5 razones para ver «Bones»
Supongo que todos hemos oido hablar de Bones. Probablemente tenemos entre nuestros lectores a auténticos fans y/o seguidores de las andanzas de la sin par Temperance Brennan, una antropóloga forense que es políticamente incorrecta, que puede parecer (y es) un tanto soberbia y que tiene serios problemas para establecer relaciones afectivas diferentes a las laborales. Bones, una de esas series de las que todo el mundo ha oido hablar pero que no ha entrado jamás en la lista de series de culto. Una serie que reconozco haber empezado a ver en su estreno de 2005, que no me llamó para nada la atención, bien al contrario encontré que los primeros episodios eran absolutamente repetitivos por lo que fue extraordinariamente fácil la desconexión pero que desde hace unos meses y gracias a las sesiones maratonianas que ofrece los domingos un canal televisivo en abierto, se ha convertido en adictiva. Y es que desde esa primera temporada hasta la última y definitiva, emitida en 2016, la serie no solo ha evolucionado considerablemente sino que se ha ido reinventando a sí misma. He aquí cinco razones para ver las andanzas de Temperance y sus chicos/as en bucle.
1. Temperance y Kathy Reichs o a la inversa. La serie creada por Hart Hanson para FOX está basada en las novelas de la antropóloga forense Kathy Reichs quien, desde 1997 combinará su trabajo en la Universidad de Carolina del Norte, su colaboración con el laboratorio de Ciencias Jurídicas y Medicina Legal de Montreal y su pertenencia a la Academia de Ciencias Forenses con la escritura de ficción criminal. Sus once novelas aparecidas hasta 2008 (Déja Dead, Death du Jour, Deadly Decision, Fatal Voyage, Grave Secrets, Bare Bones, Monday Mourning, Cross Bones, Break No Bones, Bones to Ashes y Devil Bones) estarán protagonizadas por la antropóloga Temperance «Bones» Brennan. Los argumentos de las novelas servirán de base esencial para la serie que desarrollará al personaje de las mismas -que no necesariamente de las tramas- no solo en su faceta de más que sagaz investigadora sino también de escritora de novelas criminales protagonizadas por un personaje que llevará por nombre Kathy Reichs. Un más que atractivo ejercicio de metaliteratura que desdibuja los límites entre la persona y el personaje.
2. Una ficción serial del post 11-S. Bones va a trasladar la acción de las temporadas al Smithsonian Institute en Washington DC en el que la unidad forense cuya investigación es encabezada por Temperance Brennan tendrá su base de operaciones. En ella, deberá enfrentarse a la identificación y motivos de la muerte del «cadáver de la semana» de quien se desconoce absolutamente todo y que tendrá como principal aliado al agente del FBI Seeley Booth. En este sentido, Bones no va a diferir conceptualmente de otras ficciones televisivas en las que se combina una investigación criminal procedimental con una investigación científica que arroje luz para la resolución del caso. Buena muestra de ello es la serie de culto The X-Files. Sin embargo, sí debemos apuntar el hecho de que Bones está inmersa temporalmente en una lista de ficciones televisivas surgidas como consecuencia de los atentados del 11-S que demostraron la necesidad de fomentar la investigación forense, un tanto obsoleta y totalmente inoperante en el momento de la catástrofe y que imposibilitó la rápida identificación de las víctimas de los atentados. No es, pues, gratuita la ampliación de las franquicias de CSI (a partir de 2002, una de ellas situada en Nueva York, la correspondiente a 2004-2013), el estreno de NCIS (desde 2003), el éxito de una ficción criminal como Dexter (2006-2013) o la restauración de la memoria individual en Cold Case (2003-2010) además de una multitud de docudramas y formatos reales con temáticas semejantes. Una temática, la forense, como apuesta para resolver enigmas que alcanzan incluso a teorías conspirativas no resueltas como vemos en el más que interesante episodio en que Bones deberá enfrentarse e intentar resolver las circunstancias de la muerte de JFK (5.12)
