El poder de los sueños: «init_1.asec» (Recap 4)
En el último episodio todo parecía indicar una reconciliación entre Elliot y su máscara, favorecida por Ray. No obstante, esta semana Mr. Robot nos sorprende con una escalada en la tensión en su conflicto principal, que se plasma en forma de una contienda a priori definitiva entre Elliot y Mr. Robot. Pero, ¿puede acuñarse una moneda de una sola cara?
EL NACIMIENTO DE MR. ROBOT
Esto es, ni más ni menos, lo que presenciamos al inicio de este cuarto episodio. A través de un flashback que nos traslada a una noche de Halloween anterior a lo acontecido en la primera temporada nos encontramos con un Elliot que recibe la visita inesperada de su hermana Darlene. Hasta aquí todo normal. Descubrimos detalles acerca de la naturaleza de la relación de los hermanos, y se nos pone al corriente de los ataques de pánico que sufre Darlene. Pero lo más destacable es el momento en el que Elliot decide sacar a la luz la cazadora de su padre, enfundándosela junto a la máscara que más tarde se convertiría en seña de identidad de la revolución, y, equipado con ambos objetos, comienza a elucubrar acerca de la posibilidad de aceptar la oferta de Angela para incorporarse a las filas de Allsafe, y desde esta posición privilegiada convertirse en el caballo de Troya de Evil Corp. Es el nacimiento del héroe, o del antihéroe, dependiendo del punto de vista de cada cual. Sorprende ver el temor reflejado en los ojos de Darlene, teniendo en cuenta que ella es ahora la abanderada número uno de fsociety.
OPERATION BERENSTAIN
Corren tiempos convulsos para fsociety, ya que, al parecer, nada más y nada menos que el FBI estaría ahora tras sus pasos. Romero habría descubierto esta operación secreta, y como consecuencia de sus indagaciones se habría convertido en su blanco. ¿Es este el motivo de su asesinato? El descubrimiento del emplazamiento del arcade por parte de la detective DiPierro y su expolio comprometen ahora las operaciones de la banda y la seguridad de Darlene, quien ahora busca refugio en su hermano, y, en cierta medida, en su novio Cisco.
UNA PARTIDA DE AJEDREZ SIN VENCEDOR POSIBLE
El conflicto continúa. En esta ocasión Mr. Robot tiene una propuesta para Elliot; una partida de ajedrez definitiva. El vencedor se queda con todo, el perdedor debe asumir su desintegración, su hundimiento en las tinieblas de la inexistencia. Este planteamiento, que en principio se antoja aterrador, no lo es tanto para Elliot. Pese a que Krista le advierte de la peligrosidad de entrar en el juego, la expectativa de deshacerse de una vez por todas de su máscara se impone en la mente de Elliot. Quien no tiene nada, no tiene nada que perder.
Mención especial en este episodio para el personaje de Leon, que pasa de sus monólogos sobre la serie Seinfeld a temas mayores, instando a Elliot a indagar en sus sueños, algo que tal vez no se haya permitido demasiado a menudo. Con sus palabras empuja a nuestro protagonista a plantearse qué es lo que desea, cuál sería su futuro ideal, lo que detona en una escena fantástica en la que Elliot nos descubre que su sueño sería el de conectar de una vez por todas con sus seres queridos, y dejar así de vivir en soledad, así como expiar los pecados cometidos. En una mesa poblada por sus allegados Elliot nos ofrece amablemente una silla; estamos invitados a participar de este mundo de ensueño. También cabe destacar la canción de fondo, una versión melódica de Basket Case, del grupo norteamericano Green Day. A más de uno se le habrá escapado una lagrimita.
Por primera vez vemos a un Elliot dispuesto a luchar por un futuro mejor, toda una novedad teniendo en cuenta que se trata de un personaje sumido en las sombras. Así es como finalmente acude, armado de valor y energías positivas, al que debería haber sido el duelo definitivo contra Mr. Robot. Sin embargo, pronto descubre que todas las partidas están condenadas a terminar en punto muerto, como no podía ser de otro modo. Al fin y al cabo, uno no puede derrotarse a si mismo.
TRAMAS QUE AVANZAN, PERSONAJES QUE REAPARECEN
No, Tyrell Wellick todavía no ha vuelto. A este paso lo hará en la próxima temporada. Mientras tanto su esposa se cita con Karim, el vigilante del parking en el que despertó Elliot tres días después del golpe a Evil Corp, al final de la primera temporada. ¿Cuál es la relación entre ambos? ¿Qué conocimiento tiene ella de lo acontecido durante ese lapso de tiempo, que no es más que un borrón para Elliot?
Además, Joanna también se persona a la desesperada en casa de Scott Knowles, exigiendo el dinero que Evil Corp le debe. No logrará nada por esta vía. Y tras ir a la caza del dinero, este personaje nos sorprende en una escena con su amante, en la que tira por tierra todos los sueños de este, restándoles valor, y afirma no necesitar el lujo de su vida de antaño junto a Tyrell. Resulta algo contradictorio, pero este comportamiento no nos extraña viniendo de una de las figuras más enigmáticas de Mr. Robot. ¿Cuál es su juego?
Angela por su parte parece estar perdiendo fuelle en su duelo personal con Phillip Price. Creyendo haber descubierto el motivo de la predisposición de Price a complacer todas sus peticiones y anhelos decide acudir a él con más exigencias, pero termina por darse contra un muro. Pese a la sorpresa mayúscula de su jefe ante las teorías de Angela, por el momento el control sigue teniéndolo él.
Pero sin duda el plato fuerte es la vuelta de Whiterose. Descubrimos que su vinculación con Price va más allá de lo esperado, y pese a que la conversación telefónica que mantienen no nos proporciona excesiva información (más allá de una mención velada a Angela, y otra más directa a la investigación del arcade de fsociety por parte del FBI) parece que esta trama va a ser clave en los próximos episodios. Además hemos podido ver el lado más humano de este personaje vinculado al tiempo cronológico, lo que en cierta medida sorprende si recordamos su estoico comportamiento en la primera temporada.
A POR EL FBI
Elliot se activa ante la amenaza inminente a la que se enfrenta Darlene. Pese a que no puede deshacerse de Mr. Robot, consigue el refuerzo positivo de su hermana, que se retracta de sus palabras, y reconoce que a quien necesita en este momento de crisis es a Elliot, y no a Mr. Robot.
Es así como Elliot accede a asistir a Ray en su “negocio” online, y tras oír como este le compara con Moisés (quien al parecer oía voces en su cabeza, al igual que Elliot) se pone manos a la obra con su verdadero cometido: hackear al FBI. Pero la tentación vuelve a hacer acto de aparición. ¿Permitirá Elliot que la máscara tome el control una vez más, o, por el contrario, confiará en sus propios recursos?