Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Unbelievable/Creedme», una clara apelación a la acción frente a la violencia de género (Netflix, 2019)

El 13 de septiembre Netflix estrenaba Unbelievable. Desarrollada a lo largo de ocho episodios, la serie narra la investigación llevada a cabo en 2011 por las detectives Grace Rasmussen y Karen Duvall hasta la detención de un violador en serie. Este punto de partida totalmente reduccionista implica de manera inmediata la adscripción de la serie al género del thriller casi sin más; pero la propuesta que nos hace Netflix va a ser muy distinta. Así, Unbelievable va a desarrollar dos líneas argumentales que discurren de manera paralela. La primera que se sitúa en 2008 en Lynwood -Washington va a presentarnos el caso de Marie Adler (Kaitlyn Dever), la joven adolescente que, tras ser violada en su casa por la noche, acude a la comisaría de policía donde presta declaración.  Allí, es sometida a un interrogatorio cuyo resultado será el cierre del caso al considerar que Marie no muestra ningún tipo de alteración emocional al explicar la agresión. A ello se unirán los mínimos cambios en sus declaraciones, inducidos por el dirigismo prejuicioso de los detectives que la tildan de mentirosa. La segunda, narrará las pesquisas llevadas a cabo por las detectives Rasmussen (Toni Collette) y Duvall (Merritt Wever) en 2011 en Westminster-Colorado ante la violación de Amber Stevenson (Danielle MacDonald) que las conducirá a otras víctimas anteriores cuyos casos han sido sistemáticamente aparcados y/o ignorados por las autoridades policiales.

Ilustración del artículo en el que se basa la serie de Netflix
Ilustración del artículo en el que se basa la serie de Netflix

Un terrorífico argumento basado en hechos demasiado habituales y reales recogidos por los periodistas T. Christian Miller y Ken Armstrong en un artículo titulado «An Unbelievable Story of Rape » que les valió el premio Pulitzer en 2015 y que se vio ampliado —con partes formalmente que no argumentalmente noveladas —  en el libro A False Report: A True Story of Rape in America (Hutchinson, 2018). Un texto que ha visto recientemente la luz en España con el título de Creedme (Libros del Ko, 2019). Justamente estos dos textos son los utilizados para construir el relato de la serie por los guionistas y novelistas Susannah Grant (Erin Brokovich ,2000; The Fifth Wave ,2016),  Michael Chabon (Spider Man 2,2004; John Carter, 2012), y Ayelet Waldman (The Other Woman ,2009) que han cambiado parcialmente los nombres a sus protagonistas. Un relato que contará con la dirección de la propia Susannah Grant, de Michael Dinner (Masters of Sex) y de Lisa Cholodenko (High Art ,1998; The Kids are alright ,2010; Olive Kitteridge,2014).

De este modo, Unbelievable va a desplegar un sólido aparato conceptual que va a pivotar en torno a los dos conceptos que recogen los títulos adjudicados a la serie: la incredibilidad como sinónimo de situación totalmente anómala, impensable y rozando la demencia con el objetivo de implicar emocionalmente a las audiencias ante el desarrollo de los casos que nos ofrecen; y el grito desesperado ante la falta de empatía hacia las víctimas tanto de las instituciones policiales como de una sociedad patriarcal de la que estas son el reflejo. Nunca habíamos estado tan de acuerdo con la traslación al español de un título cuyas referencias y contenido nos resultan tan lamentablemente cercanos. Un grito, el de «Yo te creo hermana» que lanzamos en las calles tras la primera sentencia de la Manada y que recientemente ha tenido que recordar la actriz Penélope Cruz —a la que no agradeceremos suficientemente su reivindicación pública de la situación de las mujeres— al recoger el premio Donostia del Festival de Cine de San Sebastián: «espero que cuando una mujer encuentre la fuerza gigantesca que se necesita para contar lo que se vive en una situación así, la escuchen, pero que la escuchen a la primera». Así, Unbelievable va a ser una clara apelación a la acción para las audiencias.

Marie Adler en una de sus declaraciones por violación
Marie Adler (Kaitlyn Dever) en una de sus declaraciones por violación

Unbelievable despliega un sólido aparato conceptual desarrollado en cada una de las líneas argumentales. El primer aspecto debemos situarlo en  la reacción de los detectives de Lynwood ante la actitud de  Marie relatando su violación y que se resume ideológicamente en las palabras que pronunciaron realmente los detectives del caso en 2008: «la tranquilidad con que relató el caso hizo sospechar». El entrecomillado no es gratuito ya que implica la conversión de Marie de víctima en acusada e investigada por la policía quien rebuscará en su vida antes de plantearse iniciar una investigación.  La línea del caso Adler supondrá la puesta en escena —narrativa y estéticamente empequeñecedora— de argumentarios y prejuicios desgraciadamente arraigados en una sociedad patriarcal:  la joven es una chica proveniente de una familia desestructurada que ha pasado por una gran cantidad de hogares de acogida en los que la supervivencia implica, a veces, la tergiversación de la realidad; y el sosegado comportamiento emocional del relato de la violación implica su falsedad ya que «es imposible o impensable» que una mujer pueda seguir su vida con una aparente normalidad. Todos estos aspectos van a transformar a Marie en la personificación de la mujer-agredida-no escuchada. Una mujer cuya identidad será filtrada a través de las redes sociales en una clara anulación del derecho a la privacidad de una víctima de violación, una mujer que va a ser cuestionada por su entorno de amistades y por alguna de sus madres de acogida, una mujer de la que se dirá que sus acusaciones falsas cuestionan la credibilidad y/o masculinidad de la sociedad patriarcal. Pero también una mujer que empezará a recuperar su identidad gracias a la intervención de trabajadoras sociales y psicólogas ante las cuales será capaz de abrirse y contar la realidad emocional de su experiencia. En definitiva, el desarrollo no sólo de los fallos del sistema sino de los fallos de la sociedad. Dos aspectos que no son ficcionales, que nos trasladan a acontecimientos recientes y que, desgraciadamente, suceden a diario.

