Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Venganzas para todos los gustos, «Beware of Young Girls»

La verdad es que el episodio de esta semana es realmente tranquilo si tenemos en cuenta el ritmo, en la mayoría de los casos frenético, a que nos tienen acostumbrados los personajes de Scream Queens quienes, por primera vez en la serie, le han dado vacaciones al Demonio Rojo que se dedica a masacrar a las integrantes de las KKT y a quien se le ponga por delante. Y lo cierto es que no se le echa de menos.

La razón no es otra que el estupendo planteamiento que nuestros guionistas favoritos van a hacer de la idea principal del episodio: la venganza, que, como no podía ser de otro modo, va a ser de lo más variopinta, tierna a veces, desmedida en otras ocasiones pero siempre tratada de manera cáustica y al servicio de la construcción de personajes. Unos personajes que se han ido diseñando a lo largo de los episodios emitidos hasta el momento y cuyas backstories empiezan a darse a conocer. Sin embargo, esto no quiere decir en ningún modo que las historias previas de cada uno de ellos sea sinónimo de la lógica en sus acciones, bien al contrario, pocos de ellos, o de ellas para ser más exactos, siguen un esquema considerado como normal para los personajes de una slasher movie que se precie; pero, no olvidemos que Scream Queens no es una slasher movie cualquiera, es un magnífico juego en el que se pide la complicidad del público.

Ya desde las primeras escenas del episodio se dibuja una de las líneas básicas de Beware of Young Girls. El funeral de Chanel nº2  va a proporcionarnos un monólogo absolutamente destructivo de la figura de la compañera muerta por parte de la jefa de las KKT, una Emma Roberts absolutamente brillante que va a poner a caldo a su segunda de a bordo a quien acusa de perseguirla incluso desde la tumba.

Chanel nº2 aparece ante Chanel Oberlin

Una insegura, frágil y necesitada de amor/respeto Chanel Oberlin va a ceder ante las peticiones de sus Chanel para realizar una sesión de ouija  -que recuerda al capítulo «The Axeman» (3×06) de AHS Coven – en la que la número 2 va a responder a las preguntas más peregrinas que se le van a formular y acusará a La Suprema de las KKT de ser la asesina del campus. La primera venganza contra «la abeja reina» será extremadamente frívola y surrealista como no podría ser menos, pero servirá también a las Chanels para conspirar primero contra su líder y después para cerrar filas en torno a ella, de manera que las personalidades dispares y disparatadas de todas ellas estarán siempre al servicio de una de las ideas esenciales de la serie, la sororidad como concepto pero también como mecanismo de supervivencia; un aspecto compartido, aunque  de manera diferente, con AHS Coven y  tema recurrente en las producciones de Ryan Murphy.

Por su parte, Grace va a continuar con las pesquisas acerca de la personalidad del Demonio Rojo y de los acontecimientos que tuvieron lugar años atrás en la Wallace University. El acercamiento a Pete y a la turbia novia de su padre, Gigi, sirven para recordar la línea principal de la historia de Scream Queens pero también para poner en marcha la esperada backstory de la alocada decana Munsch de la cual, hasta el momento, solo sabemos que es una devoradora de hombres y una alcohólica rematada. La historia del divorcio de la decana va a proporcionarnos la segunda de las venganzas del episodio que, de nuevo, supone una reivindicación de la sororidad en un sentido absolutamente distinto al de las Chanels. La maquinación escrupulosa de la destrucción de la joven alumna por culpa de la cual  fue abandonada por su marido, un tópico de la sociedad patriarcal, va a transformarse en un acto reivindicativo de la mujer en plural, un acto de justicia poética de una mujer en singular que no está dispuesta a ser considerada socialmente como la víctima de ese tópico. Una reivindicación identitaria muy querida por Murphy y que encontraremos en casi todas sus producciones sean televisivas, sean cinematográficas.

La sororidad atraviesa todo el episodio de la serie

Como hemos dicho al principio, Beware the Young Girls es un episodio esencialmente de personajes de quienes se nos mostrarán facetas hasta el momento desconocidas en algunos casos y se reafirmarán las ya conocidas en otros.  La habilidad de la construcción del guión del episodio estriba en hacernos olvidar que hay un asesino acechando en la Wallace University y presentarnos de manera magistral cómo la matanza personal ya ha comenzado, cómo los personajes se están destruyendo unos a otros de manera consciente en la mayoría de los casos. Por ese motivo no echamos de menos al demonio rojo, porque todos los personajes  conforman un microcosmos de pequeños y simpáticos-empáticos psicópatas.

Lo mejor: cómo los guionistas nos hacen olvidar en este episodio que hay un demonio rojo asesino en el campus. La química que existe entre las cuatro Chanel que demuestra un trabajo de interpretación y de dirección absolutamente soberbios.

Lo peor: cuando una quiere una serie, no hay nunca nada que sea considerado como «peor».

El momento más loco: la escena entre Chad y Chanel Oberlin acerca de la «infidelidad«(¡genial!) y las pistas dejadas en la casa del ex-marido de la decana que llevan a una pecera con un contenido muy muy particular (¡genial también!).

 

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