Una «freak» de manual: Hester Ulrich

Tengo que admitirlo, me he convertido en una fanática de Scream Queens. La primera temporada de la nueva serie de Ryan Murphy, Brad Falchuck e Ian Brennan terminó la semana pasada y aún estoy – como también les pasa a muchos otros fans – perpleja y maravillada por su espléndida y rocambolesca resolución. Más allá de su fresca premisa y extravagante tono, Scream Queens cuenta con unos personajes carismáticos y brillantemente construídos que se han convertido en la mejor cualidad de la serie. Desde la egocéntrica y déspota Chanel Oberlin (a la que le dedicaremos un post más adelante), la histérica Chanel #5 y la pasota Chanel #3; pasando por la negligente y vengativa decana Munsch, la insegura y no-tan-dulce Grace o la independiente y serena Zayday; hasta el macho alfa de turno Chad Radwell, la incompetente guarda de seguridad, Denise Hemphill o el pánfilo de Wes Gardner. Pero, si uno de los personajes se lleva todas las atenciones y elogios, ese es Hester Ulrich.

Lea Michele ha sido una de las revelaciones de la temporada con su interpretación de la adorable Hester, una autétnica freak de manual con escoliosis severa que intenta entrar en la selecta sororidad de las KKT. Pronto, y en parte gracias a la popularidad de Lea Michele, Hester se ha convertido en uno de los personajes más queridos de la serie e, incluso me atrevería a decir, – en mi modesta opinión – en uno de los mejores personajes de la ficción televisiva del 2015. Hester es un personaje escrito e interpretado a la perfección que consigue generar la simpatía inmediata del espectador gracias a su aspecto adorable, su personalidad alocada y extravagante y, sobretodo, su condición de loser, la que hará que el público empatice con ella desde el primer segundo que aparezca en pantalla.

Y es que Hester no es más que una clara representación de las bases generales de la serie: tomar los clichés que todo el mundo ya conoce y darles la vuelta. Tal y como pasaría en uno de los claros referentes de Scream Queens, Mean Girls (2004), Hester se convertirá muy pronto en la serie en el proyecto personal de Chanel, donde se producirá una transformación física en la que de despojará de su ropa hortera y descolorida, su pelo grasiento y su inseparable neckbrace para convertirse en la (supuesta) mano derecha de la número 1, la Chanel nº6.

Sin embargo, a diferencia de Mean Girls, la fórmula del «patito feo» transformado en cisne no servirá para redimir a nuestra freak reconvertida, sino para potenciar su demencia, su fascinación por la muerte, sus salidas de tono y sus verdaderas aspiraciones de manipulación en contraposición a su nueva condición de barbie. Y eso es precisamente lo que hace de Hester uno de los mejores personajes de Scream Queens, la fantástica combinación entre el mantenimiento de la esencia del personaje pese a su transformación física/emocional y su evolución, completamente orgánica.

El empeño de Hester de contentar a la nº1 de las KKT será una de los motores esenciales de esta primera temporada y será fundamental para la evolución tanto de una como de la otra. Y es que, los mejores momentos de la serie nos los van a brindar la particular relación entre ambos personajes, enfrentadas por motivos diversos que irán sucediendo a medida que avanza la trama. Este «especial» pugna irá desde la rivalidad sentimental para conquistar a Chad Radwell – fruto de su obsesión enfermiza hacia Chanel -;pasando por la lucha por el liderazgo del grupo de las Chanels, donde Hester aprovechará las peleas internas entre ellas para maquinar a su antojo; hasta la conspiración conjunta y separada, que llevará, incluso, hasta los múltiples intentos de muerte entre ellas dos.

