5 razones para ver la temporada 2 de «Paquita Salas» (2018)
En 2016, España conocía a Paquita Salas (Brays Efe), una mujer de mediana edad que tenía como profesión representar a artistas nacionales a través de su empresa PS Management. Los creadores de la webserie, Javier Ambrossi y Javier Calvo (los Javis) planteaban una nueva forma de entender las sitcoms tradicionales realizadas en territorio nacional hasta la fecha con una propuesta que se movía entre las fórmulas del mockumentary, la comedia más gamberra y un realismo emocional honesto y sin sensiblerías. Así, tras las maravillosas críticas recibidas por parte de los entendidos y del público, el equipo de PS Management se trasladaría este 2018 a Netflix dando la oportunidad al resto del globo para conocer lo extraordinaria que es Paquita. Esta vez, os vamos a dar nuestras 5 razones para ver la segunda temporada de Paquita Salas:
1. El cambio de rumbo del personaje. Primeramente, el mayor aliciente para reengancharse a la serie será el desarrollo de su protagonista y los nuevos retos a los que se tendrá que enfrentar. Si la anterior temporada concluiría con un rayo de esperanza para Paquita tras la contratación de Belén de Lucas, esta entrega asistiremos a la decadencia de PS Management y, en consecuencia, a los intentos deseperados de la protagonista por manterse firme ante las adversidades profesionales y personales. Una decisión de sus creadores de conducir la evolución del personaje hacia un rumbo nuevo donde veremos un tono más melancólico y triste que en la primera temporada. Sin embargo, la habilidad de los Javis de reformular el destino de la protagonista (por muy fatalista que este se convierta), de seguir manteniendo la emotividad y la esencia del personaje serán los puntos fuertes de la serie.
2. Un mundo de luces y sombras. Si ya intuíamos que en la primera entrega la serie realizaba una mezcla ingeniosa entre la autoparodia y el cuestionamiento al mundo de la industria cinematográfica/televisiva, en esta temporada los creadores se dejarán de sutilezas. Así, el tono de la serie se enfocará a la crítica feroz hacia el canibalismo en la industria, ciertos abusos de poder dentro del gremio, la superficialidad de la fama, la falta de profesionalidad de actores y creadores frente a la realización de productos de calidad, la imposición de la industria que coartará las libertades individuales y, sobre todo, la falta de oportunidades de las actrices para conseguir papeles relevantes. Temas que, seguramente, se enmarcarán dentro de las vivencias de los propios Javis y de su entorno más próximo.
3. Lidia San José. Por supuesto, es impensable hablar de la T2 de Paquita Salas sin mencionar a Lidia San José. Si en la primera entrega realizaba un papel secundario y totalmente autoparódico que no tenía ningún problema que la reconocieran como «la niña de Ala…Dina«, todo eso ha quedado atrás. En estea temporada no solo tendrá un peso más importante, sino que los Javis le dedicarán un episodio entero («El Secreto«, 2×03) para que San José pueda redimirse como personaje de ficción dentro de la serie – la actriz siempre ha reiterado la ficcionalidad del personaje – y a si misma. Así, la serie homenajea a una actriz que supo no hundirse después de ser «olvidada» por la industria – de hecho, es licenciada en historia y especializada en antropología americana – y que demuestra en Paquita Salas lo que realmente vale. Precisamente, la línea argumental de San José será el eje central de una de las temáticas de esta T2: el homenaje a la ficción televisiva de los años 90 que contaba con una calidad extraordinaria (aunque, ya olvidada por la mayoría). Un ejercicio metatelevisivo que explora nuevas narrativas tal como se verá reflejado en el extraordinario episodio 5 («Punto de Partida«) y que ya hemos visto en series como GLOW («The Good Twin«, 2×08).
4. Todos los cameos tienen un propósito. A diferencia de la T1, en esta entrega los invitados especiales tendrán una relevancia argumental más importante que el mero cameo cómico. En este sentido, volveremos a encontrarnos con viejos conocidos como Ana Millán, Mariona Terés, Yolanda Ramos o Secun de la Rosa o nuevas incorporaciones como Verónica Echegui, Sandra Escacena, Yohana Cobo, Pepa Charro, Ignatius Farray o Itziar Castro cuyos personajes se articularán al servicio de la exposición de las temáticas que ya hemos comentado anteriormente o alrededor de la evolución del resto de personajes. Además de la aparición de intérpretes populares en la ficción televisiva de los 90 como Ana Obregón, Antonio Resines, Pepo Oliva, Míriam Díaz-Aroca, Paz Vega o Eva Santolaria y cameos que hacen el mundo ficcional verosímil como Mario Casas, Leticia Dolera, Beatriz Luengo, Kira Miró o Berta Vázquez.
5. El cambio de tono y lo que está por venir. En conclusión, nos hemos encontrado con una temporada mucho más madura y reivindicativa, síntoma de la evolución profesional de sus creadores y de su equipo artístico que, seguro, dará más alegrías a los espectadores de ahora en adelante. Después de que los 5 episodios se nos quedaran cortos, la serie ha renovado para una tercera temporada dejando un gran número de frentes temáticos abiertos. La habilidad de los Javis para relegar a los personajes de Magüi (Belén Cuesta) y Belén (Anna Castillo) en un plano secundario esta temporada, hace que se nos planteen las posibilidades de reenganchar sus líneas argumentales en su T3; además de continuar con las desventuras de Paquita y su incierto futuro. Yo ya le tengo muchas ganas.
Amante del terror y de las series británicas. Ferviente seguidora de Yoko Taro. Graduada en cine y audiovisuales por la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC-UB). Especializada en dirección artística/diseño de producción. Máster de especialización en Estudios Literarios y Culturales (Universitat de les Illes Balears). Profesora en el grado de Comunicación Audiovisual en CESAG-Universidad de Comillas. Colaboradora en el proyecto «Ludomitologías» liderado por el Tecnocampus de Mataró (UPF). Interesada en la investigación en game studies y TV studies.