3. Arcos simultáneos para la construcción de personajes. Tal como hemos comentado, Temperance Brennan (Emily Deschanel) es una científica brillante, con una mente absolutamente fría y con claros problemas de relación interpersonal, algo con lo que se siente absolutamente cómoda y que no significa la negación de cualquier tipo de afectividad sino simplemente que no ha tenido la necesidad de desarrollarla. Este esquema que, de seguir así, evidentemente conduciría a un personaje plano y sin ningún tipo de interés, tendrá su contrapunto en el personaje de Seeley Booth (David Boreanaz), un brillante agente del FBI, fuerza bruta del equipo (frente al cerebro de Brennan) absolutamente emotivo, visceral e intuitivo que no comprende la personalidad de su compañera con la que, sin embargo, congenia extraordinariamente. El rechazo y posterior aceptación de un espacio nítido y «excesivamente limpio para ser una sala de disecciones» por parte de Booth irá en paralelo a la necesidad de acción de Brennan; una simbiosis en el nivel de la narración que se acompañará de las largas charlas entre ambos acerca de los casos y de sus propias situaciones personales de tal manera que Booth actuará como domesticador/mentor de esa «fierecilla forense» y a la inversa, Brennan introducirá a Booth en una dimensión reflexiva que él desconocía. El arco de los personajes y sus respectivos viajes como héroes serán, pues, simultáneos tal como sucediera entre Scully y Mulder en The X-Files. Ni que decir tiene que la tensión sexual no va a ser ajena a la serie.
4. Los personajes secundarios. A pesar de no poder considerarse como una serie coral, no cabe duda de que Bones no sería la misma sin los personajes secundarios que desplegarán técnicas y personalidades extraordinariamente marcadas y que servirán de balance perfecto para los protagonistas. Angela Montenegro (Michaela Conlin) es técnica multimedia y desarrollará programaciones para reconstruir tridimensionalmente la posible apariencia de los casos semanales; extraordinariamente liberal en materia sexual, va a ser el anclaje a la realidad de Brennan así como una instructora (y conciencia-consciencia) de la forense. Angela va a mantener una relación intermitente con Jack Stanley Hodgins IV, químico forense y el escondido multimillonario que financia la unidad forense; perdidamente enamorado de Ángela va a actuar como consejero de Booth adiestrándolo en el mecanismo de pensamiento de Brennan. Algo que también hará bidireccionalmente el frágil e inestable psicólogo Lance Sweets (John Francis Daley) por cuyo diván desfilarán todos los personajes de la serie; y, finalmente, en este caso para asuntos más domésticos y familiares Camille Saroyan (Tamara Taylor) directora-gerente de la unidad que, a pesar de los estrambóticos procedimientos de ésta, tendrá en su equipo una fe ciega.
5. Diálogos brillantes. Esta retahíla de personajes y situaciones, que tanto nos recuerda a los variopintos habitantes del bufete de Ally McBeal, van a contar con un perfecto diseño y definición que, sin embargo, no llegaría a buen puerto si no contara con guiones interesantes para la acción y diálogos brillantes con una velocidad endiablada que harán avanzar al unísono la narración y a sus protagonistas. Las conversaciones personales y con una cierta trascendencia tendrán lugar mientras se disecciona un cadáver, se escanea un esqueleto, hay un desplazamiento hacia el lugar del crimen, se está en medio de un tiroteo o, finalmente, ante una copa, desayuno o comida en el Royal Diner. Un lugar de encuentro y de confesión entre personajes, como sucede en muchas ficciones televisivas, que se ha convertido en paso obligado para los turistas que van a la capital de los Estados Unidos como también lo es el Oniel’s-Scout Bar o la Magnolia Bakery de los Sex and the City Tours.
Doctora en Filología Hispánica por la Universitat de les Illes Balears. Ha sido investigadora principal del grupo RIRCA y ha dirigido tres proyectos de investigación nacionales competitivos financiados por el gobierno español. Actualmente forma parte del proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Trabaja en ficción audiovisual en plataformas diversas, especialmente en temas de arquitecturas narrativas. Tiene una especial debilidad por el posthumanismo y ha publicado distintos trabajos en revistas indizadas y editoriales de prestigio internacional.