«Sex Education» (2 temporada): efervescencia hormonal, exploración sexual y orientación de género
La segunda temporada de éxito de “Sex Education” consigue la continuación de los personajes en su personal desarrollo adolescente y su consecuente exploración de la sexualidad. En ese sentido, la serie nos ofrece una visión inclusiva de la sexualidad, mostrándonos diferentes formas y modos de relacionarnos a nivel sexual como humanos. Se intentan destruir “viejos” mitos que han estado utilizados habitualmente por las masculinidades hegemónicas y la visión patriarcal a nivel social, tales como que un chico heterosexual puede ser amigo de un chico homosexual, sin mayores pretensiones encubiertas por el simple hecho de su género y su orientación sexual.
Hitos en la vida sexual de un adolescente pueden ser su primer beso, su primera fantasía sexual, su primera relación sexual o su primera masturbación. Los personajes lidian con las convenciones sociales que, en términos generales según la tónica de la serie, resultan algo limitantes en ocasiones, en tanto que no permiten una exploración libre de la propia sexualidad. En la segunda temporada, por ejemplo, lo vemos en el caso de nuestro protagonista, Otis Milburn, quien durante toda la primera temporada (véase nuestro post), se le relacionaba con Maeve, una chica inteligente pero que a nivel externo puede verse como algo antisocial y, en cierto modo, rebelde (y que salió con el exitoso nadador del instituto, Mordale, Jackson) pero que en esta segunda temporada se ha fijado en Ola aunque la atracción sexual no existe. Sin embargo, Otis intenta postergar la primera relación sexual con ella hasta que ésta se cansa de esperar y empieza a fantasear con otra compañera de instituto (Lily) y él descubre que sus sentimientos por Maeve son más fuertes.
No obstante, se establecen paralelamente relaciones entre padres separados a dos niveles: entre ellos (Jean Milburn y Jakob) y entre sus respectivos hijos (Otis Milburn y Ola). La historia entre los adultos fue propia de un fetiche sexual de la propia Doctora experta en sexología, puesto que Jakob fue el fontanero que vino a solucionarle los problemas en las tuberías de la cocina y, al cabo de poco tiempo, empezaron una relación que mantuvieron en secreto en principio para que no interfiriera en la ya existente relación entre sus respectivos hijos, según los cuales, serían técnicamente “hermanastros” (y lo cual facilitaría un triángulo amoroso entre Otis, Ola y Maeve).
Aparte de tener que compartir su casa con el novio de su madre, ésta instala también una consulta de sexología tras una charla sobre la importancia de estar bien informado sobre las relaciones sexuales y la necesidad de utilizar precauciones en Moordale con lo cual comparte también su espacio académico y más personal. No obstante, el despertar hormonal incontrolado tiene como respuesta en el instituto un brote de clamidia, una enfermedad de transmisión sexual que hace estallar las alarmas del centro y la necesidad de expertos en la materia para poder ofrecer una consulta que esté a la altura de las necesidades de los estudiantes (y no como la consulta del profesor de teatro, Anderson, el cual no es especialista y tampoco es capaz de encontrar una relación satisfactoria a nivel personal).
Si bien el personaje de Maeve era complejo en la primera temporada y sus circunstancias la llevaron a abortar, en esta segunda deberá lidiar con el regreso de su madre a su casa tras ser abandonada y tras la necesidad de valerse por sí misma. Las temáticas del aborto, el abandono y la drogadicción (causa según la cual se autojustifica la madre para explicar el abandono) serán verdaderos dramas sociales que se le suman al personaje, más allá de estar silenciosamente enamorada de Otis.
Por su parte, Eric, el mejor amigo de Otis quien había sido víctima de bullying en la primera temporada, es capaz de resurgir de sus cenizas para hacer del (aún) estigma homosexual, su fuerza para definir no solamente su orientación sexual sino también para construir de manera más completa al personaje donde predomina una mayor autoestima y una mayor confianza en sí mismo hasta el punto de empezar a salir con otro chico francés, Rahim. Asimismo, Aimee será también víctima de acoso sexual en el autobús que la conducía al instituto y, en un ejercicio de sororidad por parte de Maeve, se atreve a denunciarlo ante la policía, tras no tener fuerzas suficientes para hacerlo por ella misma.
Se destaca en la serie, en suma, la necesidad comunicativa de los personajes para el desarrollo afectivo de los mismos así como la necesidad también informativa de la educación sexual en los institutos (que no entiende de “Pin parental”), mensajes positivos sobre el autoconocimiento y el cuerpo, la sexualidad, la inclusividad, lo “queer”, que acaba representando valores que parecen adscribirse a la Generación Z con mucho humor y algo de nostalgia que hace que la segunda temporada de la serie supere a la segunda.
Doctora en Filología por la Universitat de les Illes Balears (2022) y, anteriormente, becaria predoctoral con una tesis centrada en personajes infantiles creepies, discursos de maternidad contemporánea, New Horror y narrativa transmedia. Máster en Lenguas y Literaturas Modernas (especialización en estudios literarios y culturales, UIB); Máster en Formación del Profesorado (Lengua y literatura, UIB) y Posgrado en el uso del cine como recurso educativo (UNED). Interesada en las representaciones audiovisuales infantiles y las maternidades contemporáneas, además de la aplicación del audiovisual y la narrativa transmedia como recurso educativo.