Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Un ejercicio de virtuosismo (neo)barroco: «Now you see me 1/2»

En 2014 se estrenaba Now you see me dirigida por Louis Leterrier, conocido básicamente por la segunda entrega de El Increible Hulk protagonizada en 2008 por Edward Norton. En la primera entrega de lo que ya se está convirtiendo en una saga de gran éxito comercial conocimos a Daniel Atlas (Jesse Eisenberg) especialista en magia callejera, a la escapista Henley Reeves (Isla Fisher) que será sustituida en la segunda entrega por la un tanto barriobajera y prestidigitadora Lula (Lizzy Caplan), al cartomago Jack Wilder (Dave Franco) y al mentalista Merritt McKinney (Woody Harrelson). Y los espectadores también asistíamos extasiados y boquiabiertos a los trucos que diseñaban estos cuatro ilusionistas que, además de ser unos auténticos portentos en cada una de sus especialidades, tenían una vertiente pícara y casi casi justiciera. Y es que «Los cuatro jinetes» se dedicarán a saquear las cajas fuertes de entidades y particulares que se han enriquecido a costa de las desgracias de la población  y a lanzar su botín a los espectadores. Un hecho que aprovechará el magnate de los seguros Arthur Tressler (Michael Caine) quien reunirá a los cuatro portentos para utilizar sus habilidades en el robo de un banco y que se convertirá en el patriarca de los dos villanos de la saga ya que en la recientemente estrenada Now you see me: the Second Act dirigida por Jon M. Chu, será su hijo Walter (un Daniel Radcliffe que dejará de ser el virtuoso Harry Potter para convertirse en un pésimo aprendiz de mago) quien desafiará a los jinetes en un espectáculo obligándoles a robar un microchip  que le permitirá controlar el mundo.

Ni que decir tiene que los resúmenes que acabamos de esbozar dará lugar a desarrollos argumentales en los que se combinarán los elementos del espectáculo llevado a su máxima expresión con la trama policial que, como no puede ser de otra manera, estará en manos de los agentes del FBI encabezados por Dylan Rhodes (Mark Ruffalo) que se verán absolutamente desbordados –y engañados o confundidos- por ese juego de espejos que llevan a cabo los cuatro jinetes. en la primera entrega y por unos agentes ya no tan torpes liderados por Natalie Austin (Sanaa Lathan) el el segundo acto quienes recelarán -con razón-  de Dylan y su posible relación con los jinetes. Unas constantes de la saga con una fórmula que funciona perfectamente y que se irán ampliando con la aparición de nuevos personajes y números de ilusionismo con ejecuciones cada vez más sofisticadas (con plantings incluidos a lo largo de la narración) y perfectamente engarzadas en los argumentos.

En cualquier caso, Now you see me despliega tramas que se desarrollarán en un mundo ilusorio en el que nada será lo que parece, en el que nadie será quien dice ser y en el que lo que vemos o creemos ver no tendrá ninguna relación con lo que realmente sucede o se nos quiere hacer creer que sucede. Una premisa ya explorada anteriormente –aunque con objetivos muy distintos- por películas como The Prestige (Christopher Nolan, 2006) en la que contemplábamos el duelo intelectual entre dos ilusionistas privilegiados encarnados por Hugh Jackman y Christian Bale, en The Illusionist (Neil Burger, 2006) protagonizada por Edward Norton en la que se mezcla lo mágico con lo sentimental con la revelación de los secretos de los trucos incluida, o en Death Defying Act (Gilliam Armstrong, 2007) donde veíamos a un mítico Houdini con la apariencia de Guy Pearce enfrentado a su propia aniquilación. Y una premisa también reiterada en algunos programas de televisión en los que se nos insiste en desafiar nuestra mente y en que nuestro cerebro interpreta como reales acciones y situaciones que son puros espejismos.

