Representación, Ideología y Recepción en la Cultura Audiovisual

«Collateral» (BBC2, 2018): un thriller en clave crítica

Del 12 de febrero al 5 de marzo se emitiría en el canal BBC2 la miniserie Collateral, primera propuesta británica de la parrilla televisiva de 2018 y que daría el paso a Netflix el viernes 9 de marzo. Un hecho, este último, que se está convirtiendo en una auténtica gozada ya que la plataforma streaming está ofreciendo dentro de su catálogo un sinfín de excelentes producciones europeas y asiáticas del género thriller  en nuestro país que, posiblemente, no tendrían cabida en la programación nacional de ninguna otra manera. Este es el caso de Collateral, un thriller de cuatro episodios de una hora de duración cada uno escritos por el dramaturgo y director David Hare, responsable de las adaptaciones cinematográficas dirigidas por Stephen Daldry, The Reader (2008) y The Hours (2002), por las que obtuvo sus únicas nominaciones al Oscar a mejor guión.

Dirigida en su integridad por la realizadora S.J. Clarkson, Collateral desarrollará su argumento durante cuatro días en la ciudad de Londres en torno al violento asesinato de un repartidor de pizzas con fuertes vínculos con ciertas actividades ilegales. En este sentido, las tramas se focalizarán alrededor de los diferentes personajes que se articularán cerca del crimen y su incidencia en el mismo. Así, la línea de acción principal estará guiada por la investigación policial liderada por la recientemente incorporada a la unidad, la detective Kip Glaspie (Carey Mulligan en su primer papel como agente de la ley de su carrera).

Carey Mulligan como la detective Kip Glaspie
Carey Mulligan como la detective Kip Glaspie

La serie se estructurará a través de una concepción coral en la que también seguiremos a personajes relacionados de alguna manera con la víctima: Laurie, la encargada de la pizzería (Hayley Squires); Linh Xuan Huy, la única testigo del crimen (Kae Alexanders); Fatima, la hermana del asesinado (Ahd Kamel); la reverenda Jane Oliver, párroca del barrio (Nicola Walker); la Capitana del Ejército Sandrine Shaw (Jeanny Spark); David Mars, encargado de transportes de la oposición laborista (John Smith) y Karen, su problemática ex-mujer (Billie Piper como invitada especial dentro de un reparto, prácticamente, desconocido); además de seguir también la trayectoria del propio asesino, cuya identidad no desvelaremos, claro está. En definitiva, una construcción narrativa de vidas cruzadas en la que, siguiendo con los cánones especulativos del thriller prototípico, todos tendrán algo que ocultar.

Sin intención de destripar la trama, ya que la resolución del caso tiene una estrecha relación con las temáticas que se tratan en la serie, Collateral será un perfecto ejemplo de narrativa contemporánea que se enmarcará dentro de la creciente era post-Brexit de las ficciones británicas. Al contrario que sucederá en series históricas como The Crown donde, en anteriores posts, Rubén Jarazo ya se planteaba la posibilidad de un acercamiento nostálgico y reivindicativo de la realeza; Collateral se sumergirá de lleno en el cuestionamiento político de las leyes contra la inmigración en Reino Unido con la crisis de los refugiados sirios como principal eje de la problemática migratoria en Europa. Aunque de manera un tanto superflua – debido a una construcción del guión un tanto dispersa, que comentaremos a continuación – la serie focalizará parte de su crítica en torno a los fallos del sistema político, judicial y social británicos en los que conceptos como «control de números», «surveillance», «muerte de las libertades» o «discursos de odio» serán reiterados en las páginas del guión en la miniserie. Así como se intentará realizar un reflejo de las diferencias de clases sociales en Reino Unido.

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Las políticas de inmigración reforzadas por el Brexit son el eje central de su discurso

Sin embargo, como ya hemos comentado anteriormente, las fuertes intenciones críticas que planteará la serie se sentirán desaprovechadas y demasiado expositivas frente a una distribución dramática de los hechos y de las dinámicas entre los personajes un tanto diseminada; probablemente debido a un exceso de puntos de vista no muy bien llevado. De esta manera, lo que comenzaría con una estupenda premisa y un fantástico esbozo de los personajes en los dos primeros episodios,  se desdibujará hacia un desarrollo de la acción que irá perdiendo fuerza en su segunda parte, dando la impresión de que la trama del thriller podría haber dado más de sí. Al igual que sucederá con la configuración de algunos personajes que, a pesar de que su concepción es muy interesante desde un principio, no se acaba de culminar. Este será el caso de personajes de Glaspie (una protagonista en un mundo de hombres embarazada y con un pasado como deportista de élite frustado), la Capitana Shaw (una mujer en el ejército con un pasado traumático y sexualmente acosada por su superior) o de la reverenda Oliver (una sacerdotisa mujer y LGTBIQ). Igualmente, un hecho destacable es el afán de las nuevas producciones televisivas por establecer a personajes femeninos como centro neurálgico de la acción.

Billie Piper es la invitada especial en Collateral con un papel secundario
Billie Piper es la invitada especial en Collateral con un papel secundario

Asimismo, a pesar de que la serie puede aparentar perder fuelle a medida que se acerca la resolución, uno de los alicientes de Collateral va a ser su sorprendente concepción estilística cuidada al milímetro y que resulta muy extraño encontrar en este tipo de producciones más modestas. La puesta en escena ideada por S.J. Clarkson propone una serie de leit motifs visuales con una estética con un toque fincheriano – salvando las distancias – que dotará de personalidad a la miniserie y establecerá el ritmo del thriller que no acabará de alcanzar el guión: la reiteración del paisaje urbano con la incidencia en trenes, edificios iluminados y escenarios nocturnos de la ciudad de Londres como muestra del caos de las grandes urbes modernas europeas; la repetición de una planificación inestable que «encarcela» a los personajes detrás de cristales, rejas, reflejos y desenfoques; y, la apuesta por la utilización de una cámara coreográfica con planos secuencia en mano y el uso del fuera de campo en una mezcla entre lo teatral y lo cinematográfico.

Collateral es una miniserie que plantea más cosas de las que soluciona. A pesar de que la propuesta es muy recomendable (la serie no es soporífera) y ambiciosa en cuanto a su temática, su reparto – tener de protagonista a Carey Mulligan es uno de sus mayores atractivos y aciertos – y su puesta en escena  – la que insisto, es muy interesante –  es una verdadera lástima que dé la impresión de quedarse en la superficie.

 

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