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Un impactante juego de malabarismo literario : Penny Dreadful y «The day Tennyson died»

Tras diez largos meses de espera, por fin se ha estrenado la tercera temporada de Penny Dreadful. Ni que decir tiene que todos los dreadfuls estábamos más que nerviosos por ver cómo continuaría la historia de unos personajes que, tras la desaparición de Madame Kali, se habían desperdigado aunque estábamos seguros de que en algún momento de la temporada recién estrenada, Logan los iba a reunir de nuevo. Y ni que decir tiene que todos los dreadfuls también estábamos más que ansiosos por saber qué nuevos personajes acompañarían en esta entrega a Vanessa Ives, Ethan Chandler, Sir Malcolm Murray,  Víctor Frankenstein, Caliban, Lily y Dorian Gray… personajes literarios, claro está.

Pues bien, The day Tennyson died, supera cualquier expectativa que pudiéramos haber imaginado. Es simplemente magistral en todos los sentidos, mostrando el enorme saber hacer de John Logan quien ha dado una vuelta de tuerca más a la inclusión de los materiales literarios en Penny Dreadful, jugando con ellos lo indecible y haciendo realmente malabarismos de escritura no vistos hasta el momento en la ficción televisiva contemporánea, de manera que Logan se convierte en un mago del palimpsesto, si se nos permite el tecnicismo.

Ethan Chandler en Nuevo México. El género del western está servido.

Como no podía ser de otro modo, el episodio sigue los destinos de cada uno de los personajes: el traslado en tren de un Ethan Chandler con el pelo corto (y, por tanto, despojado de su rasgo identificador como hombre lobo) a través de las llanuras de Nuevo México custodiado por marshalls y su Javert particular, Bartholomew Rusk; la soledad de sir Malcolm Murray en Zanzíbar donde vive tras el entierro del fiel Sembene y donde encontrará a Kaetenay (Wes Studi) el indio americano segundo padre de Ethan; el viaje de Calibán en un carguero anclado entre los hielos en el que empieza a recordar imágenes de su pasado humano; la visita de un antiguo compañero de facultad a Víctor Frankenstein, Henry Jekyll (Shazad Latif) de quien reclama ayuda para combatir a Lily; y, finalmente, a una solitaria, descuidada y apática Vanessa Ives quien a instancias de Ferdinand Lyle visitará a la doctora Seward (Patti LuPone) como terapia para asumir su identidad diferencial y gracias a su primera tarea regeneradora conocerá al responsable del Museo de Historia Natural de Londres, el doctor Alexander Sweet (Christian Camargo).

Vanessa Ives con Alexander Sweet frente a los escorpiones disecados. La situación recuerda terriblemente a la visita de Vanessa y Dorian al Jardín botánico en temporadas anteriores

Hasta aquí todo encaja con la lógica de un episodio piloto de una serie con más de una temporada emitida, que siempre ubica al espectador en la nueva situación de los personajes que hemos abandonado tiempo atrás. Los personajes de Penny Dreadful iniciarán en esta tercera temporada un nuevo viaje del héroe que Logan nos presentará argumental y estéticamente a través de clichés de géneros muy diversos (western, terror postmoderno, género zombie) o de diálogos y puestas en escena eminentemente teatrales. Un viaje del héroe que supondrá el regreso a ese mundo hostil del que pretenden huir pero que siempre les rodea y, por qué no decirlo, les engulle. De ello se encargarán los personajes de otras temporadas (como Hécate Poole y algún que otro ser maligno que pulula en el piloto), las expectativas de acción puestas por Logan muy rápidamente sobre el tablero ( algunas de las cuales podemos deducir del resumen que hemos intentado hacer sin spoilers) y, por último, de los nuevos personajes que acompañarán a nuestros monstruos extraordinarios de los que destacan dos: la Dra. Seward y Henry Jekyll. Ambos van a ser literarios y ambos están llamados a trazar nuevos conflictos en la serie.

La primera va a ser la transformación del doctor John Seward -personaje diseñado por Bram Stoker, director del hospital psiquiátrico de Cárfax y pretendiente de Lucy Westenra- quien va a ser físicamente idéntica a Joan Clayton la maestra de Vanessa Ives en las artes de la nigromancia de la que es descendiente  (o algo más, conociendo el funcionamiento de Penny Dreadful y del  giro final del episodio que, por motivos obvios, nos reservamos). El segundo va a ser una reelaboración conceptual de la obra de Robert L. Stevenson ya que Jekyll, a través de los fármacos, ha podido controlar su violencia de la que aparentemente está curado, convirtiéndose gracias a la maestría de Logan en el lado oscuro-Hyde de Frankenstein en su intento de dominio sobre Lily y la influencia de Dorian Gray, los únicos personajes de los que, por el momento, aún no sabemos nada.

Victor Frankenstein y Henry Jekyll

Penny Dreadful se está convirtiendo ya definitivamente  en una serie «con memoria» que exige un trabajo de conexión entre temporadas a las audiencias, cosa que parecía estar lejos de las primeras intenciones de sus creadores. Un aspecto que, tal como vemos, se da esencialmente en la premisa esencial de la serie que no es otra que el enigma de por qué Vanessa Ives es una especie de imán del mal en torno a la cual confluyen todos los monstruos  de la literatura universal. Una premisa que Logan está ampliando considerablemente al inteconectar en esta tercera temporada a personajes y acciones de temporadas anteriores transformándolas. El giro final del episodio en el que conoceremos al maligno de esta tercera entrega es una buena muestra de ello. Y hasta aquí puedo escribir.

Lo mejor: el regreso de la serie y la maestría de Logan al que admiramos cada vez más.

Lo peor: no hay peor en este piloto que esperamos que esté nominado a algún premio porque se lo merece.

Lo más impactante: los momentos finales del episodio y su inesperado giro. No podemos esperar a la semana que viene.

 

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