Isla Fisher casi no lo cuenta en el rodaje de esta escena de escapismo

Sin embargo, lejos de ser una película en la que la planificación de un robo por parte de mentes absolutamente privilegiadas que será llevada a cabo de manera milimétrica se ve desbordada por la pura acción como sucederá, por ejemplo, en The Italian Job (Gary Gray, 2003) o derivará hacia la comedia como en Ladykillers (Ethan y Joel Coen, 2004) o Welcome to Collinwood (Anthony y Joe Russo, 2002), la saga Now you see me tendrá su eje esencial en el ilusionismo de tal manera que todas y cada una de las situaciones a las que se enfrenten sus protagonistas será una sucesión de simulacros, una sucesión de engaños ante los ojos. Un ejercicio de virtuosismo (neo)barroco tal como reza en el tagline de la primera entrega: «The closer you look the less you see»

Y es que uno de los elementos esenciales del enganche del espectador lo constituye el propio mundo del ilusionismo. La construcción mediática y creación de la ilusión a través de una puesta en escena espectacular (todos tenemos en mente los trucos y las parafernalias de David Copperfield) rodada con múltiples cámaras implicará no solo un enorme trabajo de postproducción sino también supondrá la creación de un ritmo trepidante de la película y la presentación de la realidad fragmentada ante los ojos del espectador. Una perfecta combinación entre la puesta en escena y la premisa de la saga. A esto le debemos añadir otro elemento fundamental para la construcción de cualquier guión cinematográfico: el planteamiento de un enigma. Si en How I met yout mother, el enigma de la serie resulta claro, en Now you see me no será otro que: ¿cómo han hecho esto?. Porque, seamos sinceros, todos nos hemos hecho esta pregunta alguna vez ante un truco de magia por sencillo que sea.

El ilusionismo como espectáculo mediático con una puesta en escena sofisticada

Pues la respuesta (parcial)  a nuestras preguntas se nos suministrará siempre al final de la película siendo este uno de los elementos recurrentes de la misma, de igual manera como hiciera Sherlock Holmes en los relatos de Conan Doyle cuando explica pormenorizadamente a los vulgares mortales los secretos de sus deducciones. Un recurso que explotará al máximo Guy Ritchie en sus films dedicados al detective británico y también en su reciente adaptación al cine de la serie The Man from U.N.C.L.E. Solo que en el caso de Now you see me las respuestas habitualmente tendrán que ver con fórmulas matemáticas o experimentos de la física, auténticas bases de la magia. Justamente el desenmascaramiento de los buenos y malos magos-ilusionistas será la excusa para hacer intervenir ya desde la primera entrega a uno de los personajes que acabará de completar los elementos básicos de los argumentos que, también de manera casi matemática, se irán combinando en las dos películas  realizadas hasta el momento: Thaddeus Bradley (Morgan Freeman) un antiguo ilusionista que se dedica a revelar los secretos de sus contrincantes, que en una primera instancia se aliará con Tressler y que posteriormente será una pieza clave para el descubrimiento de la auténtica razón de ser de los cuatro jinetes, que no es otra que su entrada formal en «The Eye», la logia de los ilusionistas.

Porque Now you see me no solo va a referirse al ilusionismo como entretenimiento sino que va a desarrollar su aspecto más ancestral como forma ligada a la transmisión oral (y a veces escrita) del conocimiento. Un aspecto esencial para el desarrollo del personaje de Dylan Rhodes, hijo de un escapista muerto de manera absolutamente misteriosa (o incomprensible) en uno de sus trucos y que marcará la trayectoria del agente del FBI-cerebro de los cuatro jinetes. Como también completará la auténtica personalidad de Bradley cuya misión a lo largo de la saga no ha sido otra que la de poner a prueba a los jóvenes ilusionistas en un camino iniciático para la reconstrucción  de «The Eye» como institución mágico-justiciera que, sin duda, nos ofrecerá nuevos casos en las previsibles entregas de Now you see me. De hecho y antes del estreno del segundo acto de las andanzas de estos magos neobarrocos y tecnificados ya se anunciaba la preparación de la tercera parte de la misma posiblemente para 2017-18 y posiblemente con el regreso de Henley Reeves.

Parte del elenco de la segunda entrega de la película

Una tercera parte que, visto el final de este magnífico segundo acto de magia, tendrá que variar mínimamente una fórmula que está dando muy buenos resultados de taquilla aunque la crítica sea desigual. En cualquier caso, sea como sea la continuación de los casos de los cuatro jinetes, estos nos transportarán a un mundo de ilusión en el que lo único que tenemos claro es que nada será lo que parece. 

 

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