La detective Karen Duvall en una de sus entrevistas con Amber Stevenson
La detective Karen Duvall en una de sus entrevistas con Amber Stevenson

Si bien los detectives que interrogan a Marie son hombres y los detectives que investigan violaciones seriales son mujeres y se dé una clara contraposición entre el primer contacto entre investigadores y víctimas así como un uso del espacio hostil/no hostil para las víctimas en cada una de ellas,  Unbelievable no presenta una visión maniquea genérica sino que remarca el preciso cambio de actitud y sensibilidad frente a la mujer violada. Se precisa, pues, de una implicación personal y una implicación institucional —algo, que, dicho sea de paso, también reclamará Alec Hardy (David Tennant) en la tercera temporada de Broadchurch.  En este modo de actuación se presentará a la detective Karen Duvall (Merritt Wever) en su entrevista a Amber Stevenson de la que desprendemos dos comportamientos imprescindibles: el de la empatía con la víctima y el de dar credibilidad a la dolorosa narración de una mujer que ha sido convertida en objeto. O, si se prefiere, el soporte emocional necesario no tanto para detener al agresor como para que la mujer pueda recuperar su autoestima. Un cambio en los comportamientos institucionales y sociales que constituyen el mensaje de la serie. Así, todas las acciones de las detectives Rasmussen (Toni Collette) y Duvall servirán de soporte a estos dos conceptos básicos: el primero estará formado por las investigaciones llevadas a cabo a las que no serán ajenos los personajes masculinos, en especial  los maridos de ambas Steve Rasmussen (Kai Lennox) y Max Duvall (Austin Hébert) y el agente Bill Taggart del FBI (Scott Lawrence); el segundo lo constituirá las distintas entrevistas con las víctimas del violador serial.

El equipo de investigación del que forma parte Bill Taggart del FBI

Es evidente que cada una de las pesquisas realizadas por Rasmussen y Duvall cumplirán el objetivo narrativo de avance de la acción. Sin embargo, tal como sucede con la línea de Marie Adler, las entrevistas van a tener una clara misión explicativa de las consecuencias de la violación en la personalidad de las víctimas: el sentimiento de culpabilidad por creer haber provocado la violación, la sensación de no haber tomado las precauciones necesarias para evitar una agresión, los trastornos de la personalidad, los cambios de comportamiento y de costumbres, el miedo a exteriorizar su agresión por temer represalias sociales y poder convertirse en posible víctima de nuevo serán expresiones recurrentes de todas las mujeres agredidas. Elementos todos ellos que también oímos en escalofriante documental I am evidence y que desarrollan los episodios de la imprescindible serie Law & Order: Special Victim Units. Así, Unbelievable convertirá los sentimientos de las mujeres violadas en el retrato de las consecuencias psicológicas y emocionales de la mujer agredida pero también denunciará  la normalización de la violencia sistémica hacia la mujer en una sociedad patriarcal. El miedo, la culpabilidad y la falta de autoestima van a tener la cara de mujeres de muy distintos perfiles: la estudiante regordeta Amber, la madura afroamericana Sarah (Vanessa Bell Calloway), la afable abuela Doris (Jayne Taimi) y la joven esotérica Lily (Annaleigh Ashford) quienes rompen cualquier estereotipo sexista para transformarse en la representación del concepto de que, en esta sociedad, todas las mujeres somos potenciales víctimas de la violencia machista. La resolución del caso y el juicio al violador serial —es igual aquí su personalidad porque también puede considerarse como símbolo «del» agresor sexual— resultará, de este modo, un cierre conceptual brillante y catártico  en el que cada una de las víctimas podrá, por fin, enfrentarse a su violador, manifestarle en qué las ha convertido y verbalizar el arduo trabajo de reconstrucción personal que les espera con resultados inciertos.

El juicio al asesino serial es un magnífico cierre conceptual de la serie

Es innegable que Unbelievable tiene una multiplicidad de lecturas y que cada uno de los espectadores va a optar por dar relevancia a una o varias de ellas. Su adscripción al género del thriller y el seguimiento de la investigación por parte de las detectives Rasmussen y Duvall es quizá la más fácil y prototípica. Sin embargo, no podemos obviar que Unbelievable es, esencialmente, una pormenorizada exposición de la situación de la violencia de género que cumple con una de las funciones esenciales de la ficción televisiva de la última década que no es otra que señalar y ejemplificar los retos a los que nos enfrentamos como sociedad. Una función que bien podríamos calificar como de pedagógica pero que implica, tal como comentamos en el título de nuestro post, una clara apelación a la acción recuperando la  imprescindible relación dialéctica de los productos culturales con la sociedad. Como en otros casos, algunos de los cuales sugerimos al final de este post, Unbelievable es una serie de visionado imprescindible aunque, la verdad, desearíamos no tener que volver a utilizar este concepto  para ficciones de temáticas de género. Sería la señal de que algo habría cambiado.

 

 

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