Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

Vuelve «The Walking Dead», sigue la sexta temporada: «No Way Out» y la feroz reivindicación de la comunidad (Recap 9)

Nuestro compañero Jesús Diamantino vuelve a RIRCA para darnos su impresión sobre el regreso de la sexta temporada de nuestra serie zombi favorita. Aquí su análisis:

Sin duda, el esperado regreso de The walking dead no dejó indiferente a nadie, no solo por el redoblado (e imprescindible) espectáculo de violencia y gore, sino también por el brutal curso que tomó la historia. A diferencia de otras series, TWD prescinde de los convencionalismos narrativos que de una u otra forma satisfacen a los televidentes. En este universo zombi, el cierre de la primera mitad de cada temporada o el capítulo final no son cartas aseguradas para presenciar giros insospechados o grandilocuentes para sostener la incertidumbre hasta un nuevo período, pues cualquier episodio podría significar un infierno en sí mismo, como es el caso de No Way Out.

Continúa la serie zombi por excelencia

Si bien en términos narrativos la sexta entrega continúa explotando los temas y motivos recurrentes (asentados particularmente desde la tercera temporada), también ofrece reflexión sobre la posibilidad de restaurar el sentido comunitario frente al caos. Sin embargo, ensayar una interpretación sociológica sobre la cultura norteamericana sería bastante reduccionista, ya que No Way Out es uno de aquellos episodios que hilvanan una profunda metáfora sobre el sujeto y su condición actual: la felicidad, la muerte, la soledad no son más que ilusiones pasajeras, pero que dependiendo de la perspectiva y la experiencia de cada televidente, una se hace más patente que la otra. En este sentido, el noveno episodio de la nueva temporada puede leerse desde diversos niveles:

En un comienzo, el capítulo retoma la escena final del episodio ocho, en donde por primera vez se hace mención a Negan, el archienemigo de Rick en el mundo del cómic. Muchos pensábamos que este personaje sería el plato fuerte del retorno de la serie, pero luego de la espectacular intervención de Daryl (legítimo héroe pop de la obra) aquella información quedó en suspenso.

Por otro lado, el improvisado plan de Rick para escapar de la horda (que ya había tenido excelentes resultados en la primera temporada) lleva a la muerte a Jessie Anderson y sus hijos de forma casi idéntica que en el comic, aniquilando la idea de una reestructuración del núcleo familiar del protagonista y sumergiéndolo otra vez en el torrente de fatalidades.

Pese al impacto visual y el horror que suscitó aquella escena, coronada con el disparo casi mortal que recibió Carl en pleno rostro, el climax de No Way Out fue la encarnizada lucha a la que se sumaron prácticamente todos los habitantes de Alexandria: una interesante reivindicación del deber civil que consagra a Rick como líder mesiánico, convicción que Deanna sostuvo hasta el momento de su muerte. Y es este elemento lo que reafirma la universalidad del drama de The walking dead y lo que le otorga un vigor narrativo superior a muchas otras obras que se esmeran por retratar los aspectos más sórdidos de la humanidad.

Lo mejor del capítulo: la brutal muerte de Jessie Anderson y sus hijos, y el disparo a Carl.

Lo peor: quizás el trillado recurso ex machina al final.

Lo que está por venir: la inminente amenaza de Negan.

 

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