes ante los crímenes que se cometen a su alrededor; o, sin ir más lejos, nuestra protagonista Grace quien, a pesar de parecer un personaje simplón e insulso, verbaliza detalladamente todos y cada uno de los tópicos de los que definen a una heroina protagonista del género y que repite constantemente – la gran amistad con su padre, sus traumas, paranoias e inseguridades – convirtiéndole en uno de los personajes más originales de la serie.
El tono autoparódico de Scream Queens está más que claro a estas alturas, incluso con referencias directas a otras producciones de Murphy como AHS Coven en una de las mejore escenas del episodio donde Chanel enseña a Zayday la galería de retratos de las anteriores Presidentas de KKT – un claro homenaje/cachondeo a el hall de Las Supremas del Robichaux’s Academy. Pero, siguiendo con las autoreferencias, es normal que no podamos evitar pensar en Coven al hablar de Scream Queens – que, de hecho, es su gérmen. En Seven Minutes in Hell se reivindica más que nunca la premisa de la serie: todos tienen motivos para víctimas, pero sobretodo, para ser verdugos. Sin embargo, y a pesar de que se echarán la culpa unas a las otras constantemente en, prácticamente, cada una de las escenas de la serie, por fin, las Kappa Kappa Tau decidirán convertirse en una auténtica sororidad y abandonar de una vez por todas – aparentemente, por supuesto – sus diferencias, tensiones y odios mútuos para intentar cumplir juntas un objetivo común. La misión: no permitir que ninguna Kappa más muera a manos del Diablo Rojo. Sin embargo, eso no excluye que no puedan matarse entre ellas…
Lo mejor: la evolución de Chanel #3 y los hilarantes diálogos.
Lo peor: que la serie aún no ha conseguido enganchar a algunos, que no acaban de entrar en el juego que proponen Murphy y Falchuck. Una lástima…
El momento más loco: la conversación estilo Romeo y Julieta más particular que tienen Chanel y Chad en la ventana de la mansión KKT.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora en el grado de Comunicación Audiovisual en CESAG-Universidad de Comillas. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en la investigación en game studies y TV studies.