Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

5 razones para ver «Bates Motel». La reinvención del psicópata

Nuestro colaborador de la semana es Jesús Diamantino Valdés. Profesor instructor del Departamento de Expresión de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, es miembro del Grupo de  Estudios sobre lo Fantástico (GEF) de la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabaja sobre literatura de terror en Hispanoamérica y narrativas transmediales.

Estas son las cinco razones que nos ofrece Jesús para ver Bates Motel:

1. Los orígenes del asesino. En medio de un escenario desesperanzados para el thriller, Bates Motel enciende una pequeña luz para los televidentes. Anthony Cipriano (creador) nos presenta a un Norman Bates adolescente, ingenuo y encantador que intenta sobrellevar la pérdida de su padre. Desde un principio olvidamos la estampa del psicópata más famoso de la historia y participamos en su tortuoso proceso de maduración. Nos conmueve y nos aterra al mismo tiempo. Nunca un homenaje, pero sí una perspectiva innovadora del personaje.

2. Vera Farmiga. Si en Psicosis la imagen materna motivaba el actuar del asesino, en Bates Motel aquel símbolo se materializa y domina por completo el universo dramático. Vera Farmiga nos ofrece una interpretación brillante (probablemente el mejor de su carrera). No podemos culpar de todo a Norma Bates por el deterioro mental de su hijo, más bien comulgamos con su descontrol emocional, con su desbordante patetismo y, por supuesto, con su delirante amor de madre.

3. No solo la historia de un psicópata. En estricto rigor, el argumento central de la serie es la paulatina metamorfosis de Norman Bates en asesino, pero también se tejen otras historias que definen la originalidad de esta historia. Aparte del turbulento ambiente familiar del protagonista, se nos presenta la fábula oculta del pueblo ficticio de White Pine Bay; un mundo dominado por la corrupción, el narcotráfico y las luchas de poder. Una interesante simbiosis narrativa que amplia el mundo de Hitchcok.

4. La atmósfera gótica. Si bien los creadores se dieron la licencia de trasladar la acción a Oregon en pleno siglo XXI, en vez de situarla en la original Fairvale (California), se mantiene parte de la atmósfera del film de 1960. Por ejemplo, cabe destacar la casa de la familia Bates y su opresivo goticismo; un espacio carcelario que dialoga con la retorcida psicología de los personajes. En resumen, un diseño de producción que nos remite de una u otra forma a Psicosis.

5. El divertimento. Es más que sabido que Psicosis es una de las obras canónicas del cine de terror, las razones sobran: un asesino travestido, una suerte de relación edípica-necrofílica, un brutal asesinato, una mansión gótica… y obviamente, la dirección de Alfred Hitchcok. Sin embargo, Bates Motel propone algo muy distinto: el efecto terrorífico es reemplazado por el efecto del drama; el suspenso es atenuado por el carácter lúdico de la narración. Es decir, la serie persigue divertir al televidente más que sumirlo en una constante tensión. De ahí la predominancia de diálogos chispeantes y situaciones erráticas… Ingredientes que contribuyen a la adicción.

 

 

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