Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«American Zombie Gothic: The Rise and Fall (and Rise) of the Walking Dead in Popular Culture» (Bishop, 2010)

El zombi como metáfora global ha impregnado buena parte del s.XX y XXI con su enorme potencial sémico. Desde su aparición en algunas narraciones de corte realista, enmarcadas en cuadros de costumbres exóticos del Caribe, a su salto a la gran pantalla en los años 30 con películas como White Zombie (de la que hemos hablado ya en RIRCA), el zombi ha penetrado en el imaginario cultural moderno con una fuerza inusitada sólo igualada, quizá, por el vampiro. De sus múltiples significaciones, de su carácter como metáfora cero desde la que describirnos, ha empezado a encargarse el mundo académico, con análisis como el que hoy nos ocupa.

American Zombie Gothic: The Rise and Fall (and Rise) of the Walking Dead in Popular Culture es el título del libro de Kyle William Bishop, autor que se doctoró en literatura y cine estadounidense con el trabajo que más tarde sería la obra que nos ocupa.  Posteriormente ha escrito, en su misma línea de investigación  How Zombies Conquered Popular Culture y está a punto de aparecer The Written Dead: The Zombie as a Literary Phenomenon.

Los cinco capítulos del libro se ocupan en extenso del proceso por el que ha pasado la figura del zombi en la cultura popular. El primero de ellos pone énfasis en la normalización y popularización del concepto a través del cine, ya que es importante remarcar que no hay un precedente literario establecido como en los casos de otros monstruos modernos como el vampiro o la criatura de Frankenstein. Aquí el autor señala el origen folclórico del mito y pone en relación las circunstancias sociales del s. XX con el auge y los vaivenes de esta figura: si bien, por ejemplo, los años noventa son una época de estabilidad social y económica que arrincona al muerto viviente como producto cultural, los hechos del 11-S disparan de una manera extraordinaria la producción de obras zombi.

En el segundo capítulo, Bishop se encarga de ver cómo el zombi se establece como parte del engranaje de entretenimiento de Holywood con sus primeras apariciones a partir de los años 30, y cómo esas películas tienen una lectura en clave postcolonial. En el tercero, el autor se centra básicamente en el director George A. Romero y explica cómo a partir de los conceptos anteriores y otros que se detallan (la influencia de Richard Matheson y sus adaptaciones al cine) aparece la piedra fundacional de las narrativas zombi en la gran pantalla: La noche de los muertos vivientes. Aquí Kyle Bishop analiza el fenómeno zombi como una prolongación de la tradición de las narrativas góticas, entendidas no como una categoría estática, sino como una dinámica a medida que determinados cambios históricos transforman sus convenciones. La mutabilidad de esas narrativas (recordemos, originales del siglo XVIII y caracterizadas por todo tipo de excesos) proporciona una plataforma de expresión para muchas ansiedades que deben abordarse; su capacidad de cambiar y adaptarse con el fin de reflejar las tendencias sociales contemporáneas es en parte lo que le ha permitido seguir siendo populares. El zombi reproduce esa imaginería legada por autores como Edgar Allan Poe, Ambrose Bierce o Nathaniel Hawthorne, pero en un contexto como el post-11S las películas de muertos vivientes funcionan como un ejemplo perfecto de esas narrativas góticas contemporáneas señalando las principales inquietudes de su modelo clásico, como son la familia, los límites de la racionalidad y la pasión, la definición de la condición de Estado y ciudadanía, o los efectos culturales de la tecnología, con el añadido de que estas narrativas alivian y a la vez intensifican las ansiedades de las que se ocupan. Para Bishop incluso tienen un efecto superior como producción audiovisual contemporánea:

Gothic narratives of zombie cinema works more effectively now than classical Gothic ever did because the real world of the twenty-first century, particularly the post-9/11 world, is more horrific, more violent and more traumatic than the nineteenth and earty twentieth centuries ever where, at least on English and American soil.

En el siguiente capítulo, a partir del éxito de la siguiente película de Romero, El amanecer de los muertos (1978), traza una historia del triunfo del zombi como metáfora social. Finalmente, en el quinto capítulo, se sigue esta evolución con un nuevo giro: la rehumanización del zombi; proceso que se ha ido dando en los productos culturales relacionados y que marcan una progresiva identificación con el concepto.

En las conclusiones de su trabajo, Kyle Bishop piensa que estas narrativas zombi abordarán en el futuro el desarrollo de caracteres empáticos y protagonistas plenamente zombis. El tiempo le ha dado la razón al autor, puesto que en el tiempo que media entre su estudio y la actualidad han aparecido ejemplos de ellos como las novelas Diario de un zombi (Llauger, 2010) o Warm Bodies (Marion, 2010). Queda, con todo, ver si esta evolución se cumple del todo y vemos sagas completas que apuesten por este nuevo ser como protagonista absoluto, o qué tipo de tramas y temas puede tratar.

 

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