El personaje nos ha dejado las situaciones más hilarantes y los diálogos más descabellados de la temporada, refiréndome a monólogos ya antológicos como: su explicación sobre Rasputín (Black Friday, 1×10), la escena de seducción casi necrofílica con Chad en el cementario (Haunted House, 1×04), el cómo deshacerse del cadáver de Chanel #2 (Hell Week, 1×02), la revelación de su supuesto embarazo (Ghost Stories, 1×09) o su enfrentamiento con la decana Munsch (The Final Girl(s), 1×13); como también nos ha dejado frases que se han convertido en momentos icónicos – por ejemplo la escena del «There’s the Door Bitch», ejemplo que los fans de la serie seguro que recordarán…

Si, como ya hemos reiterado en muchas ocasiones en nuestro seguimiento de la serie en este mismo blog, una de las bases principales de la serie ha sido el juego entre guionistas/público donde se deban las pistas necesarias para que los espectadores debatieran entre ellos y generasen sus propias teorías – y, en muchos casos, paranoias – de quién de las chicas era el último Diablo Rojo, estaba claro desde el principio que Hester era una de las candidatas que estaría en todas la quinielas por su predilección psicópata. Pero bueno, si habéis visto la serie ya sabréis si Hester es la otra asesina o no…

Otra de los grandes aciertos de la serie es su más que espléndido reparto con el que cuenta. Porque Scream Queens es un soberbio ejercicio de interpretación donde Murphy y su equipo han dejado extrema libertad a sus actores para que tomen las riendas de su personaje y experimenten con él. Y eso es lo que ha hecho Lea Michele con Hester: experimentar. Y le ha funcionado de maravilla.

Muy atrás ha quedado la imagen que teníamos de Lea Michele como la también un poco histérica y angelical Rachel Berry de Glee, personaje que tantas alegrías a proporcionado a la actriz y que estuvo interpretando durante casi siete años. Scream Queens ha sido la oportunidad perfecta para quitarse de encima la etiqueta de Rachel Berry y demostrar su capacidad interpretativa más allá de su calidad como cantante. De hecho, la idea de que se produjera un número musical en la serie ha obtenido las malas caras de Lea Michele cada vez que se mencionaba – me parece que prefiere descansar sus privilegiadas cuerdas vocales de la pequeña pantalla durante una temporada…

La actriz ha expresado en varias ocasiones la incertidumbre que supuso para ella afrontar a su personaje antes de llegar al set de rodaje. No tenía ni idea de cómo interpretar a Hester hasta que se colocó el famoso neckbrace y, por fin, vió la luz al final del túnel. Y es que, el mérito de la interpretación de Lea Michele, se basa en el aprovechamiento de la escasa movilidad física que le permite el collarín metálico para utilizar todos sus recursos faciales y movimientos herméticos (casi robóticos) para crear un personaje todavía más encantador, extremo y único. Pero, su trabajo va más allá de las propias dificultades físicas y su facilidad para «vomitar» con una dicción perfecta todos esos monólogos; si no que, la actriz se ha ganado el apodo – y bien merecido – entre sus compañeros de reparto de «La Roba Escenas«, gracias a su magistral capacidad de improvisación.

Hester está intepretada desde el detalle de las acciones. No sólo deslumbra a todos con su interpretación cuando la cámara está sobre ella sino que, incluso, cuando no es la protagonista de la escena y solo se la intuye en el fondo del plano. Su posición corporal, sus expresiones faciales, sus ticks, sus gestos, sus miradas… todo es fruto de la mente de Lea Michele y su fidelidad al personaje en todo momento. Ejemplo de ello lo explica Emma Roberts en varias entrevistas donde recuerda en una escena a Lea Michele toqueteándole el pelo en pleno discurso de Chanel o en más de una escena donde se puede ver a Hester pegada a la pared observando fijamente al resto.

Entonces, dos cosas han quedado claras después de acabar de ver Scream Queens: Ryan Murphy conoce perfectamente a la gente con la que trabaja y para quién escribir cada personaje; y que Lea Michele sabe mucho de interpretación, más de lo que muchos se piensan.

Nuria Vidal Trapero

Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora de cine de animación y videojuegos en CESAG-Comillas. Interesada en la investigación en game studies y TV studies. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en todo aquello que tenga relación con la construcción estética y dramatúrgica del espacio en la ficción televisiva, cinematográfica y en los videojuegos.