Soledad y remordimientos: «A Single Man» y «Nocturnal Animals» de Tom Ford
En el mundo de los artistas es común que se entremezclen sus disciplinas. Ya sea porque la creatividad no tiene límites o por puro capricho personal (aunque la mayoría de veces se trata de la primera), no es raro ver a intérpretes pasarse al otro lado de las cámaras como Clint Eastwood, George Clooney, Warren Beatty, Mel Gibson o Ben Affleck – cuyo trabajo, en mi modesta opinión, es mejor detrás que enfrente de ellas – y/o actrices que comienzan a coquetear con el terreno de la dirección por falta de apoyo a las cineastas femeninas por parte de la industria como Jodie Foster, Angelina Jolie, Natalie Portman, Cate Blanchett, Robin Wright o, la más reciente en la lista, Brie Larson. Incluso, ya hemos podido observar como algún cantante ya ha hecho sus pinitos como actor/actriz. Aunque, tal vez uno de los transvases más «extraños» es el caso del post que nos concierne. El diseñador de moda norteamericano Tom Ford dueño de su propia firma de ropa, figura reconocida por su trabajo en Gucci e Yves Saint Laurent y modisto de las estrellas de Hollywood en la alfombra roja anunciaba en 2007 su debut cinematográfico. Una noticia que se recibio casi sin importancia y con el pensamiento que la obra de Ford se vería como un hecho anecdótico, pero que, realmente fue una auténtica sorpresa.
Así, en otoño de 2009 se estrenaría en el Festival de Venecia la ópera prima de Ford «A Single Man», traducida como «Un Hombre Soltero» en territorio nacional, y que llegaría a las salas de un circuíto más amplio después de su paso por el Festival de Toronto a partir de 2010 gracias a una discreta campaña de los Oscar de ese mismo año. La película, basada en la novela homónima de Christopher Isherwood escrita en 1964 – y cuyos derechos se encontraban entre las manos de Ford desde 2007 – narrará la historia de George Falconer (Colin Firth) un profesor de mediana edad homosexual que reside en la ciudad de Los Ángeles y que sufre de una fuerte depresión debido a la muerte de su pareja sentimental, Jim (Matthew Goode). Los acontecimientos de la cinta pasará en el transcurso de un día – el 30 de Noviembre de 1962, para ser más concretos – en donde seguiremos a George en su camino para recuperar ciertos recuerdos de su vida pasada mientras se lamenta de su soledad inminente.
Ford intenta plasmar el dolor por la pérdida de un ser querido a través de enseñarnos la cotidianidad de la vida de George, así como los fortuitos encuentros con el resto de personajes que componen el film y que ayudarán a recordar la ausencia de su amante, rememorar tiempos pasados – su íntima y extravanagte amiga Charlotte (Julianne Moore) – o tener la oportunidad de cumplir fantasías frustradas de su juventud – Kenny (Nicholas Hoult), uno de sus brillantes alumnos o la interacción con el gigoló Carlos (Jon Korajarena). Una película centrada en mirada nostálgica del protagonista que pretende ser el retrato de un época en donde la libertad sexual seguía siendo un tema tabú dentro de la sociedad americana. Por supuesto, si la obra de Isherwood se enmarca dentro de su contexto de publicación y es considerado uno de los hitos del movimiento de libración gay, en «A Single Man» todos estos conceptos quedan anticuados – e, incluso, maniqueos – y permanecen en un segundo plano. La aproximación estética de Ford a la hora de plantear una puesta en escena puramente estilística (casi) de carácter museístico con, en este caso, un perfecto escaparate de la vida de la clase alta de los 60 será el punto fuerte de la cinta – a parte de las potentes interpretaciones de Colin Firth (con nomincación al Oscar incluida) y la fugaz aparición de Julianne Moore – que se convertirá en una de las características de su breve filmografía y que explotará al máximo en próximo trabajo.
Entonces, a finales de este mismo año y siete años después de su debut, se estrenaría su segundo largometraje con guión del propio Ford y basada en la novela «Tony & Susan» de Austin Wright publicada en 1993. Bajo el nombre de «Nocturnal Animals» («Animales Nocturnos») la película es una propuesta muchísimo más ambiciosa que la anterior con un planteamiento narrativo más sofisticado, complejo y oscuro. La premisa de la cinta nos traslada al día que nuestra protagonista, Susan Morrow (Amy Adams), una importante y bien posicionada galerista de arte recibe la nueva novela de su ex-marido Edward – titulada «Animales Nocturnos» – y dedicada exclusivamente a ella. El eje central del film nos situará en tres niveles argumentales: por un lado, dentro del mundo ficcional de la obra de Edward, un cruel y sórdido thriller lleno de violencia e imágenes escabrosas; y, por otro lado, asistiremos a la realidad de Susan y cómo ésta se enfrenta a la lectura de la novela, la que le hará replantearse su vida presente y revivir su vida pasada (en un tercer nivel a modo de flashbacks).
Ford consigue construir un thriller psicológico que se podría calificar de neo-noir entorno a la venganza y al poder de la ficción con mucha personalidad en el que se combina la elegancia y esteticismo de las puesta en escena – que ya habíamos destacado como su mayor fuerte en «A Single Man» – con imágenes perturbadoras y una tensión constante; empezando por unos títulos de crédito rozando lo grotesco que difícilmente se le borrarán a uno de la mente, pero muy significativos para la tesis que propone el director. La soledad de la protagonista y los remordimientos por sus acciones pasadas también serán uno de las temáticas principales, así como mostrar la frialdad del microcosmos que envuelve a Susan. Un personaje complejo que Amy Adams interpreta de manera sublime en uno de sus papeles más contenidos hasta la fecha y, juntándose a su otro rol en «Arrival», siendo una de las mejores interpretaciones del 2016. Al reparto se le suman otros dos actores a los que se Ford sabe sacarles todo el jugo, Jake Gyllenhaal como Edward Shefield/Tony Hastings en la ficción, y Michael Shannon, como el inspector ficticio Bobby Andes; además de contar con Aaron Taylor-Johnson, Isla Fisher, Arnie Hammer y la aparición estelar de Laura Linney como la madre de Susan.
Siendo «Nocturnal Animals», en mi modesta opinión, una de las mejores películas que pude ver el año pasado, la irrupción de Tom Ford dentro de la industria cinematográfica no resta, sino más bien suma. Dos películas llenas de elegancia visual que nos acerca más a la mirada personal de este diseñador de moda (re)convertido en cineasta que, seguro, nos dará grandes momentos en la gran pantalla en un futuro.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora en el grado de Comunicación Audiovisual en CESAG-Universidad de Comillas. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en la investigación en game studies y TV studies.