Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

The Big Bang Theory: Resumen de la temporada 11 (III)

A medida que la serie avanza hacia el final de su undécima temporada, los preparativos de la boda son más precisos e incluyen ya, no sólo eventos como la despedida de solteros (episodio nº 20) o las miles de decisiones que hemos visto en el décimo episodio y otras relacionadas con el sitio donde celebrar el evento (episodio 17), sino también aspectos que afectan a los asistentes a la misma. En el caso del duodécimo episodio son dos personajes femeninos, Amy y Bernadette, los que se encuentran en dicha tesitura al competir por el puesto de madrina en la boda. En el contexto español, este tema habría supuesto un problema menos, al ser un papel desempañado tradicionalmente por la madre del novio, mientras que en el anglosajón una de las dos amigas mencionadas queda relegada al rol secundario de dama de honor, que recae, en este caso, en Bernadette. No obstante, si tenemos en cuenta la admiración que Amy ha venido mostrando por Penny a lo largo de la serie, que resulta incluso ambigua, como en el caso de la amistad tan estrecha que existe entre Howard y Raj, esta elección resulta del todo comprensible. En relación con la temática de la boda, yo destacaría el episodio número 23, donde descubrimos que George Jr., el hermano mayor de Sheldon –al que va a invitar en persona a Texas-, no era tan malo como él siempre había pensado. Así, será después de 11 temporadas cuando descubramos que el éxito del genio es en parte debido, precisamente, al apoyo de su hermano.

Sin embargo, no todos los episodios van encaminados hacia la esperada boda, sino que incluyen otros temas a veces completamente desconectados de ella. Algunos, incluso parecen ponerla en peligro, como el número 21. En él, Sheldon llega a sentir una profundamente casi sospechosa admiración por la ayudante de la tienda de cómics de Stuart, a la que necesita tras el éxito de la tienda por la visita del escritor de cómics Neil Gaiman (uno de los cameos destacados de esta temporada). Y en el 22, ya cerca de su boda, lo vemos luchando a toda costa por conseguir fondos para demostrar su teoría de cuerdas, hasta el punto de irse a apostar a los casinos de las Vegas.

El decimotercer episodio nos da la satisfacción de ver unirse a los dos amigos que no podíamos seguir viendo distanciados: Howard y Raj. Será su grupo, “Footprints on the Moon” quien lo consiga, aunque en su vuelta traiga consigo a un miembro más que no es otro que el geólogo Bert Kibbler. Los títulos y letras de sus canciones, así como sus puestas en escena contribuyen a los momentos más graciosos del episodio. Mientras tanto, seremos testigos de una de las crisis vocacionales de Sheldon, que será resuelta, una vez más, por el personaje que mejor le comprende y sabe llevar, a pesar de que es la más diferente de todos ellos, y que no es otra que Penny. Gracias a su ayuda y a la de sus demás amigos, en este y los siguientes episodios de esta temporada, veremos cómo Sheldon va consiguiendo mejorar su comportamiento social, hasta el punto de aumentar su capacidad de empatía e incluso de captar el sarcasmo –aunque Sheldon siempre será Sheldon (como hace evidente, por ejemplo, el episodio 19, donde descubrimos que es el presidente de su edificio). El episodio número veinte hace ver cómo el genio incluso se hace consciente de que no quiere dedicar su vida exclusivamente a la ciencia, sino que quiere compartirla con sus amigos y, sobre todo, con Amy.

Vemos, pues, cómo en esta temporada el papel de las protagonistas femeninas va tomando mayor relevancia. No sólo es Penny quien parece salir de los estereotipos negativos que afectan a las chicas monas (en el episodio 18 incluso demostrará su valía profesional al ser la encargada de recibir en su trabajo a mismo Bill Gates), sino que también Bernadette demuestra ser quien lleva realmente las riendas de su matrimonio. Así se refleja en el rigor con que defiende su derecho a elegir ella –y no su esposo- el nombre de su futuro bebé por todo lo que tiene que pasar hasta que nazca, y el hecho de que este mismo matrimonio se plantee quién de los dos dejará el trabajo para cuidar al nuevo hijo.

Aunque, como dije antes, la amistad entre Howard y Raj se va restableciendo poco a poco a medida que la temporada avanza, lo va haciendo de un modo distinto, de forma que Raj ya no va a admitir tantas humillaciones por parte de su amigo y va a fortalecer su independencia y autoestima en muchos aspectos. Esta nueva actitud no va a tardar en dar frutos, de modo que en el decimocuarto episodio vemos cómo se convierte en toda una estrella del show que presenta en el planetario en que trabaja. Tanto es así que una de las espectadoras le pide un selfi con él, que termina con un segundo en su dormitorio. Pero, a pesar de lo contento que se siente con esta mujer, Nell, no podrá dejar de sentir compasión por su todavía marido cuando se entera de que existe, Oliver, encarnado por Walton Goggins.

El decimosexto episodio no tiene desperdicio, sobre todo para quienes hemos vivido en nuestras carnes la impaciencia de la inminente llegada de un bebé y hemos visto cómo quienes nos quieren, intentan hacerla más soportable de formas que no resultan nada eficaces. Y qué decir de la elección del nombre de la criatura: las justificaciones son tan irrisorias como la de Howard para ponerle Harry, “como Potter o Houdini”; o Neil, “como Amstrong, Gaiman, y Diamond”. Esto no es nada en comparación con la sugerencia de Sheldon de llamarle Ozymandias, como un poema de Shelley; nombre que podría poner a uno de los ¡15! hijos que dice que quiere tener con Amy. Las madres también se verán reflejadas en el personaje de Bernadette, que siente cómo todo su ser actúa exclusivamente en lo que podríamos llamar “modo madre”, algo frecuente y normal, como explica detalladamente la neurocientífica Amy.

El último episodio merecería una entrada exclusiva, al contener la tan esperada y emotiva boda de Sheldon y Amy. Nada, ni siquiera los destacados cameos del episodio, que incluyen a Mark Hamill como celebrante (¡quién mejor para la boda de un amante de Star Wars como Sheldon!), resta relevancia al romanticismo (al estilo de Shamy, claro) de los votos nupciales. Jamás habría creído que llegaría a llorar de emoción y alegría con una serie que siempre me ha hecho reír. No pongo ejemplos. Tenéis que verlo y me entenderéis. Y confirmaréis la idea de que el amor verdadero también existe. Con esta bonita reflexión termino el resumen de la temporada once que nos deja preparados y expectantes ante la inminente llegada de la duodécima –y esperemos que no última- temporada de una de las mejores series de todos los tiempos, The Big Bang Theory.  

 

 

 

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