Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

The Big Bang Theory: reseña de los episodios 7 y 8 de la temporada nº 12

El episodio número 7 de esta temporada, titulado «La derivación de la asignación de subvenciones», puede llevar -por desgracia- a muchos españoles a pensar instintivamente en ciertos casos de corrupción política, pero en este caso, el tema se centra en CalTech, el ámbito de trabajo de nuestros protagonistas. Leonard es «el pardillo» a quien selecciona (tras varias renuncias) su presidente, Siebert, para decidir a quién asignar una dotación económica para proyectos de investigación, de forma que pueda (Siebert), así, librarse del odio derivado de los enemigos que suelen generarse de entre los rechazados. Leonard, que al principio atrae la atención y admiración de Penny por la decisión con que va rechazando solicitudes, termina agobiado por el peso de su responsabilidad. No obstante, y gracias a la conversación que mantiene con Sheldon, llega a la conclusión de que, si de todas formas, haga lo que haga, va a recibir quejas y a generar descontentos, lo mejor es seleccionarse a sí mismo, para así, al menos, disfrutar de su compra: un nuevo láser (aunque no sabe muy bien ni para qué lo utilizará).

Aunque, como he señalado, Leonard llega al final a tomar su decisión, en el proceso, aunque empieza con mucha seguridad, no será esta cualidad la que le caracterice en su totalidad. Así, pues, Penny, que al principio sintió admiración por la capacidad de decisión que tenía su esposo, termina más que harta de verlo dudar después. Pero tiene la suerte de encontrar refugio (literalmente) en Bernadette, que está siendo últimamente su mejor partenaire. Ésta última, cansada de su dedicación continua a las demandas de sus hijos, decide esconderse en la casita de juguete que han construido para ellos en el jardín (con electricidad y agua corriente, para compensar -dice Howard- el tiempo que no pueden pasar con ellos). Penny, que al enterarse se escandaliza de su actitud, acaba compartiéndola con ella. La tercera en unirse a la «fiesta» es Amy, que se huele el tema y termina compartiendo vino y quesadillas en el minúsculo enclave con sus amigas. Aunque intentan no hacer ruido para no ser descubiertas, este esfuerzo es inútil, ya que Howard confiesa a su amigo Raj, mientras comparten jacuzzi una vez más (siguen con esta «intensa» y casi «ambigua» amistad, sí), que él lo sabe, pero se hace el loco apara convertir esa aventurilla en arma arrojadiza en el caso de que su esposa llegue a descubrir algún día que no se había hecho el seguro de vida que se supone que tiene.

El episodio número ocho, «La desviación de la consumación» pone en el ojo del huracán a los prometidos Anu y Raj. Éste último se muestra nervioso e inseguro ante la propuesta de su prometida de tener relaciones. Tanto es así que, el día elegido, pierde la voz por la tensión generada (cosa que solía ocurrirle al intentar hablar con chicas, pero que parecía haber solucionado ya completamente). Tras beber la suficiente cantidad de champán en el baño, ocurren dos cosas: por una parte, recupera no sólo la voz sino también la seguridad perdida; pero por otra parte, Anu piensa que tiene un problema de alcoholismo, se asusta y quiere marcharse. Raj consigue hacerle entender lo que le ocurre realmente, llegando a un momento de comunicación sincera en la que Anu también le abre su corazón, reconociendo que todos tenemos excentricidades. La suya, le dice, es que odia la música. Todo ello les lleva a pasarlo realmente bien juntos, hasta tal punto que pasan la noche charlando simplemente. Aunque todo parece indicar que van a comenzar el día con algo más que una ducha compartida a sugerencia de Anu.

Mientras esta pareja va consolidándose usando bases importantes como la comunicación sincera, cosa que han podido aprender de Amy y Sheldon (según lo que hemos comentado sobre episodios anteriores), también Sheldon aprende de estos prometidos. Se da cuenta de que Raj tiene más relación con la familia de su reciente novia (aunque ya prometida), que él con los padres de Amy. De ahí que, con la clara y decidida intención de ser un marido ejemplar, tome la decisión de estrechar los lazos de unión con sus suegros. Descubrimos, en el proceso, que Amy no tiene ningún interés en ello, e incluso lo ha estado evitando, poniendo como excusa a Sheldon para no asistir a distintos encuentros con sus propios padres. Sheldon, tras dejar organizado el día a Amy para que no se aburra, tiene como primer objetivo conocer mejor a su suegro, que, sin embargo, queda obnubilado por los trucos de magia de Howard (este hecho resulta especialmente gracioso si tenemos en cuenta que el padre de Amy está interpretado por un actor que es también mago: Teller, Raymond Joseph Teller, famoso por sus actuaciones en el dúo «Penn and Teller»). De ahí que pase al nivel 2 del proceso: estrechar su relación con la madre de Amy, encarnada por la genial Kathy Bates. Y… ¡sorpresa, sorpresa!: aclarando también por medio del diálogo sincero ciertos malentendidos del pasado, Sheldon y la Sra. Fowler llegan a entenderse tan bien que Sheldon termina afirmando que cree que se ha casado con la Fowler equivocada. En este proceso de acercamiento familiar se bromea constantemente con el uso de nombres de verduras como motes cariñosos entre familiares, que en español resulta especialmente ridículo (sobre todo saliendo de los labios de Sheldon, que los pronuncia tan mecánicamente). En resumen: final feliz también para esta pareja, que acaba invitando a cenar a los progenitores de una «embusterilla y pillada» Amy para la que, ahora que lo pienso, quizá el desenlace podría haber sido mejor.

 

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