The Magicians (Syfy, 2016): análisis de la primera temporada
Es momento de hacer balance de las aventuras de la primera temporada de The Magicians (Syfy, 2016) y de lo que algunos han tildado como “Harry Potter” adulto la cual ha firmado por una segunda temporada. ¿Estamos, en realidad, ante un “Harry Potter” potencialmente adulto o es exacerbada tal asunción?, ¿Se ha esmerado Syfy en ofrecer un producto diferenciador, que aporte originalidad con respecto a su –inevitable- comparación con el mundo HP? A continuación ofrecemos nuestro análisis de la primera temporada.
Los estudiantes de magos de Brakebills University quienes disfrutan de muchas noches de alcohol y sexo, deberán aprender a gestionar sus propios poderes y se pondrá de relieve que utilizarlos con total libertad y de forma irresponsable, podrá acarrear graves peligros como convertirse en otra entidad e incluso morir. Sin embargo, el miedo no será un impedimento para que Alice busque de todas las formas posibles una vía para conocer la verdad de que le pasó a su enajenado hermano y siendo “salvada”, sin premeditarlo, por Quentin (tercer capítulo). Él también actuará con rencor dentro de la friendzone con Julia, sonsacándole que miente a su novio y que no está de acuerdo con que intente adentrarse a la magia de forma alternativa.
En el cuarto episodio la serie nos ofrece un cambio de perspectiva: Quentin despierta en el psiquiátrico donde estuvo internado durante unos meses antes de empezar en la universidad. ¿Han sido los tres primeros capítulos fruto de su imaginación y enfermedad, una forma de evasión mental transitoria para huir de una vida llena de incertidumbre y de incomprensión en la que no encuentra su lugar ni conoce verdaderamente su identidad?, ¿Son el resto de aprendices de mago, en realidad, también pacientes del psiquiátrico? Quentin ha sufrido un choque entre las vivencias en ese fascinante y maravilloso mundo mágico y la realidad tangible que te recuerda que eres solamente un mortal.
En este aspecto es destacable el uso de una particular desmitificación del “héroe” (y de su convencional transición hacia la vida adulta a través de un viaje fantástico) y donde se perfilan con mayor precisión personajes como el de Julia quien entiende la magia como una droga y, a pesar de haber sido rechazada para entrar en la élite de la magia universitaria de Brakebills y de borrarle la memoria, no cesará en el intento de conseguir entrar. Eso supone contactar con Marina, una exalumna expulsada de la universidad y la discutible decisión de tener sexo con Pete en el sexto episodio para conseguir información de otros brujos y éste acaba borrándole la memoria a su novio, James al que amaba. En cualquier caso, independientemente del juicio moral ante esta acción, subrayamos la relevancia por parte de la serie al representar la sexualidad femenina, a pesar de que puedan cometer “errores” (considerados o no como tal), que le proporcionarán duras lecciones pero alejadas de mostrarse avergonzadas por la condena social.
A medida que vamos avanzando en los siguientes episodios, la caracterización de Quentin se hace latente: más allá de la necesidad de conectar la inmadurez emocional del protagonista con ciertas lecciones morales o moralejas que subyacen en mundos literarios (Alicia en el País de las Maravillas; Alicia a través del Espejo; Las crónicas de Narnia o El Mago de Oz) para alcanzar la madurez, Quentin en un momento de lucidez después de conseguir salir de su cárcel mental, afirma que no desea saber lo que es magia de lo que es “realidad” (dentro de ciertos bucles de metaficción) sino que únicamente desea aprender magia (aunque algunos deseen aprenderla y utilizarla con malas intenciones).
Nuestro protagonista deberá recordar la sabiduría encifrada en las cápsulas de su memoria a través de los libros que ha leído y que tanto le han fascinado para empezar a superar su comportamiento infantil e inocente. En relación con nuevas subtramas abiertas desde el séptimo capítulo con respecto al personaje de Penny que ha estado supuestamente en Fillory ante la presencia de la Bestia (que vimos representada ya en el segundo episodio), Quentin tendrá que enfrentarse a la realidad en lugar de seguir huyendo.
Por ese motivo, tendrá que superar las pruebas que los alumnos de últimos cursos les hacen a los novatos universitarios para aprender a pensar como un mago y a utilizar la magia como una herramienta así como a trabajar en equipo para poder enfrentarse a múltiples situaciones. Los miedos y las inseguridades tendrán que apartarse en la tercera prueba que implica desnudarse para librarse de las ataduras y confesar quiénes son realmente, cuál es su identidad, descubrir cuáles son sus poderes e indagar en qué pueden aportar al mundo. Superar el miedo (al fracaso o a relacionarse con los demás, por ejemplo) para crecer será la clave no solamente para Quentin sino para el resto de aprendices. La desnudez también dará luz a la verdad de Kudy quien ha estado mintiendo a Penny en su relación interesada y diciéndole que su madre había muerto para no contarle que, en realidad, es adicta a la magia y debe hacer lo que Marina le pida (principalmente mentir y robar) para que su madre no sufra mayores consecuencias.
Será en el octavo capítulo cuándo empezarán a descubrirse algunos cabos sueltos: Fillory sí existe y el personaje de Mike ha sido poseído por la Bestia. Además, se plantea un tema muy interesante como el concebir la magia como religión a través de la mirada y la experiencia de Julia, quien había recibido la magia en pequeñas dosis creando una adicción (y que en el episodio 11 criticará sutilmente a las religiones monoteístas que representan a Dios generalmente con un hombre blanco, con la referencia a “I met God, she’s black”). Se cuestiona si la magia misma es una fuerza de la naturaleza o algo místico que puede ser utilizada con buenas intenciones o traficar con ella con malas intenciones.
Los siguientes capítulos abrirán otras subtramas y nos mostrarán otros tipos de magia posibles como la magia sexual de la que Alice sabrá más de lo que aparenta. La idea del poliamor (tratado en la familia de Julia) también subyace como discurso que entronca con nuevas formas de masculinidad y de feminidad (así como introducir en la ficción la referencia al test Bechdel).
Sin pretensiones de alargarnos más en nuestro análisis, The Magicians ofrece más de lo que parece y hay que valorar positivamente sus constantes referencias culturales, literarias, cinematográficas; la presentación de temas sociales actuales desde una visión metafórica y crítica; sus efectos visuales y el desarrollo más o menos complejo de su narrativa. ¿Estáis preparados para una segunda temporada llena de magia? Tendremos que esperar hasta el próximo enero…
Doctora en Filología por la Universitat de les Illes Balears (2022) y, anteriormente, becaria predoctoral con una tesis centrada en personajes infantiles creepies, discursos de maternidad contemporánea, New Horror y narrativa transmedia. Máster en Lenguas y Literaturas Modernas (especialización en estudios literarios y culturales, UIB); Máster en Formación del Profesorado (Lengua y literatura, UIB) y Posgrado en el uso del cine como recurso educativo (UNED). Interesada en las representaciones audiovisuales infantiles y las maternidades contemporáneas, además de la aplicación del audiovisual y la narrativa transmedia como recurso educativo.